Hacer lo correcto no es sinónimo de hacerlo bien

Los Browns aplican el sentido común en su draft 2017

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Myles Garrett, número uno del draft para los Browns

Cuando uno repasa su vida  se encuentra que a lo largo de la misma todo se ha limitado a tomar decisiones. Uno decide emparejarse o desparejarse, casarse o divorciarse, vivir solo, tener hijos o no, aceptar un trabajo o rechazarlo, estudiar una carrera o descartar otra, etc.. Si miramos nuestro pasado, es eso, tomar decisiones, y  además un poco la suerte, estar en el sitio oportuno en el momento preciso. Suelo decir que esta vida no hay que juzgar a uno por las veces que acierta, sino por las veces que no se equivoca. Siempre he dicho que mi vida se resume en haberme equivocado menos veces que las que he acertado, y sí, en algo de suerte también.

Dirigir una franquicia NFL no es muy diferente de lo anterior. A lo largo de su existencia se toman decisiones, una acertadas, otras erróneas, incluso algunas garrafales que te lastran casi de por vida. Y al igual que en la vida, tener algo de suerte también. Una franquicia debe elegir un General Manager, un Head Coach, jugadores de ataque y defensa, un QB, etc.. Todo se resume igual que antes, equivocarse menos veces que las que aciertas, y si además hay suerte en el camino, mejor que mejor.

Y vayamos con los Cleveland Browns 2.0., la franquicia que resucitó tras desaparecer en 1995, una franquicia completamente nueva y que recibió el legado de los Cleveland Browns 1.0, el equipo que su entonces propietario, Art Modell, se llevó un buen día a Baltimore para renombrarla los Baltimore Ravens. Los Cleveland Browns 2.0. ha sido desde que reaparecieron en la liga en 1999 la peor franquicia con diferencia, unos indignos herederos de los primeros Browns, de los que solo conservan el uniforme y la ciudad.

Si repasamos la vida de estos Cleveland Browns 2.0. podemos ver una cosa, se han equivocado tantas veces que nombrar todos sus errores daría para escribir una enciclopedia, pero enumerar sus aciertos son suficientes los dedos de una mano, y aún así te sobrarían dedos. Estos Browns 2.0 no tienen nada que envidiar a los Pittsburgh Steelers de antes de la era Chuck Noll, a los Cincinnati Bengals de un decadente Paul Brown o al hazmereir general que durante décadas han sido los Tampa Bay Buccaneers.

La colección de despropósitos de los Browns 2.0 empezó casi desde el primer día que pudieron elegir jugadores. Su draft de expansión fue recolectar jugadores que el resto de franquicias querían quitarse a toda costa. Su primer draft se resume en un solo nombre, Tim Couch, un “Bust” mayúsculo, y cuando los “Bust” además costaban dinero. El siguiente no le fue a la zaga, Courtney Brown, era uno de eso DL con el que era imposible errar, pero los Browns lo hicieron. Y si repasamos todas las elecciones de los Browns desde entonces solo sale un nombre y medio, el LT Joe Thomas y el medio corresponde a OC Alex Mack, que ahora triunfa en Atlanta.

Los Cleveland Browns no solo se han equivocado una y otra vez, incluso en años en que tenían hasta dos elecciones de primera ronda, han sido capaces de errar a lo grande. Trent Richardson y Brandon Weeden en 2012 o Justin Gilbert y Johnny Manziel en 2014, ninguno está en la franquicia. No es el momento de enumerar a todos, pero el resumen de estos Browns es el que he dicho, infinitos errores y pocos aciertos, basta una mano y te sobran dedos para contarlos.

Cansados de tanto despropósito el propietario decidió hacer la enésima intentona de reinventarse. La opción fue lo que desde muchos sitios se consideró poco convencional, apostar por el «Método Harvard», por una parte un abogado sin apenas relación con el mundo del football como Sashi Brown, pero sobre todo por el creador y padre intelectual junto con Billy Beane de un sistema de gestión deportiva que ha funcionado en el mundo del baseball, Paul de Podesta. La expectación no pudo ser mayor, todos querían saber si un sistema que ha probado funcionar en la MLB podía tener traslado a la NFL, todos queríamos ver el “Moneyball” aplicado en la NFL.

Myles Garrett, Jabrill Peppers, David Njoku las tres primeras elecciones del los Browns
Myles Garrett, Jabrill Peppers, David Njoku las tres primeras elecciones del los Browns

Un año después ya podemos decir algo, o al menos yo lo voy a decir, los Cleveland Browns 2.0 no han revolucionado ni inventado absolutamente nada. Este nuevo Front Office se ha limitado a copiar sistemas que ya existían en la NFL, y utilizar algo tan poco utilizado en la NFL como es el sentido común, que normalmente es el menos común de los sentidos. Y esto señores es ni mas ni menos lo que han traído Sashi Brown y Paul Podesta, traer sentido común a lo que ha sido una casa de locos durante casi 20 años.

Ahora que ya podemos ver todas las calificaciones y evaluaciones de los equipos en el último draft los Browns reciben de forma unánime una A, en el peor de los escenarios un A-, lo que no deja de ser una nota muy alta. Y me vais a permitir una grosería “¿Y nos ha jodido mayo con las flores?”. Es que equivocarse en esta ocasión era muy difícil, por no decir imposible, salvo eso, que los Browns hubieran optado por hacer lo que llevan casi veinte años haciendo, fastidiándola una y otra vez.

¿De verdad que elegir a Myles Garrett merece una A? Todo lo que no hubiera sido elegirlo era motivo mas que suficiente para dinamitar el estadio y dejarlo que se hundiera en el Lago Erie. Myles Garrett es el jugador que mas unanimidad ha levantado como número 1 del draft desde Andrew Luck, y solo se me ocurre otro jugador antes, Peyton Manning, y antes que él, John Elway. Los Browns han hecho lo mismo que hubieran hecho las otras 31 franquicias, elegir a Myles Garrett, la promesa mas limpia en aparecer por la NFL en décadas.

Los Browns han hecho algo tan sencillo, y a la vez complicado, como aplicar el sentido común. Tiempo habrá para ver si Myles Garrett es tan bueno como parece, pero si Garrett es un bust, no serán los Browns los que se equivocaron, será todo el mundo de la NFL, será un error de todos salvo de Warren Sapp. Nadia, pero absolutamente nadie podrá colgarse la medalla de “Yo ya lo dije”. A partir de allí ya podemos empezar a juzgar realmente el draft de los Browns, no me creo que haya un solo propietario suficientemente torpe, ciego o influenciado por el alcohol, las drogas o los delirios de grandeza que hubiera dejado escapar un talento de la naturaleza de Myles Garrett, un talento generacional único, de esos que aparecen cada 20 años.

Por eso me niego a dar una sola evaluación del draft de los Cleveland Browns. Se han limitado a hacer lo que la sabiduría popular hubiera hecho, no han reinventado la pólvora ni han encontrado la cura contra el cáncer. Han hecho lo correcto y si se les puede juzgar por algo es por eso, por una vez en su existencia han hecho lo correcto ¿Vosotros dais la enhorabuena a quién hace lo correcto? Yo al menos no.

¿Y sobre si los Cleveland Browns han reinventado el draft, la gestión de plantillas y como enfocarlo? Pues mirad, no, no y NO. Acumular elecciones es muy viejo, casi tan viejo como el propio draft. En el pasado lo hicieron Vince Lombardi con los Green Bay Packers y Jimmy Johnson con los Dallas Cowboys. Ambos recibieron dos franquicias hechas trizas deportivamente y ambos las reconstruyeron a base de acumular elecciones para poder elegir en lugar de las elecciones ya asignadas (siete en la actualidad) tener muchas mas, lo que aumenta por pura probabilidad la posibilidad de acertar.

Resumiendo, y por terminar, los Cleveland Browns no han hecho nada nuevo ni revolucionario, o sí para ellos, aplicar algo de lo que han estado escaso en los últimos tiempos, el sentido común. Y cuando se actúa con sentido común, y gozas de muchas oportunidades para hacerlo, la posibilidad de equivocarse disminuye exponencialmente. Solamente si todo sale mal, será el momento de decir “Es que son los Browns”.

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