Todo el mundo conoce el cuento del pastor mentiroso, pero que no sea por falta de aviso. Un lobo está suelto y viene a por los equipos que cómodamente han descansado en la ronda de Wild Cards. Primero irán a por los Falcons, luego a por el ganador del Packers @ 49ers, y luego puede que a por el ganador del Lamar Hunt Trophy.
En las últimas 7 temporadas, 5 equipos que han jugado los Wild Cards han levantado el Lombardi Trophy en la Super Bowl. Tres de ellos lo han hecho además jugando todos sus partidos como visitantes. La temporada pasada fueron los Giants desde el seed #4. En 2010 los Packers desde el #6. En 2007 de nuevo los Giants desde el #5, en 2006 los Colts desde el #3. Y en 2005, inaugurando tendencia, los Steelers también desde la última plaza.
Los que hayan visto los partidos de Wild Cards ya sabrán cuál es el lobo aludido. Y es que los Seattle Seahawks (12-5) lo llevan avisando desde hace un mes. Son el equipo más caliente y el más peligroso de la liga, justo en el momento más importante de la temporada. Nadie quería enfrentarse a ellos,y con razón. En estos momentos no hay equipo más preocupado que los Atlanta Falcons (13-3), que si ya de por sí tienen encima la sospecha de su flojera en playoffs, el domingo que viene van a tener que bailar con la más fea.
También hay que decir primero que la recaída en la lesión de rodilla de Robert Griffin III marcó el curso del partido. Los Washington Redskins (10-7) comenzaron recibiendo el balón y RGIII firmó dos dirves consecutivos, ayudado por las carreras de Alfred Morris, coronados con sendos pases de TD a Evan Royster y Logan Paulsen, en los que sumó 129 yardas en 20 jugadas, con 9 primeros downs y 11 minutos de posesión. Los Seahawks iban -2 yardas ofensivas en las tres jugadas que habían intercalado entre los dos drives de los Skins. Todo ello en el 1º cuarto.
Pero en los tres cuartos restantes, con Griffin cojo, los Redskins sumaron 0 puntos, 78 yardas totales, 6 primeros downs, menos de 15 minutos de posesión, un pick, un fumble y dos turnovers on downs. La diferencia es abismal.
Pero es que enfrente tenían al lobo. Para cuando Marshawn Lynch tocó un balón, los Seahawks ya estaban 0-14 en el marcador, era como jugar con un spread. Pero a poco que vimos a Russell Wilson pasar y correr, a Lynch en [mode beast on], y a RGIII cojeando, el partido estaba claro que se iba para los visitantes. 24 puntos incontestados, y pudieron ser bastantes más, lo demuestran.
Wilson hizo un partido estupendo. A pesar de que los blitzes mandados por Jim Haslett, lo alcanzaron más veces de lo que está acostubrado el escurridizo QB (los Redskins sumaron 5 sacks), y de algún pase profundo pasado de rosca, el rookie supo encontrar receptores abiertos y lograr grandes ganancias con sus scrambles cuando la defensa se lo permitía. Acabó con 15/26 pases completados para 187 yardas y un TD, además de con 67 yardas de carrera. Y si Wilson hizo un buen partido, Lynch hizo otra de sus demostraciones de potencia bestial sumando 132 yardas y un espectacular TD en sus 20 acarreos. Un fumble en la goaline no empaña su partido, cualquier escribano hace un borrón, y más si recibe un cascazo en el mismo balón.
Una vez alabado el ataque, qué decir de la defensa de Pete Carroll. La palabra que mejor la define es «nasty«. Básicamente es una no-name defense, con pocas primeras rondas de draft y sí muchos jugadores con ganas, mucha pasión, y mucha agresividad, bordeando los límites del reglamento en bastantes ocasiones. Cuando tuvieron cojo a RGIII el partido ya fue suyo. El mayor problema para la unidad fue la lesión de su mejor pass rusher, Chris Clemons, que parece que va a ser baja el resto de la temporada, también por lesión de ligamento cruzado de su rodilla.
Para el debate queda la decisión de Mike Shanahan de mantener en el campo al lesionado Griffin en lugar de sacar a Kirk Cousins hasta que el titular acabó rompiéndose. Es fácil hablar a posteriori, pero está claro que el espartano tendría que haber salido antes, probablemente tras el descanso, aunque tampoco lo iba a tener nada fácil contra la defensa de los halcones. Griffin puede tener una lesión seria en su rodilla que le puede comprometer incluso el opener de la próxima temporada.
La 6ª victoria consecutiva de los Seahawks es la 1ª a domicilio en playoffs desde hace 30 años. Entonces jugaban en la AFC y desde aquel 1983 en Miami se habían sucedido 8 derrotas.
SI ERA SUPLENTE DE PONDER…
El resto del fin de semana fue bastante flojo, empezando por el otro partido de la NFC.
La noticia saltó en los prolegómenos del partido, Christian Ponder, lesionado en un hombro, no era de la partida. Y si Ponder es malo, su sustituto no podía ser peor. Creo recordar haber visto algún partido bueno a Joe Webb la pasada temporada, pero el sábado hizo un partido no sólo pésisimo, sino que parecía que el chaval no sabía exactamente lo que tenía que hacer.
Así los Green Bay Packers (12-5) disfrutaron de una especie de entrenamiento en la jornada de Wild Cards. Foguearon un poco su ataque frente a la defensa de los Minnesota Vikings (10-7) para ponerse a tono para enfrentarse a los San Francisco 49ers (11-4-1) el sábado que viene. Aaron Rodgers movió un poco el balón (23/33, 274 yardas) y los RB se llevaron los highlights. Primero anotó el rookie DuJuan Harris y luego hizo doblete el favorito de la afición, John Kuhn, anotando corriendo y recibiendo.
Los Packers no necesitaron más y no gastaron más de lo necesario, que aún les quedan duros enfrentamientos a la vista. El regreso de Clay Matthews y Charles Woodson dio un gran impulso a su defensa y los Vikings no pisaron la endzone hasta los minutos de la basura. Adrian Peterson finalizó su magnífica temporada con una meritorias 99 yardas en 22 acarreos y se toma unas merecidas vacaciones.
Los Packers se encuentran restablecidos y en forma en el mejor momento de la temporada, a sólo dos partidos de volver a disputar la Super Bowl.
EL ÚLTIMO BAILE DEL CUERVO
No ha sido el último baile de Ray Lewis. Le queda hacer por lo menos uno, entrando en el Mile High. Otra cosa es que lo haga al final, que no lo creo, ya que veo a los Denver Broncos (13-3) como favoritos.
Pero sí fue el último baile triunfal frente a su afición del jugador que ha sido santo y seña de los Baltimore Ravens (11-6) desde su traslado-fundación en 1996. Lewis no fue el 1º jugador seleccionado por Art Modell para su equipo (lo fue el LT Jonathan Ogden), pero también fue seleccionado en la 1ª ronda. Desde entonces ha dirigido una de las defensas más duras de la liga en estos últimos 17 años, llevando a los suyos a ganar una Super Bowl, la XXXV, en la que fue además MVP.
John Harbaugh tuvo un detalle con él y el MLB cerró la formación victory para que pudiera hacer su último baile en casa, una vez sellada la victoria frente al antiguo equipo de la ciudad, los Indianapolis Colts (11-6).
El #52 motivó a una defensa que flojeaba en en último tercio de la liga. La «D» olió juventud e inexperiencia enfrente e hizo la vida imposible a Andrew Luck (28/54, 288 yardas, pick, fumble perdido). El #1 del pasado draft no se amilanó, pero fue incapaz de llevar el equipo adelante y de pisar siquiera la endzone. Todos los puntos de los Colts vinieron de la mano, mejor dicho del pie de Adam Vinatieri, como la última vez que los Colts, entonces de Peyton Manning, aparecieron por la ciudad en playoffs.
En el otro sentido del juego tocó el día bueno de Joe Flacco (12/23, 282 yardas, 2 TD), en gran medida por el buen día que tuvo Anquan Boldin, con 5 recepciones profundas para 145 yardas y un TD. Fue un buen día para lucirse, porque Ray Rice no tuvo su mejor tarde y cometió dos fumbles. El rookie Bernard Pierce también colaboró superando el centenar de yardas de carrera.
En resumen, parecía que los Colts estaban ya contentos con haber alcanzado los playoffs y conhomenajear a su head coach Chuck Pagano, pero que no tenían mucha fe en su victoria. Algo parecido les puede pasar a los Ravens en Denver después de su emotiva victoria. Manning sabe cómo derrotar a la defensa de Lewis y el factor emocional de éstos se va a diluir como el oxígeno a 1.600 metros de altitud.
Como Bill Murray en Atrapado en el Tiempo, llegué a pensar que estaba en el Día de la Marmota.
¿Los Houston Texans (13-4) recibiendo a los Cincinnati Bengals (10-7) el sábado por la tarde para inaugurar la ronda de Wild Cards? ¿No vi el mismo partido el año pasado?
A Marvin Lewis también le puede parecer que vive en el Día de la Marmota. Es llegar a los playoffs y volver a perder un partido. No hay otro entrenador en la historia de la NFL con más victorias en la temporada regular y sin haber saboreado las mieles del triunfo en postemporada. Los Bengals no han ganado en playoffs desde 1991, en la racha más larga de la liga.
Por el contrario, las cheerleaders de los Texans pueden celebrar contentas la victoria de los suyos, aunque no deberían estarlo tanto por el juego desplegado, o por lo menos por su efectividad. Porque los Bengals entraban en el 4º cuarto con apenas 67 yardas de pase (-8 yardas en la 1ª mitad), 64 de carrera y ningún 3º down completado (0/9), pero sólo 6 puntos abajo en el marcador. Después de su pobre partido, sobre todo en el lado ofensivo del balón, Andy Dalton tuvo un drive para adelantarse en el marcador, pero éste murió en la yarda 36.
Se ha criticado mucho el gameplan del coordinador ofensivo Jay Gruden. A.C. Green no sólo no atrapó ningún pase en la 1ª mitad, es que ¡no le lanzaron ninguno!. Dalton se volvió a arrugar en un partido importante y falló cuando tuvo opción de colocar algún balón en la endzone.
Pero tampoco le fue mucho mejor el partido a Matt Schaub, y eso hizo que los tejanos no pudieran sentenciar un partido que tenía que estar resuelto media hora antes. No completó un pase profundo en toda la tarde y el único TD que generó fue un pick six de un magnífico Leon Hall. Fue para variar Arian Foster el que guió a los suyos a la victoria, tocando el balón en 40 ocasiones y sumando 174 yardas desde el scrimmage y el único TD ofensivo del partido. El elegante RB se ha convertido en el 1º jugador en la historia de la liga en correr para más de 100 yardas en sus tres primeros partidos de postemporada. La magnífica defensa, con la presión de J.J. Watt y con un gran Jonathan Joseph, ex Bengal, anulando a Green e interpectándole un pase, además de la inoperancia de los Bengals, hicieron lo demás.
Para terminar, mucho van a tener que mejorar los tejanos si quieren tener alguna opción de sorprender a los New England Patriots (12-4). Wade Phillips tendrá que estudiar el partido de hace un mes en el que Tom Brady les anotó 4 TD en 35 minutos, y Schaub tendrá que sacudirse la melena, olvidarse de los nervios de su debut en los playoffs y meterle balones profundos a Andre Johnson en Foxboro.