Nunca he sostenido que tal o cual jugador es el mejor, o abusando de ese anglicismo denominar a un atleta de THE GOAT, acrónimo en inglés del más grande de todos los tiempos. Y tengo mis razones, no se pueden juzgar etapas diferentes de un deporte que continuamente evoluciona, muta y cambia. Yo empecé viendo la NFL en la década de los setenta y 40 años después, con ocho nuevos equipos desde aquel entonces, sigue siendo la NFL, pero lo qué vemos y se hace en el campo no lo es. Si es mejor o peor no es el momento de debatirlo, además de ser un melón que no quiero abrir.
Por eso ese debate sobre si Tom Brady es el mejor jugador de la NFL de todos los tiempos me parece absurdo. La primera razón es muy sencilla y todos la van a entender, para saber qué o quién es lo mejor de todos los tiempos primero hay que haber vivido todos esos tiempos, nadie que yo conozco ha hecho eso. La segunda, en un deporte con tanta especialización y con cada jugador haciendo X funciones, calificar a uno del mejor en términos absolutos es minusvalorar lo qué hacen los demás. Lo que hace tu mano derecha solo se comprende como un movimiento de todo tu cuerpo, desde el codo hasta la rodilla izquierda ¿Podría hacer lo que tu mano derecha sin hacer el resto de tu cuerpo sus otras funciones?
Cuando alguien me suele decir que Tom Brady es el mejor jugador yo siempre les respondo igual, un día un tal Sammy Baugh lanzó en un mismo partido cuatro pases de TD e interceptó otros tantos pases, además era el punter del equipo. Sammy Baugh estaba 60 minutos en el campo con lo que a él eso de la posesión le daba igual. ¿No te hace eso ser mejor jugador? También suelo responder ¿Conociste el impacto que tuvo Lawrence Taylor en el juego? ¿Viste la clase de jugador tan especial que fue Jim Brown que jugando en la posición más castigada de la NFL no se perdió jamás un partido a la vez que barrió todos los récords de su posición?
Es un debate estéril, que viene muy bien en los momentos de hastío, que normalmente es ese periodo que va desde la NFL entra en hibernación, los meses que van de mayo a julio, o dicho de otra forma, los que van desde la celebración del draft hasta que empiezan los Training Camps. Los que llevamos un tiempo en esto sabemos que si quieres meter ruido en ese oasis, lo que tienes que hacer es muy sencillo, hacer todo tipo de rankings, que seguro que habrá debate.
Pero volvamos a la figura de Tom Brady. Nunca he considerado a Tom Brady el mejor QB porque desde un punto de vista de solo lo qué es el puesto de QB no lo es, lo que nunca he dudado es que es el QB más laureado. Y sí, he dicho QB porque hay otros jugadores como Fuzzy Thurston, Forrest Gregg o Herb Adderley, que al igual que Tom Brady pueden lucir seis anillos en sus dedos, otra cosa es que la inmensa mayoría no lo sepan ni los conozcan. Y no metemos en el debate a Otto Graham que tiene siete anillos pero una liga que por motivos desconocido la NFL se niega a integrar sus récords como si hace con la AFL.
Siempre he considerado a Tom Brady el QB perfecto para Bill Belichick porque este es un descendiente directo de Bill Parcells. Nadie como The Big Tuna ha dado tanta importancia a los detalles, a la importancia de la posesión, de no cometer turnovers, de minimizar los fallos. Aunque Bill Belichick ha superado a su maestro es bajo su tutela con quien empezó su carrera, incluso volvió con él después de una primera incursión fallida como Head Coach en Cleveland, y es más, rechazó la posibilidad de ser coordinador defensivo con Jimmy Johnson en los Miami Dolphins para unirse de nuevo a Bill Parcells.
Bill Belichick, como Bill Parcells, no pueden con los QB con mentalidad de pistoleros, con los QB que toman riesgos innecesarios o que cometen demasiados turnovers. Las broncas que Phil Simms recibía de Bill Parcells fueron legendarias precisamente por eso, Bill Parcells no quería que tomara riesgos. Cuando Tom Brady hace prescindible a Drew Bledsoe no fue porque tuviera un mejor brazo o fuera mejor atleta de lo que era Drew Bledsoe, un QB que fue primera elección absoluta del draft, sino porque era el tipo de QB que se ajustaba al tipo de ataque que Bill Belichick quiere, un ataque que no comete fallos, donde prime ante todo y sobre todo la ejecución, que no necesariamente tiene que ser brillante, pero sí eficiente. Ese es el gran secreto de Tom Brady, no es el mejor QB desde un punto de vista físico, no tiene el mejor brazo ni es precisamente movil, pero nadie como él ha elevado el nivel de ejecución y eficiencia a los niveles a los que él lo ha llevado. Cuando Tom Brady empezó su carrera, cuando su equipo ganó tres Super Bowls en cuatro años, la comparación de Tom Brady era Troy Aikman, otro QB queda hizo de la ejecución y eficiencia su mejor carta de presentación. Eran QB que hacían lo que el equipo les demandaba hacer en cada momento y la comparación no podía ser más adecuada.
Los cambios de reglas, que facilitaron enormemente el juego de pase evolucionaron a la par que Tom Brady. La NFL, tras las quejas de Bill Polian por el trato que recibían los WR de los Indianapolis Colts de Peyton Manning decidió “facilitar” el juego de pase, lo que en realidad hizo es hacer mucho más restrictiva una regla que ya existía. Esa reinterpretación de la regla supuso un claro antes y después en el juego de pase. Las estadísticas de pase de absolutamente todos los QB se dispararon hasta el extremo de que QB de clase media eran capaces de pasar con asombrosa facilidad más de 4.000 yardas siendo el caso más claro alguien tan mediocre como Matt Schaub, un QB del montón clase baja.
Y como no podía ser de otra forma los que eran los mejores QB en aquel periodo vieron que sus números se dispararon, fueron los años donde el récord legendario de Dan Marino cayó en años consecutivos hasta el extremo de que ya ha caído en el baúl de los recuerdos, y ni os cuento a donde descenderá cuando la NFL implemente los 17 partidos de temporada regular, las 5.000 yardas van a estar al alcance de cualquier medianía. Fueron los años donde la rivalidad de Peyton Manning y Tom Brady se disparó al compartir ambos la misma conferencia y encontrarse todos los años, fueron los años del debate de quien era el mejor QB de los dos, etc… Tom Brady se hizo más letal aún por qué además de facilitarle el juego de pase, lo que hizo fue elevar exponencialmente sus niveles de ejecución anteriores. Tom Brady nunca ha sido el que más pases espectaculares hacia (salvo cuando tuvo a Randy Moss), nunca fue ese QB genial que era Peyton Manning, nunca tuvo las excepcionales condiciones objetivas para ser QB que tuvo Aaron Rodgers, pero sí era el mejor ejecutando, adaptándose en cada momento a lo que su equipo le exigía, minimizando los errores y cuidando mucho los pases, haciendo del “Dink & Dunk” su modus vivendi y mejor seña de identidad.
Tom Brady ha hecho de la minimización de los errores su carrera y por eso me ha sorprendido tanto que haya elegido continuar su carrera en un equipo como Tampa Bay Buccaneers, un equipo que está entrenado por un Head Coach, Bruce Arians, que es la antítesis de lo que es Bill Belichick. El lema de Arians ha sido siempre “No risk it, no biscuit”, sin riesgo no hay premio. Bruce Arians ha entrenado a QB como Ben Roethlisberger, Andrew Luck, Carson Palmer y más recientemente Jameis Winston, QB que bajo su tutela se caracterizaron todos ellos por sacar a pasear sus grandes brazos, otra característica de los QB de conocido como “QB Whisperer”.
Ahora el gran debate es quién se va a adaptar a quien. ¿Vamos a ver a un Tom Brady jugando como aquellos QB? Si lo hace ya se puede preparar para recibir estopa con sus 43 años porque otra cosa no, pero los QB de Bruce Arians reciben estopa como pocos por el estilo agresivo de juego que predica. ¿O vamos a ver a Bruce Arians adaptarse al juego corto, preciso y rítmico al que nos ha acostumbrado Tom Brady toda su carrera?Esa es la gran cuestión que ahora mismo hay en el planeta NFL.
Pero no solo es qué juego o prestaciones vamos a ver de Tom Brady en Tampa, sino haber elegido una franquicia tan singular y asociada a la derrota como son los Buccaneers, que al día de hoy son la franquicia más perdedora de la historia de la NFL. Sí, es cierto que todas las franquicias pueden ver cambiado su sino alguna vez, los mismos New England Patriots son el más claro ejemplo, como antes lo fueron los Pittsburgh Steelers, dos franquicias que salieron del oscurantismo para ser las dos únicas que tienen seis Super Bowls en sus vitrinas.
Se me antoja muy difícil que con el equipo que ahora mismo tienen los Buccaneers, con el Head Coach que tienen, pero sobre todo con un QB como Tom Brady que ha jugado toda su carrera en un equipo que ha hecho de “The Patriots Way” su señal de identidad. No me creo que Tampa y Bruce Arians se acerquen siquiera a esa filosofía de equipo, Bruce Arians y Bill Belichick se parecen lo que un huevo a una castaña. Yo no termino de ver cómo van a encajar a Tom Brady en una franquicia de las características tan singulares como Tampa con alguien que viene de un entorno tan controlado y asfixiante como era New England, donde se funcionaba como una “Omertá” o con métodos parecidos al Mossad israelita. Quizás Tom Brady buscaba no sé, más dinero, mas calor, más libertad o más anarquía, raro en alguien que ha hecho de la alimentación una autentica religión.
Por todo eso yo soy de los que cree que Tom Brady se ha equivocado, algo tan extraño en él que minimiza los errores al maximo. Eso sí, la que no creo que se haya equivocado es Tampa, de momento hay lista de espera para la venta de abonos de temporada, que se ha disparado. Por eso me ha extrañado tanto que los Los Angeles Chargers no se hayan tirado a la piscina a por Tom Brady, mas ahora que van a estrenar estadio y andar muy necesitados de calor y aficionados. Aunque yo soy de los que cree que Tom Brady nunca tuvo demasiado interés en irse a Los Angeles, allí tendría que vérselas dos veces al año con los Kansas City Chiefs de Pat Mahomes, unos Las Vegas Raiders en claro crecimiento y jugar en uno de sus particulares teatro de los horrores, la altitud de Denver, por no mencionar que los New England Patriots deben rendir visita a los Chargers en 2020.
En Tampa han recibido con los brazos abiertos a Tom Brady, para una franquicia como esta en la que nunca un QB ha durado más de cinco temporadas ver a otro que lo mismo les dura dos o tres no es algo que les preocupa en absoluto. Para una franquicia que ha visto como Doug Williams, Trent Dilfer o Steve Young se marcharon a ganar la Super Bowl a otros equipos; para una franquicia que ha tenido a QB como Trent Dilfer, Josh Freeman o más recientemente Jameis Winston fracasar como proyectos de QB franquicia; para una franquicia que ha ganado su única Super Bowl con un jornalero como Brad Johnson como QB, tener al QB más laureado de la historia, es una especie de premio y sentirse alguien en la NFL, poder gritar “Tenemos a Tom Brady” a los cuatro vientos.
Sinceramente, dudo que Tampa pueda optar poco más que a entrar en los playoffs. Los New Orleans Saints de Drew Brees salvo desastre les llevan demasiada ventaja en lo referente a construcción de equipo. La NFC South no es el flete de división que ha sido la AFC East donde Tom Brady podía apuntarse al menos 5 victorias cada temporada. Tampoco la NFC es el páramo fue la AFC donde hasta que apareció Pat Mahomes tras la marcha de Peyton Manning. Se me antojan demasiadas puertos de fuera de categoría para Tom Brady y los Buccaneers, que eso sí, se van a poner muy contentos con la asistencia al estadio y la venta de camisetas.