w7: The Orange Curse

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No sé si soy el único que lo veo, pero el naranja les da mala suerte a los Bucs. Sí, ya sé que todo el merchandising relacionado con la equipación throwback vende mucho, y que el uniforme es muy bonito, y que el casco con el Buccaneer Bruce es aún más chulo, y que a las cheerleaders les sienta de maravilla, pero la equpación es gafe, y los Bucs deberían plantearse el volver a utilizarla, por lo menos en las temporadas en las que tengan intención de jugarse algo.

 

Los Tampa Bay Buccaneers (2-4) tienen un discreto récord de 128-125 cuando juegan de rojo y estaño, con 7 participaciones en los playoffs y una victoria en la Super Bowl XXXVII. Pero antes tuvieron un pasado, y desde su fundación en 1976, jugando de naranja y blanco hasta 1996, cosecharon un récord de 100-223-1, con una sola victoria en playoffs en 21 temporadas. Este récord también incluye por supuesto el ominoso 0-14 de su temporada inicial, sólo «mejorado» por los Lions de 2008.

 

El cambio de equipación fue un punto de inflexión en la franquicia. Cuando se estrenó la nueva equipación en 1997, los Bucs venían de un 6-10 la campaña anterior y no tenían una temporada con récord positivo desde 1981, pero esa misma temporada ya acabaron 10-6, y no volvieron a tener una temporada con récord negativo hasta 2004. Tal vez conocedores de esto, los Bucs se resisitieron a la moda de la NFL de jugar algunas semanas con equipación throwback, pero en 2009 sucumbieron al marketing, decidiendo jugar un partido al año de naranja y blanco, aprovechando la ocasión para elevar a jugadores a su anillo de honor.

 

En 2009 no les salió mal la jugada. Las ventas fueron un éxito y los Bucs ganaron a los Packers, pero a partir de ahí todo ha vuelto a ser derrotas. En 2010 los Falcons remontaron la ventaja de los locales en el 4º cuarto y en 2011 los Panthers apalizaron a los bucaneros. Pero lo de este año ha sido el colmo.

 

No es sólo que perdieran el partido frente a sus rivales New Orleans Saints (2-4), entra dentro de lo razonable, lo más doloroso es la forma en que perdieron. Perdieron después de adelantarse 14-0 en el 1º cuarto, después de que su QB Josh Freeman firmara un partido magnífico (24/42, 420 yardas, 3 TD, sin pérdidas de balón), después de que sumaran más de 500 yardas ofensivas, y después de que se plantaran en «1ª y goal» desde la 9 en los últimos segundos y de que Freeman conectara con sus receptores en dos ocasiones en la endzone. O parecía conectar, porque en la 1ª ocasión, en 3º down, Vincent Jackson pisó la línea de fondo por pulgadas y en la 2ª, en 4º down, el TD de Mike Williams quedó anulado porque había salido por el fondo y no podía ser el 1º jugador en tocar el balón.

 

Y no sólo eso, en el 3º cuarto Freeman conectó con Jackson en un pase de ¡95 yardas!, pero que no fue TD por el increíble esfuerzo del S Malcom Jenkins, quien saliendo desde bastante más atrás lo cazó en la yarda 1. No es un récord de la NFL porque Jim Hart lanzó uno de 98 a Bobby Moore en un Cards vs. Rams de 1972, de la 1 a la 1. Y lo que es peor, los Bucs no anotaron en dicho drive, debido al fenomenal goaline stand de una defensa de los Saints motivada pr la recuperación del sancionado Jonathan Vilma. Una jugada así sólo puede ser debida al uniforme naranja.

 

Claro que los más racionalistas pueden pensar que los Bucs perdieron por su lamentable defensa, que fue triturada por Drew Brees (27/37, 377 yardas, 4 TD, pick), y que permitió un parcial de 28-0 con el que los Saints dieron la vuelta al marcador. Pero la teoría de la maldición naranja es siempre más interesante.

 

LO MEJOR Y LO PEOR DEL DOMINGO

La NFC Este puede estar a un mejor o peor nivel, pero sus duelos intradivisionales suelen ser frecuentemente lo mejor de cada jornada.

 

Así, el mejor partido del domingo fue el de Meadowlands. New York Giants (5-2) y Washington Redskins (3-4) disputaron un intenso duelo del principio a fin, con dos cambios de liderazgo en el marcador en los dos últimos minutos.

 

Robert Griffin III no pudo llevar a los suyos a la victoria, pero se ha ganado la admiración de crítica y público por su juego frente a los campeones. Completó 20/28 pases para 258 yardas, 2 TD y un pick, y corrió 89 yardas en 9 scrambles, pero más allá de los números fue un constante peligro para la defensa neoyorkina, y junto con las 120 yardas de carrera en 22 acarreos de Alfred Morris, dominaron el partido en bastantes fases del mismo.

 

Los Giants no se quedaron atrás, y devolvieron golpe por golpe, con TD de carrera de Ahmad Bradshaw y de Andre Brown. Tan igualado estaba el partido que un fumble de Griffin fue replicado con una intercepción a Eli Manning en la siguiente jugada, en el 4º cuarto. Sólo quedaba por ver si RGIII sería capaz de jugar al mismo nivel en el clutch y llevarse el partido. Tuvo un drive para ello, a falta de tres minutos para el final y 4 puntos abajo en el marcador, y con un buen scramble y un par de buenos pases remató la faena con el 2º pase de TD a Santana Moss, de 30 yardas, a 1:32 del final.

 

Un magífico broche para una gran actiuación… si enfrente no estuviera «Mr. Clutch», el hombe del 4º cuarto. RGIII se precipitó anotando tan pronto, pero en este caso casi da igual, porque Eli necesitó menos de 10 segundos para firmar la victoria con un pase de TD de 77 yardas a Victor Cruz. Increíble. RGIII tuvo opción de devolver de nuevo el golpe, pero un fumble de Moss liquidó el partido.

 

Y si en la Gran Manzana tuvimos lo mejor del domingo en el Black Hole tuvimos lo peor. El partido que enfrentó a Oakland Raiders (2-4) y Jacksonville Jaguars (1-5) es, sin duda, uno de los partidos con peor juego que recuerdo haber visto.

 

Con el Game Pass a dos pantallas, y con la atención centrada en lo que ocurría en Foxboro, cada vez que echaba un ojo a la parte derecha de la pantalla me sorprendía más. Los Jaguars, casi co-líderes del Barkleyómetro®, perdían a Blaine Gabbert, perdían a Maurice Jones-Drew y ganaban 17-3 en Oakland a poco del descanso. Un desastre para los locales. Pero es que los Raiders se empeñaban en devolver el balón una y otra vez a sus rivales. Cada vez que miraba la pantalla estaban perdiendo otro balón. Carson Palmer fue interceptado en una ocasión y perdió un fumble, y tuvo suerte de que le aplicaran la tuck rule en otro. Phillip Adams perdió otro balón en un muff de un punt.

 

Palmer, obviando a Darren McFadden, se dedicó a lanzar todo lo que pudo con bastante poca precisión (26/46, 298 yardas) y los Raiders sólo iban remontando a base de FG de Sebastian Janikowski, otra vez la mejor arma ofensiva de los Raiders. El polaco convirtió 4 FG y se quedó corto en el intento de uno de 64 yardas, sobre la bocina, después de que Palmer empatara el partido con un QB snake.

 

Al final el partido llegó a la prórroga y terminó como tenía que terminar, con los Jaguars cometiendo un fumble en su propia yarda 17 y Janikowski rematando la faena.

 

1º LOS TEXANS, LUEGO NADIE Y LUEGO LOS DEMÁS

El domingo se iba a definir también quién es el gallo de la AFC, ya que se enfrentaban los dos equipos con mejor récord. Los Houston Texans (6-1) nunca habían ganado en su historia a los Baltimore Ravens (5-2), pero no tenía ninguna duda de que esta vez lo iban a hacer.

 

Los Ravens acumulaban bajas, pero también es notorio el bajón de su juego cuando juegan fuera de casa. Y también eran notorias las señales de alarma de sus últimas victorias frente a Chiefs y Cowboys. Ahora bien, si la victoria de los tejanos era esperada no lo fue tanto la paliza que les dieron a los cuervos. Los Texans venían de una fea derrota contra los Packers y su rendimiento albergaba alguna duda..

 

El partido despejó todas las dudas. Los Texans llegaban al descanso 29-3, con un casi perfecto Matt Schaub (23/37, 256 yards, 2 TD) y un productivo Arian Foster (18 acarreos, 98 yardas, 2 TD), por un lado, y una gran defensa liderada por J.J. WattsConnor Barwin, que sumó 4 sacks, 2  picks, bloqueó innumerables pases y dejó a los Ravens en 176 yardas ofensivas totales.

 

Joe Flacco fue un monigote frente a la defensa tejana y no llegó ni a completar la mitad de sus 43 pases. A los Ravens no les funcionó ni la defensa que daba la bienvenida a un recuperado Terrell Suggs, y se volvieron para Baltimore muy tocados.

 

Los Ravens ya pueden mejorar porque van mirando el retrovisor de reojo. Por la noche se enfrentaban sus principales rivales divisionales y lo que vieron puede asustarles, porque los Pittsburgh Steelers (3-3) están poniendo el intermitente.

 

Los Cincinnati Bengals (3-4) decepcionaron a propios y a extraños. Recibían a unos Steelers con bajas importantes a ambos lados del balón y esperaban darles la puntilla. En los primeros compases del partido parecía que iban en buen camino, gracias a las pérdidas de balón de Ben Roethlisberger (pick y fumble), a los drops de Mike Wallace y al inicial acierto de Andy Dalton y del juego de carrera de los Bengals. Pero era un espejismo. Los Steelers volvieron a jugar el Steeler football, con un potente juego de carrera entre tackles (122 yardas en 17 acarreos del 3º RB Jonathan Dwyer), pases cortos y screens, y una buena defensa que frenó la carrera y anuló a A.J. Green, el arma más peligrosa de los bengalíes. Los locales sólo lograron dos primeros downs en toda la 2ª mitad.

 

La AFC Norte tiene pinta de que va a volver a decidirse en un mano a mano entre Ravens y Steelers. Aún nos queda disfrutar de sus dos duelos frente a frente, así que nos vamos frotando las manos.

 

LA BLACK&BLUE AL ROJO VIVO

Los Chicago Bears (5-1) siguen al mando de la división después de un muy serio MNF en el que cortocircuitaron a los Detroit Lions (2-4). El resultado es engañoso, la diferencia en el campo fue mayor, los Lions sólo pudieron anotar a 30 segundos del final del partido.

 

Las buenas combinaciones de Jay Cutler con Brandon Marshall y el juego de carrera de Matt Forte permitieron a los Bears tomar una rápida ventaja en el marcador, aunque el ataque se fue trabando, sobre todo después del  sack de Ndamukong Suh que sacó del campo durante unos minuitos a un Cutler que acusó el golpe en las costillas el resto del partido.

 

Pero la defensa de los Bears no cedió un ápice en todo el partido. Los locales parecieron jugar al Harbaughballl, un ataque basado en la carrera (132 yardas en 28 acarreos de sus RB, más otras 39 en 4 scrambles de sus QB), arriesgando poco en el pase, prefiriendo chutar un punt que arriesgar en 3º down, y dejando que la defensa anulara por completo el ataque rival.

 

La conexión Matt StaffordCalvin Johnson (3 recepciones, 34 yardas) está totalmente oxidada, el juego de carrera de los Lions era algo decorativo, y el partido se tornó en un festival de punts. Y cuando los Lions no chutaban punts era porque habían perdido el balón. La excelente defensa de Chicago interceptó a Stafford en una ocasión y forzó nada menos que 4 fumbles, de los que recuperaron 3, dos de ellos en la redzone. El crucial fue el de Joique Bell a sólo un par de pulgadas de la goaline. Fue fruto de la impotencia de los Lions frente a impenetrable defensa rival.

 

Tras los Bears tenemos a los sorprendentes Minnesota Vikings (5-2), que siguen ganando. No fue ni mucho menos un buen partido de Christian Ponder (8/17, 58 yardas, TD, 2 picks), lleno de malas decisiones tomadas, pero a los Vikings les bastó con la mejor versión de Adrian Peterson (23 acarreos, 153 yardas, TD) y con su defensa para doblegar a unos Arizona Cardinals (4-3) cuesta abajo. Como Kevin Kolb se rompió, los Vikings jugaron al «sackea a John Skelton«, anotando 7, tres de ellos de Brian Robinson y dos de Jared Allen.

 

Los Cards han encajado 35 sacks en 7 partidos, así no pueden ir muy lejos, ni con las buenas actuaciones de LaRod Stephens-Howling (20 acarreos, 104 yardas, TD) y Andre Roberts (7 recpeciones, 103 yardas, TD). La defensa estuvo bien, fuera de los dos drives anotadores los Vikings apenas consiguieron un par de primeros downs, pero el pick six de Harrison Smith fue la puntilla para los de Arizona.

 

También los Green Bay Packers (4-3) se suman a la pelea, después de sendas victorias consecutivas. Los St. Louis Rams (3-4), como los Cards, van perdiendo pujanza en la NFC Oeste y caen a récord negativo. Cuando Aaron Rodgers juega como Aaron Rodgers, poco más hay que hacer para ganar el partido. A-Rod completó 30 de los 37 pases que lanzó para 342 yardas y 3 TD, dos para Randall Cobb y otro para Jordy Nelson, y poco más hay que decir, basta con que la defensa defienda un poco y listo, ni siquiere hace falta hacer un buen partido al otro lado del balón.

 

Y así lo hicieron, tres sacks y una intercepción a Sam Bradford, y mantener a raya a Steven Jackson (12 acarreos, 57 yardas) y de vuelta a casa. Los Rams no tienen capacidad para igualar la producción ofensiva de los Packers, aunque por lo menos Jackson anotó su 1º TD de carrera en la temporada. Si su defensa no consigue presionar lo suficiente a Rodgers, y no lo hizo, etán perdidos.

 

Al igual que los Bucs, los New England Patriots (4-3). también llevaron equipación throwback, su viejo uniforme con el casco de Pat the Patriot (el patriota borracho para los críticos). También trae recuerdos de épocas poco gloriosas, como el de los Bucs, y además no es tan bonito como el de éstos, pero por lo menos no es gafe. Sin ir más lejos el domingo pueden estar contentos de que los New York Jets (3-4) les dejaran vivos en Foxboro, en un partido en el que ambos equipos parecieron empeñados en perder en algún momento de juego.

 

Los Jets estuvieron voluntariosos, defendiendo bien, pero los Pats, sin brillar demasiado, encontraron la manera de dominar el marcador anotando con todas sus unidades: en ataque con un par de pases de TD de Tom Brady a Rob Gronkowski, en defensa con un Safety, y con los equipos especiales con un retorno de kickoff de 104 yardas para TD de Devin McCourty. De todo necesitaron los Pats para entrar 10 puntos arriba en el marcador en el 4º cuarto.

 

Pero los de Bill Belichick volvieron a sufrir ese bajón en el 4º cuarto cuando van por delante en el marcador, que si esto fuera el Marca sería definido por un escatológico nombre. Con la defensa visitante achuchando a un impreciso Brady, Mark Sanchez acercó a los suyos con un pase de TD al TE Dustin Keller. Tras un «tres y fuera» los Jets estaban de nuevo llamando a la puera al filo del two minutes warning, cuando Stephen Hill cometió un drop criminal en una jugada que le daba el 1º down.

 

Entonces le tocó a McCourty cometer otro criminal fumble en el retorno del kickoff que les dejaba el partido en bandeja a los Jets. Pero éstos sólo pudieron anotar un FG y luego permitieron que Brady protagonizara uno de esos drives impecables que sabe firmar, para que Stephen Gostkowski llevara el partido a la prórroga con un FG de 43 yardas y allí lo rematara con otro de 48. El fumble final de Sanchez sólo fue el broche de su incompetencia en los minutos finales. Los Jets perideron el partido y Sanchez perdió, al parecer, a su novia Eva Longoria, aunque ambos hechos no tienen por qué estar relacionados.

 

La igualada a 3-3 en la AFC Este se rompe necesariamente, entre el bye de los Dolphins y la penosa derrota de los Buffalo Bills (3-4). En un shootout en el que las defensas se podrían haber quedado en casa (he tenido que mirar el Game Book para comprobar que efectivamente habían salido al campo), los Tennessee Titans (2-4) ganaron gracias a un TD en 4º down al final del partido, la experiencia de Matt Hasselbeck. Hasta entonces los Titans se habían dedicado a correr, porque sin oposición, hasta Chris Johnson es capaz de sumar 195 yardas de carrera y 2 TD en sólo 18 acarreos, a más de 10 yardas por carrera. Además el joven Jamie Harper anotó otros dos corriendo en situaciones de goaline.

 

Ryan Fitzpatrick (27/35, 225 yardas, 3 TD) fue devolviendo los golpes, pero primero un fumble en el 1º drive tras el descanso y, sobre todo, una intercepción en el que tenía que ser su drive ganador, pesaron demasiado e inclinaron la balanza a favor de los visitantes.

 

El tiempo apremia. Ya me he enrollado bastante. Toca resumir el resto de la jornada en un «Two Minutes Drill».

 

Los San Francisco 49ers (5-2) retomaron el liderato de la NFC Oeste en su 1º duelo divisional de la temporada. En un duro enfrentamiento entre dos de las mejores defensas de la liga, los Seattle Seahawks (4-3) dominaron la 1ª mitad y sólo un par de drops evitaron que se fueran al descanso con el partido encarrilado, con Marshawn Lynch percutiendo el front seven rival y sumando ganando 103 yardas en 19 acarreos.

 

Pero en la 2ª mitad los Niners dieron la mejor versión de sí mismo, corriendo como sólo ellos saben hacerlo, con Frank Gore corriendo 131 yardas en 16 acarreos, aprovechando los buenos bloqueos de la OL y la defensa ahogando a los Seahawks, sobre todo a Russell Wilson (9/23, 122 yardas, pick), quien sólo completó un pase en toda la 2ª mitad. Los Seahawks sólo cruzaron el medicocampo en una ocasión en toda la 2ª mitad y no avanzaron más allá de la yarda 43.

 

Jim Harbaugh ganó 2-1 a Pete Carroll cuando ambos compartían conferencia con Stanford y USC, respectivamente, En la NFL, compartiendo también división, van 3-0.

 

Los Dallas Cowboys (3-3) calmaron las aguas y equilibraron su récord a costa de unos Carolina Panthers (1-5) que no han resuleto sus problemas en el bye. Los de Jason Garrett firmaron un partido que no pasará a la historia, con un comedido Tony Romo (24/34, 227 yardas, TD) y con Dan Bailey rematando a base de FG (4/4, el más largo de 49 yardas). Pero fue suficiente para doblegar a un equipo en el que empiezan a rodar cabezas. Cam Newton (21/37, 233 yardas, TD, pick, fumble) muestra su decepción y el primero en caer ha sido el General Manager Marty Hurney. Veremos los siguientes.

 

Por último, los Indianapolis Colts (3-3) se llevaron el primer derby de QB rookies, muy igualado, frente a unos Cleveland Browns (1-6) a los que la suerte es esquiva. Sin embargo, los números Brandon Weeden (25/41, 264 yardas, 2 TD) fueron mejores. Andrew Luck completó 16/29 pases para 186 yardas y también anotó dos TD en scrambles, pero también cometió un fumble. Al final, el superior «suppoorting cast» de los locales desequilibró el partido. De todos modos, ambos equipos están en reconstrucción y tienen todavía mucho trabajo por delante.

 

BYES DE LA SEMANA: Es la jornada con más equipos en bye de la temporada, pesadilla de jugadores de Fantasy, pero agradecido decanso siempre para las plantillas. Tenemos en reposo al líder del Lombardímetro, los Atlanta Falcons (6-0), a tres cuartas partes de la AFC Oeste,  San Diego Chargers (3-3)Denver Broncos (3-3)Kansas City Chiefs (1-5), a los Philadelphia Eagles (3-3), que necesitan un giro en su singladura, y a los Miami Dolphins (3-3), que son como el manido gallego en la escalera, que no se sabe si sube o baja.

 

6-0. Set para los Falcons. Unicos invíctos de la NFL. Y descansados.
Podrían ser el #1, pero tendrán que esperar a que pierdan los Falcons.
Ganando a uno de sus «rivales malditos», aunque sea in extremis.

 

Habrá que ver con qué pinta salen del bye.
En serio peligro de caer al #1, sólo les faltaba perder a sus jugadores clave.
Cerca de la victoria, podrían ser desbancados por los Panthers.

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