Estadísticas 2013 (8-8):
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Draft 2014:
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Aunque el primer año de Marc Trestman al frente de la franquicia de Illinois no haya cumplido las expectativas, no puede decirse que todas las noticias hayan sido malas. La temporada ha sido algo decepcionante porque, tras decidir no continuar con Lovie Smith después de acabar el año 2012 con 10 victorias y 6 derrotas (no alcanzando los playoffs), cerrar el 2013 con una marca de 8 victorias y 8 derrotas, desaprovechando frente al rival directo y en casa la oportunidad de pasar a la postemporada en el último encuentro, es un paso hacia atrás en un equipo cuyas últimas temporadas también habían desilusionado a la afición.
Ese balance de victorias y derrotas estuvo apoyado en el descalabro de la unidad defensiva, unidad por cuya continuidad se había apostado al comienzo de temporada (Mel Tucker no hizo ningún cambio de sistema ni de jugadores más allá de los obligados por bajas y retiradas) y que fue inoperante, especialmente frente a la carrera, durante todo el año. Por el contrario, Trestman consiguió ensamblar una unidad ofensiva donde destacó la solidez de la línea de ataque, que permitió a Cutler culminar su mejor temporada en Chicago y una de las mejoras de su carrera profesional. En definitiva, habíamos pasado de ver a un equipo en el que el ataque era incapaz de cerrar los partidos que la defensa ganaba a un equipo en el que no importaba cuánto y cómo anotaba el ataque: el rival siempre encontraba maneras de dar la vuelta al marcador.
Comenzaba, por tanto, el año 2014, con mucho trabajo por delante, teniendo que decidir, en primer lugar, el destino de veintisiete jugadores que iban a alcanzar la agencia libre en algunas de sus modalidades durante el invierno. La gerencia hizo toda una declaración de intenciones recién acabada la temporada, con la renovación el día 2 de enero de Jay Cutler, el guard izquierdo Matt Slauson y el cornerback Tim Jennings. Las posteriores renovaciones de los veteranos Roberto Garza (center) y Charles Tillman (cornerback) suponen una garantía de continuidad en algunos de los puestos en los que el equipo tiene menos profundidad.
Por el lado de las bajas, no fue posible retener a jugadores como Josh McCown (las buenas actuaciones del quarterback suplente durante los intervalos en los que Cutler estuvo lesionado le valieron un billete para los Buccaneers de Lovie Smith), el defensive tackle Henry Melton o el especialista Devin Hester, que ha sido una de las marcas de la franquicia en la última década pero que, desde el punto de vista económico, quizá era demasiado caro para su impacto cada vez más aislado en el juego. Asimismo, el equipo cortó al defensive end Julius Peppers (uno de los estandartes del mal año en defensa), el seguro receptor Earl Bennett (cuya especial química con Jay Cutler data de la época colegial de ambos en Vanderbilt) y, entre otros, el irregular punter Adam Podlesh.
La agencia libre no trae sólo malas noticias (o, según se mire y dado el caso, no tan malas) para los equipos sino también caras nuevas. Este año ha deparado la llegada de los defensive ends Lamar Houston y el vecino del noroeste Jared Allen y, entre otros, a los jugadores de la secundaria M.D. Jennings y el probowler Adrian Wilson.
Sólo quedaba ya el draft y el equipo aún tenía bastantes huecos que cubrir en la parte defensiva, para lo que dedicó a ella gran parte de las elecciones que tenía disponibles este año. Algunos periodistas y aficionados han criticado algunos aspectos, como la elección de un quarterback (David Fales, San Jose State, en la quinta ronda) o un punter (Pat O’Donnell, Miami, en la sexta) cuando había otras necesidades más perentorias (linebackers), pero en líneas generales fueron unas elecciones razonables dadas las necesidades del equipo. La responsabilidad de tener resultados desde el primer día recaerá en el cornerback Kyle Fuller (Virginia State, elección número catorce, que jugará de nickelback) y los defensive tackles Ego Ferguson (LSU) y Will Sutton (Arizona State), las elecciones de segunda y tercera ronda. El draft fue completado con las elecciones del corredor de Arizona Ka’Deem Carey (cuarta ronda), el safety de Minnesota Brock Vereen (también cuarta ronda) y el offensive tacke Charles Leno Jr. (séptima ronda proveniente de Boise State).
Llegar a los playoffs no va a requerir que la defensa de Chicago vuelva a ser la de la primera década de este siglo, asfixiando a los rivales y provocando turnovers con asiduidad. Creo, además, que el ataque sólo puede mejorar: la línea ofensiva de 2013 tenía cuatro jugadores nuevos (dos de ellos rookies), la pareja formada por Marshall y Jeffery tiene cuerda para rato (especialmente Jeffery, que comete más drops de deseables) y Matt Forte sigue siendo una garantía en el juego de carrera. Un término medio entre la producción defensiva a la que nos tenía acostumbrados este equipo la década pasada y lo que vimos en 2013 es la clave para poder afrontar con garantías esta nueva temporada.
MVP ATAQUE: Jay Cutler. Ha completado su mejor año desde que llego a Chicago. Tiene que reducir los turnovers, su asignatura pendiente, para que el ataque se consolide como uno de los más completos de la liga. |
Jay Cutler completó su mejor campaña como Bear en 2013. Junto con Josh McCown, lideró una ofensiva que destrozó los principales récords de la franquicia (yardas totales, yardas de pase, primeros downs y touchdowns de pase) pero, sin embargo, no consigue evitar su fama, justa, de jugador propenso a provocar turnovers. McCown ya no está en el equipo y en el mes de Mayo se drafteó a David Fales. Considero que el jugador de San Jose State será el tercer quarterback, formando parte de la plantilla final de cincuenta y tres jugadores, mientras que en el training camp y los partidos de pretemporada se decidirá quién ocupará el puesto de suplente de Cutler: Jordan Palmer o Jimmy Clausen.
Matt Forte vuelve a comandar el juego de carrera tras completar también su mejor año en 2014 (1.339 yardas de carrera y nueve touchdowns, a los que hay que añadir casi otras 600 yardas de recepción y tres touchdowns más). La solidez y versatilidad – juego de carrera, de pase y capacidad para bloquear – que aporta el antiguo jugador de Tulane es uno de los pilares de este equipo. Michael Bush ha sido otra de las bajas de este invierno – su estilo Norte-Sur hacia de él un complemento perfecto para Forte, especialmente en las jugadas de pocas yardas – y será sustituido por los jóvenes Michael Ford (undrafted free agent en 2013) y el rookie Ka’Deem Carey. Tony Fiammetta volverá a ser el fullback.
Una de las armas preferidas de Cutler es la dupla formada por Brandon Marshall y Alshon Jeffery, considerados como la mejor pareja de receptores de la liga. En el año 2013 sumaron más de 2.700 yardas de recepción y 19 touchdowns. Tras ellos, el jugador de segundo año Marquess Wilson (elección de séptima ronda en el draft de 2013) tiene la misión de sustituir al tercer receptor de estas últimas temporadas, Earl Bennett. Wilson se ha roto la clavícula en el training camp, por lo que se perderá la primera parte de la temporada. Tras ellos, jugadores como Chris Williams, Josh Morgan o Eric Weems se perfilan como receptores que también formarán parte del roster final, dependiendo eso sí del papel que finalmente puedan tener en equipos especiales.
El cuerpo de tightends estará formado por Martellus Bennett, que anotó cinco touchdowns la temporada pasada (a lo que hay que añadir 759 yardas en sesenta y cinco recepciones), siendo otra arma ofensiva de calibre, y los veteranos Matthew Mulligan y Dante Rosario. Este último ya formó parte del equipo el último año.
Que Forte batiese su record de yardas de carrera, que Marshall y Jeffery alcanzasen las 1.200 yardas de recepción cada uno (algo que no sucedía en la liga desde que lo consiguiesen los Buffalo Bills en el año 2002) o que los quarterbacks pulverizasen la mayoría de records de la franquicia durante la temporada pasada muestra el buen trabajo de Marc Trestman y su equipo para, prácticamente, dar la vuelta a la cara ofensiva de la franquicia en sólo un año. Ninguno de estos hitos se hubiera podido conseguir sin una línea ofensiva como la del año pasado. Tiene aún más mérito el haberlo conseguido con una unidad en la que había cuatro jugadores nuevos – dos de ellos, rookies – donde la única cara conocida era el veterano center Roberto Garza. A la estabilidad y seguridad, que no dominio, de la línea ofensiva ayudó el hecho de que los cinco miembros jugaron los dieciséis partidos de la temporada, no teniendo ningún problema de lesiones reseñable. Los cinco jugadores están de vuelta este año, de manera que la línea formada por Jermon Bushrod (tackle izquierdo), Matt Slauson (guard izquierdo), el mencionado Garza, Kyle Long (guard derecho que alcanzó la Pro Bowl la temporada pasada en su año rookie) y Jordan Mills (tackle derecho) volverán, a priori, a repetir titularidad. Durante el invierno uno de los principales refuerzos de esta unidad ha sido Brian de la Puente, center proveniente de Nueva Orleans y, por lo tanto, viejo conocido del coordinador ofensivo Aaron Kromer, su entrenador de línea allí. De la Puente ha firmado sólo por un año y un buen training camp puede otorgarle la titularidad en detrimento de Garza, que tiene ya treinta y cinco años y fue el jugador menos destacado de la línea. Otros nombres, como James Brown, Eben Britton o Tylor Boggs (aunque el fichaje de De la Puente le resta posibilidades) serán los encargados de dar profundidad a la unidad.
MVP DEFENSA: Lance Briggs. El punto de unión entre una generación histórica y una nueva hornada de jugadores jóvenes que tienen que adquirir experiencia a marchas forzadas. |
La unidad defensiva necesita reponerse de la peor temporada de su historia si el equipo quiere tener opciones de alcanzar la postemporada. Con ese objetivo, ha sufrido una fuerte remodelación si bien siguen existiendo dudas acerca de la profundidad de banquillo y la calidad en algunos puestos (safeties y linebackers). No hay que olvidar tampoco que esta unidad fue azotada por las lesiones el año pasado. Si la salud respeta y las nuevas adquisiciones aportan su grano de arena es posible que veamos a una defensa más parecida a la que están acostumbrados los seguidores de esta franquicia.
En la línea defensiva se han producido varias contrataciones. Así, los ends estarán comandados este año por Jared Allen y por Lamarr Houston (que ha anotado dieciséis sacks en sus cuatro años anteriores en Oakland). Tras ellos se encontrarían como suplentes los también nuevos jugadores de la franquicia Trevor Scott (otro antiguo raider si bien el año pasado jugó en Tampa Bay) y Willie Young (que fue titular en quince de las dieciséis jornadas de la temporada pasada con Detroit). Los tackles serán Jeremiah Ratliff, que ya jugó el año pasado con la franquicia, y Stephen Paea y/o Nate Collins, dos veteranos del equipo. Los rookies de segunda y tercera ronda Ego Ferguson y Will Sutton serán suplentes y deberán poco a poco ir entrando en la rotación.
El cuerpo de linebackers fue uno de los más damnificados por las lesiones el año pasado, lo que obligó a algunos novatos (como Jonathan Bostic y Khaseem Greene) a jugar como titulares claramente antes de lo que estaban preparados. Ahora hay un año más de experiencia y el equipo lo deberá notar. Lance Briggs es el dueño del lado débil, siendo el mencionado Green su suplente (el scartlet knight ha decidido esta temporada usar el dorsal 52, en homenaje a su compañero de equipo en Rutgers Eric LeGrand, jugador que se lesionó la columna vertebral en un partido contra Army en el año 2010). El veterano D.J. Williams, que apenas jugó el año pasado tras sufrir una lesión en el primer tercio de temporada será el middle linebacker (estando Bostic en la recámara, tanto para este puesto como para el de strong linebacker) mientras que Shea McClellin jugará por el lado fuerte. McClellin es una de las novedades de la temporada, ya que tras dos años como jugador de línea sin tener los resultados esperados se ha decidido este cambio a una posición que se adapta más a sus características.
En la secundaria hay que destacar la vuelta de Charles Tillman y Tim Jennings. Ambos vienen de completar una temporada mediocre – en el caso de Tillman, acortada por las lesiones – pero aun así parten con ventaja respecto al resto de jugadores. Tras ellos Kyle Fuller, elegido en primera ronda del draft, contará con snaps desde el principio ya que será el nickelback titular. Tras estos jugadores se encuentran Kelvin Hayden o Sherrick McMannis, siendo este también una pieza muy importante en equipos especiales. En cuanto a los safeties, los veteranos Craig Steltz y Chris Conte siguen en el equipo. No se han consolidado en sus puestos en los años pasados y, además, llegan lesionados al inicio del training camp. Estas dos circunstancias pueden abrir la puerta a la titularidad a jugadores nuevos como Adrian Wilson (que incluso no estando a su mejor nivel debería ser mejor que los jugadores existentes) en el puesto de strong safety y el rookie Brock Vereen y M.D. Jennings como free safeties.
Poco tendrá que ver esta unidad con la de los años precedentes. De los especialistas individuales, sólo el kicker Robbie Gould se mantiene en la plantilla. Recientemente renovado hasta 2017, tiene a tiro – 91 puntos – alcanzar a Kevin Butler (cuyo hijo ha estado probando este invierno en la franquicia como punter) como máximo anotador de la historia de los Bears. Por su parte, los punts correrán a cargo del rookie Pat O’Donnell, que tendrá fácil hacer olvidar la irregular labor de Adam Podlesh en estos últimos años.
Este invierno trajo también la retirada de Patrick Mannelly, tras la friolera de dieciséis años como long snapper de la franquicia, siendo el jugador que más partidos ha disputado en la historia del equipo. Cuando escribo estas líneas, no está claro quién será su sustituto, pues los primeros días del training camp han mostrado las dificultades de Chad Rempel, veterano jugador proveniente de la liga canadiense que había sido adquirido en la pretemporada para sustituirle.
Y si Patrick Mannelly es una institución en Chicago no menos puede decirse de Devin Hester, que tras ocho años en el equipo partió hacia Atlanta este invierno. Su producción había caído las últimas temporadas – no todo achacable a él aunque sí había perdido algo de explosividad – pero algunos muy difícilmente olvidaremos, no ya sus dos primeros años plagados de actuaciones espectaculares, si no ver como en la tercera y cuarta temporadas (años 2008 y 2009) absolutamente todos los equipos rivales enviaban sus punts fuera del campo sobre la yarda 40 con tal de evitar sus retornos. También es difícil de olvidar la habitual inoperancia de nuestra ofensiva de aquellos años para sacar algo de provecho de tan buenas situaciones de campo. En 2014 parece claro que no tendremos un kick returner exclusivo, si no que éste tendrá que compaginar estas labores con otras en ataque o en defensa. Parece que Chris Williams, receptor firmado a finales de la temporada pasada, parte con ventaja para hacerse con el puesto.
No hay piezas nuevas en la columna vertebral del equipo en ataque (quarterback, receptores, juego de carrera), las piezas básicas están sincronizadas. |
Falta de experiencia y escasez de efectivos en diversas áreas defensivas (secundaria y linebackers). |