Cleveland Browns, suma y sigue….

Los Cleveland Browns añaden otro capítulo a su triste historia

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Cleveland sigue instalada en la mediocridad

Cuando Jim Haslam, propietario de los Cleveland Browns, tomó la decisión de deshacerse del régimen de Ray Farmer y Mike Pettine, optó por hacer algo nuevo y diferente,  contrató un nuevo Front Office con dos piezas clave, por una parte el abogado Sashi Brown y por otra al licenciado de Harvard Paul de Podesta. Entonces se empezó a hablar de que el Moneyball había llegado al mundo de la NFL. La conexión venía por Paul De Podesta, el hombre que junto con Billy Beane, General Manager de los Oakland Athletics de la MLB, inventaron el Moneyball. Esa conexión dio pie para que los medios que siguen la NFL empezaran a hablar de que llegaban las “sabermetrics”, las estadísticas avanzadas, el estudio analítico, etc. En resumen, lo que se dio por bautizar el Moneyball aplicado a la NFL.

Desde el primer momento todo esto del Moneyball me pareció una “boutade”. Primero, algo conozco y algo sé de baseball y la MLB, un deporte que he tenido el inmenso placer de haberlo vivido desde mi más tierna infancia y sigue ocupando un importante lugar en mi corazón, alma y tiempo. Segundo, he leído “Moneyball” de Michael Lewis, el libro que popularizó el término y que luego pasó a una película muy mala, libro que lanzó a la fama un sistema de gestión deportiva que no ha ganado ni un solo título en las grandes ligas. Y tercero y más importante, trasladar un sistema que sí es aplicable al baseball pero que era imposible hacerlo al mundo de la NFL. Por todo eso y por otras muchas cosas esto del nuevo régimen de Cleveland no me pareció más que un camelo y un disfraz, darle un nombre rimbombante para vender humo e ilusión a algo que ni era novedoso y que ya se había aplicado en el pasado en la NFL.

En los dos años que ha durado el régimen de Sashi Brown solo hay una cosa novedosa, el intercambio que hicieron por hacerse con Brock Osweiler a cambio de hacerse con la segunda ronda de los Houston Texans en el draft del 2018. En esencia lo que hicieron es algo que la NFL prohíbe expresamente, comprar una elección de draft, como eso no se puede hacer lo que idearon fue un intercambio por un jugador que nunca quisieron a cambio de esa elección. Esto es el equivalente a comprar en España una entrada de un acontecimiento en reventa, como legalmente está prohibida la picaresca consiste en vender un bolígrafo o un mechero por un precio desorbitado y de paso te “regalo” una entrada. Un “hecha la Ley, hecha la trampa” de toda la vida, que es exactamente lo que han hecho los Cleveland Browns.

Quitando eso, algo que además es habitual en el mundo de la MLB o NBA, los Browns no inventaron nada nuevo. Decir ahora que el Moneyball ha fracasado o no ha funcionado no es más que otro precioso disfraz para decir que los Browns lo han vuelto a hacer ¿Y qué han vuelto a hacer? FRA-CA-SAR. Que se dejen de eufemismos, tecnicismos o  de la palabrería que quieran, los Browns han vuelto a fracasar y ya está.

LOS ANTECEDENTES

En 1989 Jerry Jones compró los Dallas Cowboys. Sus dos primeras decisiones fueron cesar a Tom Landry, el único Head Coach que habían conocido unos decadentes Cowboys en toda su andadura para acto seguido nombrar nuevo Head Coach a su amigo y compañero de universidad Jimmy Johnson. La primera temporada de Jimmy Johnson fue un completo desastre, el equipo terminó con un récord de 1-15, segunda franquicia en hacerlo en toda la historia de NFL tras los New Orleans Saints de 1980 (aunque luego lo han repetido hasta ocho franquicias mas). Jimmy Johnson heredó un roster que estaba hecho trizas, salvo el prometedor WR Michael Irvin y el veterano RB Herschel Walker, era una plantilla que venía de hacer un 3-13. Con su primera elección de draft Jimmy Johnson eligió al QB Troy Aikman, pero era tan poca la fe que guardaban en él que el equipo decidió gastarse otra primera ronda en el draft suplementario en otro QB, Steve Walsh.

Tras el desastre de campaña 1989 Jimmy Johnson decidió copiar un modelo de confeccionar plantilla que ya había funcionado muy bien en el pasado, el de Vince Lombardi en los Green Bay Packers. El Head Coach de los Packers eran conocido por su afán de coleccionar elecciones de draft, adoraba hacer intercambios con el fin de acumular elecciones, nunca tenía suficientes. Sobre el éxito de la fórmula no hay un solo asomo de duda, Vince Lombardi se convirtió en el Head Coach más laureado de la liga. Vince Lombardi cogió una franquicia histórica que hacía aguas por todas partes y necesitaba adaptarse a la NFL que había nacido tras la célebre final de 1958. Los Packers solamente sobrevivían de su glorioso pasado, su presente era más bien gris oscuro.

¿Y qué hizo Vince Lombardi? Creó de la nada el equipo más dominante que ha conocido la NFL, ganadores de cinco campeonatos de la NFL y ganador de las dos primeras ediciones de la Super Bowl. Aquel fantástico equipo sigue siendo a la fecha el equipo con más jugadores (11) en el Hall of Fame  Vince Lombardi lo tuvo claro desde el primer día, la única forma de construir equipo era el draft y de allí su obsesión por acumular elecciones, cuantas más elecciones tuvieran mayores eran las posibilidades de acertar. Tal fue la codicia de Vince Lombardi por acumular elecciones que hubo que negociar con él para que renunciara a elecciones futuras para poder hacer realidad de la fusión de la NFL y AFL de cara a celebrar un draft común.

En 1989 Jimmy Johnson observa su roster y se da cuenta que la única forma de construir una plantilla competitiva es acumular elecciones de draft. Eso explica el germen del conocido como “Hershel Welker Trade”, Jimmy Johnson decide traspasar a su RB a cambio de múltiples elecciones y jugadores, encuentra un comprador en los Minnesota Vikings, equipo que creía que sólo estaba a un RB de ser un contendiente. Con esa colección de elecciones Jimmy Johnson comienza un baile frenético de más y más intercambios con su famosa tablilla, lo que le permite acumular elecciones y por tanto poder elegir un mayor abanico de jugadores. En 1990 los Cowboys ganan siete partidos, seis más que en 1989. En 1991 dan el salto, ganan 11 partidos y se meten en playoffs en la potentísima NFC East tras los eventuales campeones, los Washington Redskins y por delante los entonces campeones, los NY Giants. Los jóvenes y prometedores Dallas Cowboys caerían eliminados ante los Detroit Lions de Barry Sanders cuando todos apuntaban que podían llegar a la final de conferencia. Desde allí el resto es historia, tres títulos en cuatro años, dominio absoluto de la NFL y un equipo que solo la llegada de la agencia libre y el Salary Cap lo alejaría de ser el equipo mas laureado de la historia.

Esos antecedentes, Vince Lombardi y Jimmy Johnson y no otros han sido el patrón de conducta de los Cleveland Browns en los dos últimos años. Sashi Brown y Paul de Podesta no han inventado nada nuevo ni han patentado un nuevo sistema de gestión deportivo, se han limitado a copiar un modelo que ha funcionado muy bien en el pasado con una sola diferencia, que ellos han fracasado de manera estrepitosa, esa es toda la explicación de lo que ha sucedido. Ahora nos dirán que si el Moneyball no ha funcionado, que la política de hacer tanking o dar dos pasas hacia atrás para coger impulso tampoco ha salido bien, o vaya a saber qué cosas se podrán leer. Todo es solo un eufemismo, los Cleveland Browns han copiado malamente un modelo que funcionó y que a ellos no les ha funcionado, en resumen, lo que dejando la palabrería de lado es sinónimo de un nuevo fracaso deportivo.

ERES LO QUE DICE TU RECORD, 1-27

¿Existe mayor fracaso deportivo que acumular un récord de 1-27 en dos temporadas? Que no nos hablen de talento, de potencial deportivo, de promesas o de mejorías en ciertas parcelas del equipo, que el equipo compite y demás monsergas habituales. Todo es un ejercicio de demagogia barata para justificar lo absolutamente injustificable, que se han perdido de forma miserable 27 partidos de los últimos 28 que han jugado. Ni los Tampa Bay Buccaneers cuando aterrizaron en la NFL alcanzaron semejantes cotas de ridículo y fracaso deportivo, paliada parcialmente por la  exuberante personalidad de su Head Coacha John McKay. Tampa tenía la disculpa de que empezaban de cero, del cero más absoluto puesto que era una franquicia nueva en una era donde no había agencia libre y las posibilidades de construir una plantilla eran infinitamente peores que las de ahora.

La nueva apuesta de Jim Haslam es John Dorsey, un hombre que viene de los Kansas City Chiefs y que fue despedido la pasada post temporada. El nuevo hombre fuerte en Cleveland se va a encontrar una franquicia con una importante colección de elecciones en el draft y mucho espacio salarial, además de Hue Jackson como Head Coach, algo que el propio Jim Haslam ha decidido que continuara en un movimiento sorprendente.

¿Y saben qué es lo único que quieren en Cleveland? Ganar. La NFL no se hizo para campeones morales, ni para las promesas de futuro, ni para la demagogia deportiva, ni la palabrería barata, ni para los disfraces o eufemismos, se hizo para los ganadores. Como dijo el gran Bill Parcells, “Eres tan bueno como dice tu record que eres”, yo veo 1-27 y solo veo una cosa, el mayor fracaso deportivo que ha conocido la NFL.

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