Hace muchos años cayó en mis manos un artículo del escritor Arturo Pérez Reverte que se titulaba “Cuestión de cojones”. En el mentado artículo se hacía un exhaustivo análisis sobre las diferentes acepciones que la palabra “COJONES” tiene en la lengua castellana. No es éste ni el sitio ni el momento de reproducir aquel escrito, pero todo aquel que tenga interés en el mismo solo tiene que pinchar este enlace y lo llevará directo al artículo, sin embargo muchas de las cuestiones que Don Arturo es lo que pudimos presenciar en la Super Bowl LII
Anoche cuando veía el partido la palabra “cojones” me vino muchísimas veces, pero sobre todo me vino de dos formas muy concretas: “de cojones” y “con cojones”, que fueron las dos formas que jugaron los Philadelphia Eagles anoche para batir a los todo poderosos y grandes favoritos New England Patriots. Los de Doug Pederson jugaron “de cojones” (en ataque), pero sobre todo jugaron “con cojones”. Esa conjugación de ambas preposiciones les sirvió para ganar un título donde no eran para nada favoritos en las casas de apuestas.
Como sabéis todos los que me suelen leer aquí además de escribir en este espacio dirijo con un podcast sobre la NFL, Café Lombardi, aunque este año por motivos que no vienen al cuento también me he visto obligado a ejercer de presentador sustituyendo a mi compañero Tomas Monge. A pesar de la ausencia temporal de Tomás los debates sobre la NFL con él, y con otros tertulianos del programa, se siguen produciéndo. En esos debates que mantenemos mas que habitualmente Tomás y yo coincidíamos en algo, esta versión 2017 de los New England Patriots eran un equipo mas que batible. Algo que además vimos reafirmado el día que nuestros queridos Miami Dolphins derrotaron de manera contundente y sin paliativos a los de Bill Belichick.
He sufrido como nadie la larguísima tiranía de los New England Patriots. Hasta el año 2001 el equipo de Boston no pasaba de ser un molesto moscón en la AFC East que de vez en cuando daba algún que otro disgusto como en 1986, pero fuera de ocasiones muy puntuales los Dolphins era un equipo que tenía dominado a los Patriots. Tras un mal primer año de Belichick, los Patriots terminaron 5-11 y todavía con Drew Bledsoe como QB, aquel equipo se hizo dueño y señor de la división y de paso de la conferencia americana.
Para tiranizar durante tanto tiempo una liga que está programada para que eso no ocurra se tienen que conjugar una serie de factores. El primero y mas importante de todos ellos es ser un buen conjunto y estar bien entrenado, los Patriots de Belichick son eso, un equipo disciplinado, muy bien entrenado y donde lo que se ha creado es un bloque monolítico donde las piezas se van reemplazando año tras año. Otro factor importante es la suerte, para ser tan bueno durante tantos años hay que tener una buena dosis de suerte, aunque en el deporte se suele decir que la fortuna sonríe al mas preparado. Otro factor importante es contar con la colaboración de tus rivales mas cercanos, el resto de equipos de la AFC East han colaborado temporada tras temporada a allanar el camino a los de Tom Brady y Bill Belichick.
La AFC durante este siglo se la han repartido los New England Patriots junto con los equipos donde jugaba Peyton Manning junto a las apariciones esporádicas de los Pittsburgh Steelers y en menor medida de los Baltimore Ravens. El resto de la AFC en la práctica nunca ha contado gran cosa y todo eso ha contribuido a cimentar la longevidad de la dinastía Patriots, acentuada mas aún con la retirada de Manning. Y es aquí a donde quería llegar, todo ha contribuido a crear una aureola de invencibilidad en los New England Patriots, hasta patentar lo que popularmente se llama “Patriots way” y que se ve con mucha frecuencia reflejada en una frase que resumen muchas cosas, “Do your job”, haz tu trabajo. Y sí, todo lo que llevan haciendo los Patriots los últimos 17 años tiene un gran mérito, pero también han ocurrido otras muchas cosas, muchos han sido los que los han tenido noqueados, pero casi ninguno sabía como rematarlos.
El único equipo que realmente les hacia frente de verdad y sin ninguna clase de complejos fueron los Baltimore Ravens de John Harbaugh. En 2012 los Ravens los tuvieron contra las cuerdas tras un asalto jugado de poder a poder, pero Lee Evans cometió un drop infame en la End Zone rematado luego con el fallo de Billy Cundiff en un FG que les abrió el paso a la Super Bowl. El año siguiente la historia no se repetirá, Baltimore le fundía completamente los plomos a New England. En 2014 de nuevo aparecían los Baltimore Ravens, les tuvieron contra las cuerdas y fue cuando Josh McDaniels tuvo que recurrir a toda su bolsa de trucos para desestabilizar a los de John Harbaugh, que aún así tuvieron una última posesión para llevarse el partido.
En la Super Bowl de la temporada 2014 ya sabemos lo que ocurrió. Seattle se puso por delante en el marcador y tenía una ventaja de 10 puntos, era cuestión de gestionarla y poder levantar por segundo año consecutivo el Vince Lombardi. La inoportuna lesión del DE Cliff Avril rompió a Seattle que jugaba con la Legión of Boom disminuida por las lesiones y la pérdida de Jeremy Lane. Aún así los Seahawks tuvieron la oportunidad de ganar el partido en los segundos finales cuando estaban en 2 & 1, pero cantaron la jugada menos lógica que tenían en su playbook cuando tenían a Marshawn Lynch en estado de gracia.
En 2016 los Patriots se plantaban con comodidad en la Súper Bowl ante los Atlanta Falcons. Y allí de nuevo pudimos ver cómo otro equipo se disparaba en el pie para perder un partido que tenían prácticamente ganado. Por mucha mística, aureola o lo que se nos quiera vender los Atlanta Falcons no hemos de olvidar que desperdiciaron una ventaja de 28-3 mediado el tercer cuarto. Por motivos inexplicables el equipo dejó de hacer lo que le había llevado hasta allí, dejaron que New England a la chita callando fuera recortando el marcador pensando que no tendrían tiempo para ejecutarla. Se equivocaron de cabo a rabo y para cuando se dieron cuenta estaban en absoluto estado de shock, la prórroga solo fue un mero trámite para los Patriots.
En 2017 los Patriots montaron sobre el papel lo que parecía un gran roster vía fichajes en la agencia libre o vía trades inusualmente agresivos, se hablaba incluso de reeditar la temporada 2007. Sin embargo las grietas no tardaron en aparecer cuando la temporada echó a andar, la defensa era un coladero que invitaba a meterle yardas y puntos. Kansas City y Carolina exponían las flaquezas, pero otros equipos como Houston fueron víctimas del aura de los Patriots, de forma inexplicable se dejaban remontar. un partido que tenían ganado. Pero hubo varios equipos que también expusieron las flaquezas del equipo, los NY Jets les tuvieron contra las cuerdas, pero una polémica decisión arbitral junto la tendencia suicida habitual de los rivales de los Patriots les dieron una victoria improbable. Miami se encargó de sacar los colores al equipo de Belichick, donde fueron completamente superados por los Dolphins. En Pittsburgh escaparon vivos de milagros, otra polémica decisión arbitral conjugada con la vena suicida de los Steelers, que además jugaron sin Antonio Brown aquel día.
En playoffs los Jacksonville Jaguars de nuevo fueron victimas de sus propios fantasmas y miedos. Jugaron durante mucho tiempo “de cojones” hasta que empezaron a jugar “sin cojones”, solo eso explica la renuncia a siquiera intentar atacar a New England faltando más de un minuto y con tiempos muertos disponibles. Como les ocurrió en la segunda parte, tenían el partido mas o menos controlado en el último cuarto, 10 puntos arriba, pero de nuevo jugaron “sin cojones” a la par que “acojonados”.
Y llegó la Súper Bowl. Antes de nada, no les daba ni una sola posibilidad a los Philadelphia Eagles, tenía mis razones para ello y todas pasaban por Doug Pederson, pupilo de Andy Reíd. Pederson ya había jugado antes contra los Patriots cuando era coordinador ofensivo en Kansas City y era imposible olvidar su play calling en un partido de playoffs divisionales. Dos anotaciones abajo Pederson se marcó un drive eterno que prácticamente consumió el tiempo y dejó sin posibilidades de remontada a los Chiefs. Cuando le preguntaron en la rueda de prensa una explicación solo alcanzó a decir que no quería que Tom Brady volviera al campo y por eso empleó tanto tiempo, tanto que se quedó sin tiempo ni para Brady ni para él.
Estaba más que convencido que Pederson, igual que han hecho otros muchos antes, se iba a acojonar y jugaría “sin cojones”, con un playcalling conservador donde lo que importaría sería mantener el control del reloj y sin arriesgar más de la cuenta, más con tu QB2 tras la lesión de Carson Wentz. Esos son los escenarios en los que mejor se manejan los de Bill Belichick, un rival acojonado y esperando que su planteamiento conservador, que pasa por dejar a Brady en la banda el mayor tiempo posible, surta efecto. Pero nada de eso paso, Doug Pederson no solo planteo el partido “de cojones”, sino que además lo jugó “con cojones”.
La jugada que quizás definió a lo que venían los Eagles fue la que jugada que acabó con el TD del propio Nick Foles. Cuando la prudencia te dice que anotes el FG Doug Pederson decidió jugársela con un par de cojones, que nos hizo a todos brincar y decir «¿Pero qué cojones es eso?» Para acto seguido decir playcalling acojonante. Doug Pederson no solo estaba ejecutados un game plan “de cojones” sino también “con cojones”
La 2ª parte transcurrió igual en esa parcela, jugando “de cojones” y “con cojones”. A pesar de eso los Patriots siguen siendo muy peligrosos y con una defensa de los Eagles que estaba jugando “mal de cojones”, se vieron por primera vez por debajo en el marcador. Había tiempo para anotar de nuevo, pero si anotabas rápido le dabas tiempo a New England para volver a anotar. En ese drive final de nuevo Pederson tiró “de cojones”, con tiempo por delante se jugó un 4 y largo en mitad del campo, para luego ya jugando con el reloj anotar un TD cuando podían haber echado rodilla al suelo, agotar mucho tiempo, anotar un FG y dejar muy poco tiempo a Brady para la remontada.
Al final Doug Pederson nos ha mostrado a todos como se les gana a los New England Patriots, Ccomo lo hace la gran mayoría de equipos. Este equipo de New England, y especialmente este año 2017, era mucho mas batible de lo que parece. Ganarles nunca va a ser fácil, pero si lo intentas “sin cojones” los mas probable es que te vaya para casa, pero si lo haces “con cojones” te puedes llevar la Super Bowl. Quizás a partir de ahora veamos a muchos mas equipos jugarles a los de Bill Belichick sin complejos, como hicieron los Philadelphia Eagles.