A los aficionados, periodistas y “opinólogos” varios que pululan por la NFL les gusta señalar que esta competición se trata de la mejor liga del mundo, una donde todos los equipos tienen las mismas posibilidades de ganarla a pesar de la existencia de los New England Patriots. Sin embargo lo ocurrido este pasado viernes, que cierra un culebrón que empezó hace dos años, nos dice lo contrario, lo qué ha pasado con Colin Kaepernick, desde que fue cortado por los San Francisco 49ers en mayo de 2017, es uno de los capítulos más vergonzosos y vergonzantes que ha vivido una liga que está a punto de cumplir 100 años.
El acuerdo que ha alcanzado Colin Kaerpernick, y su ex compañero Eric Reid, es una salida en falso que evita que salgan al descubierto las vergüenzas de la que muchos consideran la liga más potente del mundo, que sin embargo ha tenido que hincar la rodilla ante un solitario hombre.David nuevamente ha derrotado a Goliath, esta vez no lo predijeron Los Simpson, sino la Biblia. Los medios periodísticos españoles, que tanto gustan de sacar a colación las vergüenzas de otras competiciones para justificar la propia, han perdido una oportunidad de oro para atizar, y con toda la razón del mundo, a una liga que ha actuado con su prepotencia y arrogancia habitual, pero mezclada con tintes de nepotismo, raza e ideología política.
El Caso Kaepernick es una de esas cosas de las que se hablará durante décadas, que a nadie extrañe que algún día se haga una película con aviesas intenciones o que la ESPN, con su oportunismo habitual, aproveche el viaje para producir otro documental de la serie “30 for 30”. De una cosa sí estoy absolutamente seguro, en el canal NFL Network jamás de los jamases veremos un capítulo de la serie “A Football Life”dedicado a Colin Kaepernick. Sé que muchos dirán que el QB no lo merece por lo que hizo en los emparrillados, no les falta razón, pero tampoco Tim Tebow lo merecía y tiene un capítulo dedicado a su figura.
Se suele decir que la victoria tiene mucho padres y la derrota ninguno, en esta ocasión podemos decir que es la excepción que cumple la regla. Colin Kaepernick es el único ganador de esta batalla, guerra o cruzada, la lista de derrotados no cabría en este artículo. La lista de derrotados incluye entre otros a la propia NFL, los 32 propietarios de ese exclusivo cártel, los 32 General Managers que se han bajado los pantalones ante sus dueños, los cientos de periodistas, analistas y “opinólogos” que se han pasado dos años rajando que el ex-QB de los 49ers no tenía sitio por cuestiones deportivas, los millones de aficionados que han comprado ese discurso y para cerrar alguien muy especial, ese deslenguado que mora en La Casa Blanca, que fue uno de los mas ruidosos en la injusta cruzada contra un jugador cuyo único pecado fue tener ideología propia.
Yo no voy a opinar si Colin Kaepernick tenía más o menos razón en sus protestas, su posición ideológica me importa muy poco, como me importan muy poco las creencias religiosas de Tim Tebow. De C.K. solo me preocupaba una cuestión ¿Podía o no podía jugar en la NFL? Esa es la única cuestión que deberían importarnos, todo lo demás son cuestiones que no nos deberían preocupar ni lo más mínimo. Mi respuesta es sí, sí y sí, Colin Kaepernick podía jugar en la NFL, solo que una serie de poderosos caballeros, miembros de un monopolio, tomaron la decisión de que no fuera así.
Que Colin Kaepernick no era un QB tradicional al uso era más que sabido, dotado de un físico prodigioso, Jim Harbaugh supo sacarle el máximo provecho posible aunque tampoco supo desarrollarlo y sacarle el enorme potencial que llevaba dentro. Con Jim Harbaugh bajo los mandos de los San Francisco 49ers Colin Kaepenick empezó un total de 39 partidos con un récord de 25-14, un 0.641 de porcentaje. En los playoffs eso se tradujo en un récord de 4-2, un 0.666 de porcentaje, las dos derrotas fueron en una Super Bowl ante los Baltimore Ravens y una final de Conferencia inolvidable ante los eventuales campeones, los Seattle Seahawks. En ambos partidos se pudo decidir de otra forma y pudo haber ganado cualquiera.
Con Jim Tomsula y Chip Kelly de Head Coach el récord de Colin Kaerpernick se desploma a 3-16, lo que deja el récord conjunto del QB en 28-30. Los detractores del QB utilizan a su antojo estos números, le recuerdan sus pésimos registros con Jim Tomsula o Chip Kelly, cuando lo cierto es que nadie hubiera sido capaz de ganar media docena de partidos con aquellas plantillas de unos Niners en plena descomposición y con una guerra declarada en el Front Office.
Los detractores de QB siempre alegan que bajo el mandato de Jim Harbaugh, allí el que ganaba era el equipo mientras que con Tomsula y Kelly el que perdía era el QB, así de fariseo es el discurso de los defensores de las QB Winz. Pero como eso no colaba, los San Francisco 49ers siguen siendo un conjunto lamentable pese a las salidas de Tomsula y Kelly y la llegada del salvador Jimmy Garoppolo y el nuevo gurú ofensivo Kyle Shanahan, el discurso fue variando y adaptándose a sus necesidades del momento. Las legiones de detractores de Colin Kaepernick, al igual que en su momento hacía Groucho Marx, tenían unos principios pero si no te gustaban tenían otros. El otro argumento fue la supuesta falta de calidad del QB o lo difícil que era que su estilo tuviera encaje en la NFL. Pero de eso ya se encargaron muchas franquicias de ir enterrándolo sin necesidad de más argumentos.
La lista de equipos que han hecho el ridículo no queriendo contratar al QB, o al menos no darle una oportunidad, es interminable. El primero que me viene a la mente son mis amados Miami Dolphins, Adam Gase prefirió sacar del retiro al entonces nuevo comentarista de la cadena FOX Jay Cutler y regalarle 10 millones de dólares por unas vacaciones en South Beach. Los detractores de Colin Kaepernick dijeron que no encajaba porque el esquema de Adam Gaseno era el adecuado para el QB, algo que nunca vamos a saber, lo que sí sabemos con absoluta seguridad es que Jay Cutler no fue el adecuado.
Otro equipo que desaprovechó la oportunidad de contratar a Colin Kaepernick fueron los Jacksonville Jaguars, un equipo que guardaba cierto parecido con aquellos Niners de la era Harbaugh, juego de carrera y defensa terrorífica. En la pretemporada 2017 los Jaguars tomaron la decisión de sentar a Blake Bortles y poner a Chad Henne, pero el experimento duró apenas un partido, Chad Henne era aún peor que Blake Bortles. El equipo decidió apostar otra vez por Blake Bortles, llegaron a la final de Conferencia y cuando tenían contra las cuerdas a los New England Patriots, asomaron todas y cada una de las graves deficiencias y enormes limitaciones de Blake Bortles. ¿Hubieran tenido más posibilidades con Colin Kaerpernick? Nunca lo vamos a saber, lo qué sí sabemos es que con Blake Bortles las posibilidades eran nulas. No contentos con eso los Jacksonville Jaguars decidieron renovar al controvertido QB que les ha pagado con la única moneda que conoce, haciendo el mas espantoso de los ridículos, hasta el extremo que el equipo va a cortar a Blake Bortles tarde y tras haberle pagado una auténtica morterada.
La temporada 2018 tampoco se puede decir que fuera mucho mejor ni para Colin Kaepernick ni para muchos equipos, varias franquicias se unieron al despropósito contratando QB de tres al cuarto y con pedigrí más que sospechoso. Los Miami Dolphins nuevamente fueron uno de los “agraciados”, si lo de Jay Cutler fue un punto bajo en la historia de la antaño orgullosa franquicia, la contratación de un absoluto incapacitado como Brock Osweiler no hizo más que echar gasolina al fuego. Sus compañeros de división, los Buffalo Bills, también se unieron a la fiesta. Ya en la temporada 2017 tuvieron la osadía de sacar a un terreno de juego a Nathan Peterman, que protagonizó la peor actuación de un QB en los últimos 50 años, aquello era comprensible puesto que lo habían elegido en el draft. En 2018, no contentos con aquella deplorable actuación, repitieron experimento con Nathan Peterman, que respondió con otra no menos deplorable actuación. Era tal el ridículo que los Bills decidieron sondear el mercado de QB y contrataron a Matt Barkley, un QB, con mas pinta de surfista que de jugador de football, cuyo único pedigrí es haber salido elegido en la 4ª ronda del Draft del año 2013.
Pero ni los Buffalo Bills ni los Miami Dolphins alcanzaron las cotas de golfería y ridiculez que protagonizaron los Washington Redskins. Cuando Alex Smith se rompió la pierna los capitalinos apostaron por su QB2, Colt McCoy, ningún problema con esto. Pero cuando Colt McCoy también se lesionó decidieron sacar del retiro a Mark Sánchez, sí, sí, el mismísimo Mark Sánchez, un mas que demostrado incapacitado. Como el QB estaba de todo menos preparado para jugar, se fueron a por Josh Johnson, un QB que no había lanzado un solo pase desde 2011, el año de novato de Colin Kaepernick. Desde que Josh Johnsonlanzó su último pase Colin Kaepernick había completado 1.011 pases de 1.692 intentados, todo ello sin jugar dos temporadas y parte de otras dos por lesiones.
Y nos voy a enumerar la larga lista de QB que han hecho pruebas o han sido contratados como QB en otras muchas franquicias. Incluso el lamentable Nathan Peterman pudo encontrar acomodo en los Oakland Raiders, por no mencionar que los Cleveland Browns dieron toda una tercera ronda del draft y muchos millones de salario a alguien tan limitado como Tyrod Taylor; o la enésima oportunidad dada por los Baltimore Ravens al prejubilado Robert Griffin III. Y dijo para el final el caso Blake Bortles, la muy mala temporada de los Jaguars, la mayor decepción de la temporada no es culpa del QB, pero aunque el resto del equipo hubiera rendido de conformidad al potencial que se le suponía, Blake Bortles una vez más demostró lo que muchos ya sabíamos de él, sí hay alguien que no debería tener sitio en la NFL es él, su sitio ahora mismo es la AAF siendo muy generosos.
Colin Kaepernick es el único y claro ganador. Su victoria ante la NFL, la prensa y sus detractores es enorme, inapelable, sin discusión, pero los detractores de QB han encontrado argumentos para crucificarlo, se ha vendido por un plato de lentejas. Vais a poder leer ahora que al final todo era una cuestión de dinero, que el QB se hizo el abanderado de una causa social y al final ha acabado sucumbiendo al poder de ese poderoso caballero que es Don Dinero. Como ya no les sirve el discurso de que no encaja, de que no tiene calidad y no hay una sola razón deportiva que justifique lo sucedido, ahora es todo una cuestión de dinero, del vil metal. ¿Pero es qué alguna vez no fue una cuestión de dinero? No, no y no, siempre fue una cuestión de dinero.
Cuando Colin Kaepernick empezó su protesta, arrodillándose durante la celebración del himno, no era una cuestión de dinero, entonces el QB jugaba con el lucrativo contrato que se había ganado en el campo cuando renovó por los San Francisco 49ers en junio de 2014, uno de esos papeles mojados que hablaba de 126 millones si se cumplía. Cuando en mayo de 2016 los Niners cortaron a Colin Kaepernick sí empezó a ser una cuestión de dinero y así ha sido hasta febrero de 2019 en que jugador y liga han alcanzado un acuerdo confidencial. La realidad es una y no más, durante 2 años la liga le ha negado a Colin Kaepernick la posibilidad de ganarse la vida haciendo lo qué sabe, jugar al football, mejor o peor, con más o menos calidad, pero le han negado la mayor no dándole ni una sola oportunidad, no ofreciéndole un solo contrato.En todo ese tiempo solo un equipo le hizo una prueba, los Seattle Seahawks, que declinaron contratarlo, pero al menos lo probaron. El resto de franquicias ni tan siquiera se dignaron en llamarle, en hacerle una prueba y mucho menos en ofrecerle un contrato.
Todos los que se les llenaba la boca con que Colin Kaepernick no quería jugar, o no quería hacerlo con un contrato mínimo, no tienen una sola prueba que pruebe sus argumentos, como no la tiene la NFL y han quedado tan en evidencia como aquella. ¿Alguien se cree qué si no hubiera un solo fax, un SMS, un WhatsApp o cualquier otro medio con una oferta, aunque fuera mínima, la NFL no hubiera llevado el caso a los tribunales de justicia? Pero si casi van al Tribunal Supremo por una cuestión de unas pelotas desinfladas ¿No van a ir si es necesario al Tribunal Internacional de La Haya o ante el Tribunal de la Rota con algo mucho más grave y trascendente?
La NFL ha hincado la rodilla, ha sido derrotado por un hombre solitario, por un David, en este caso afro americano. Esta derrota para la NFL es tan dolorosa como la del caso de las conmociones cerebrales, si más barata, pero tremenda para su imagen y prestigio. Colin Kaepernick le ha dado una patada en la entrepierna a la NFL de la que se hablará para siempre. La NFL ha actuado con estupidez, con prepotencia y con arrogancia. Esta liga que es incapaz de vender que ellos rompieron la barrera racial antes de que lo hiciera la MLB con Jackie Robinson, ha cometido uno de los mayores, sino el mayor error de su centenaria historia.
Los detractores de Kaepernick sin embargo enseguida han encontrado un argumento, se ha vendido al dinero y ha aceptado un acuerdo que lo hará millonario y todo lo que nos ha vendido en los dos últimos años es solo postureo. ¿Y qué hay de malo en eso cuando esa misma liga le ha negado el derecho a ganarse ser millonario jugando al football? Los detractores de Kaepernick son solo eso, detractores del jugador y como Groucho Marx, tienen unos principios, pero sí no te gustan, tienen otros principios. El único principio aquí es el dinero, siempre fue una cuestión de dinero y se ha resuelto con dinero, como no podía ser de otra manera.
El acuerdo que ha alcanzado Colin Kaerpernick, y su ex compañero Eric Reid, es una salida en falso que evita que salgan al descubierto las vergüenzas de la que muchos consideran la liga más potente del mundo, que sin embargo ha tenido que hincar la rodilla ante un solitario hombre.David nuevamente ha derrotado a Goliath, esta vez no lo predijeron Los Simpson, sino la Biblia. Los medios periodísticos españoles, que tanto gustan de sacar a colación las vergüenzas de otras competiciones para justificar la propia, han perdido una oportunidad de oro para atizar, y con toda la razón del mundo, a una liga que ha actuado con su prepotencia y arrogancia habitual, pero mezclada con tintes de nepotismo, raza e ideología política.