Gloria poca, pena muchísima

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Si algo nos ha dejado claro la ronda de los Wildcards es que no hay en absoluto ninguna necesidad de ampliar el actual formato de los playoffs, más bien lo contrario, si algo sí ha quedado patente es que de alterar el actual formato de playoffs este debería ir hacia un adelgazamiento y no hacia el engorde, la NFL ya gana suficiente dinero como para tener que plantearse ganar mas aún a costa de burlarse del espectador y de aquel que paga, y no poco dinero, por asistir a un espectáculo que se llama un partido de la NFL, un asiento en Reliant Stadium en la zona de tribunas no baja de los 500 dólares, y sin derecho a nada mas, añádele otros 150 a 200 dólares por comida, bebida y aparcamiento, y todo eso para ver una jauja de partido.

Durante la temporada regular en esta misma columna ya manifesté que la intención de Roger Goodell de ampliar el formato de post temporada no solo era contraproducente sino una auténtica locura, y a las pruebas me remito, aunque soy mas de la opinión que esto no es mas que una cortina de humo para tapar su ridículo en el Bounty Gate. De los 4 partidos de Wildcard que hemos visto este pasado fin de semana han sobrado al menos 2 y medio, y si te descuidas incluso hasta 3, el único partido de nivel y que ha salvado un penoso fin de semana de football fue el partido que precisamente cerró la jornada y que enfrentó a los Seattle Seahawks y Washington Redskins, casualidad fue un partido jugado con mentalidad de la vieja escuela: frío, césped en mal estado y dos equipos dispuestos a dejarse los dientes. Los partidos del sábado fueron lamentables, siendo generosos, impropios de equipos que se llaman a si mismos de profesionales, y el primero del domingo tuvo algo que contar hasta que los veteranos Baltimore Ravens dejaron de jugar al gato y al ratón con los Indianapolis Colts y decidieron cortar por lo sano.

Los más fervientes seguidores del actual formato siempre te dirán lo mismo, la ronda de Wildcards siempre deja un partido para el recuerdo, es posible que estén en lo cierto, quien no se acuerda de partidos como los que han enfrentado en esta ronda a los San Francisco 49ers contra los NY Giants en el año 2002 o el que partido que enfrentó nuevamente a los 49ers esta vez contra los Green Bay Packers en 1998, y si nos remontamos a los inicios de la existencia de esta ronda es difícil que nadie puede olvidar uno de los partidos mas memorables de la historia de la NFL, el que enfrentó a los Buffalo Bills y Houston Oilers en 1992, que forma por derecho propio como uno de los mejores partidos de la historia. También es difícil olvidarse de la sección milagros en esta ronda, el Music City Miracle fue un partido de Wildcard que enfrentó a los Tennessee Titans y Buffalo Bills, o el más reciente Mile High Miracle cuando Tim Tebow lanzó un pase en la primera jugada de la OT que eliminaba a los Pittsburgh Steelers.

¿Y? Que de 4 partidos uno pueda resultar bueno, y en ocasiones hasta memorable no quita para que el resto de partidos resulten malos o como los de esta temporada, pésimos, o rozando la indigencia, si la NFL pretendía que en Europa o en el resto del mundo su producto sea comercial con partidos como los del sábado es difícil, por no decir imposible, y mira que estuve tentado de invitar a un par de amigos a ver los partidos conmigo, menos mal que no lo hice, si se quedan para el segundo partido era para ponerlos un monumento. Como aficionado a los toros me recordó a esas infumables tardes que muchos veces los abonados nos tenemos que tragar cuando saltan a la plaza en lugar de toros bueyes con cuernos o en lugar de toreros unos señores vestidos con trajes de luces, esperas que pase algo, un detalle, un pase bien ejecutado, un muletazo de calidad, una chicuelina o unas banderillas en el sitio, pero nada, cuando no hay es que no hay y salvo que el morlaco se despiste y le pegue un arreón al torero y nos despierte del letargo, el aburrimiento está servido.

Y así pasé la noche y madrugada del sábado al domingo, viendo un par de simulacros de partidos. También he de decir que no esperaba mucho del duelo que abría la jornada, los Texans desde que los Patriots los bajaran a la tierra y les dieran un baño de la que es su realidad es un equipo que funciona por inercia, han pasado de gran favorito de la AFC a equipo que ha llegado a los playoffs con el depósito de reserva y que no se sabe muy bien que hacen exactamente aquí. No puedo negar que de repente el domingo que viene en medio de las temperaturas polares que se esperan en Foxboro los de Gary Kubiak despierten y realicen un partido brillante y apeen a los New England Patriots, ya les pasó hace unos años con los NY Jets a los que humillaron en Regular Season para luego verse apeados en playoffs, pero hoy por hoy y visto lo visto los de Bill Bellichick lo mejor que podrían hacer es ir reservando hotel para jugar en Denver la semana que viene.

¿Y que podemos decir de los Bengals? Aprovechando que por estas fechas más o menos se celebra la triste noticia de la lesión de Bo Jackson solo decir que los Bengals no han ganado un partido de playoffs desde precisamente el día que Bo Jackson cayó lesionado, le llaman la maldición del “Bo”, como en su día le llamaron a la maldición del Bambino la racha negativa de los Boston Red Sox, de momento la de los Bengals dura 22 años, les queda un rato para superar las 85 que duró la de los Red Sox.

El segundo partido ya empezaba torcido cuando mientras uno intentaba evitar caer rendido a los pies de Morfeo con el Bengals @ Texans se anunciaba que Christian Ponder no sería de la partida en los Vikings, algo que twitter no tardaría en certificar. Viendo el rendimiento de Christian Ponder durante buena parte de la temporada regular uno podía pensar que hasta resultaba un alivio aunque el QB fuera clave en el partido de la semana pasada, pero cuando miras quien va a salir y te enteras que es Joe Webb te echas a temblar, Webb no había lanzado una sola vez en toda la temporada, o mejor dicho, desde la pretemporada, cuando la NFL tiende a tomar el pelo con esas pachangas veraniegas destinadas a hacer caja, Joe Webb solo pisaba el terreno de juego para dirigirse a su sitio en la banda. A pesar de ello, optimista que es uno, le ponían eso de que Frank Reich no había jugado tampoco en 1992 u otras estadísticas parecidas de QB con poco protagonismo y que en playoffs explotaban. Y durante un rato hasta me creí que había partido, los Vikings solo corrían, pero corrían con efectividad no solo con Adrian Peterson, sino con Joe Webb, pero fue solo un espejismo, cuando Webb tuvo que lanzar su primer pase en su primer tercero y largo solo era cuestión de un ratito que aquello se acabase, el tiempo que tardara Aaron Rodgers en ponerse a funcionar, y así fue. Al descanso me marché a la cama.

Tras los pestiños del sábado noche el domingo te levantas y esperas que los Reyes Magos además de la tradicional corbata o camisa, en la era digital ya nadie te regala ni libros ni discos, todo se descarga y tampoco es plan pedir que me regales no sé cuántas canciones desde iTunes o no sé cuántos libros desde Amazon, te regalen con algo llamado football. Y no empezó la cosa mal, entre el homenaje a Ray Lewis y que los Colts aguantaban en defensa y a base de FG de Adam Vinatieri, por lo menos estábamos viendo algo de football. Pero para uno que es además aficionado al boxeo el partido empezó a coger ese extraño tufillo que tienen esos combates donde hay un boxeador veterano de vuelta de todo y que aún defiende su corona contra ese jovenzuelo insolente que tiene toda la fuerza de la juventud pero también toda su inexperiencia, solo era cuestión de tiempo que el viejo boxeador esperara agazapado, recibiendo lo justo y sacase su derecha para luego rematarlo con un crochet de izquierdas para que aquello se acabara, el viejo boxeador a partir de ese momento se dedicaría a aguantar en las cuerdas, no recibir apenas y llevarse el combate a los puntos, no había necesidad de KO, las victorias en tu resumen cuentan igual ya sean por KO, ya sean por puntos.

Por fortuna nos quedaba un partido mas, también era el mas esperado, la NBC seguro que aún andará tirándose de los pelos por no elegir este encuentro cuando tenía la primera opción y mas tras el clamoroso éxito de audiencia del Sunday Night de la semana pasada con los Redskins de Robert Griffin III contra los Cowboys, otro partido de la sensación rookie esta vez contra la defensa mas pegadora y física de toda la liga, la de los Seattle Seahawks, un equipo que no hace prisioneros y donde no se desaprovecha un solo snap para no dar una “caricia” o mandar un recadito al rival.

El partido no decepcionó, tuvo todo lo que se espera de un partido de football cuando los que juegan saben lo que se juegan, pasar a la siguiente ronda. Para muchos el partido quedará marcado para siempre por la lesión de Robert Griffin III, pero las lesiones son una parte del juego, hay que saber vivir con ellas, y los Redskins con mejor o peor acierto decidieron morir con su decisión, hasta allí todo perfecto, nada que objetar, y sobre este partido se seguirá hablando por mucho tiempo ¿Debió Mike Shanahan quitar a RGIII y sacar a Kirk Cousins? Nunca lo sabremos, es lo que tiene el football, los “y si” no valen para nada, los errores y lesiones son una parte del juego, quizás nos hemos olvidado a cuenta de la política de pitimini de Roger Godell que este fue una vez un deporte donde ocurrían cosas, cosas como que un QB falla de vez en cuando un pase, que un tal o cual jugador se lesione, y sobre todo que era el último deporte junto al boxeo donde pegar a tu contrario es legal y sigue siendo legal, salvo clara está que este aprendiz de brujo de Godell termine por hacer de la NFL la National Flag Football.

El football se juega como lo juegan los Seahawks, intimidando a tu rival, metiéndole el miedo, había jugadores de los Redskins más pendientes del golpe que de la recepción y aunque Robert Griffin III no se lesionó por contacto los Seahawks dejaron claro desde el primer momento que iba a sufrir y con un césped mas parecidos a aquellos trozos de barro pintados de color verde de la década de los 60 que un césped de un estadio que ha costado cientos de millones, ese era el plan de los Seahawks, algunos dicen que son sucios e incluso antideportivos, y no, no es así, el reglamento está para todos y hay que saber interpretarlo, yo me he cansado de ver a receptores prima donnas que buscan la falta antes que la recepción y eso con los Seahawks puede pasar, que te piten una falta de vez en cuando, pero es mas que posible que además te lleves un par de golpes en el camino.

Los Seahawks dieron una soberana lección de cómo jugar al football, en ninguno momento se pusieron en modo pánico cuando estaba 14-0 abajo en el marcador, y los mismos que dicen que “y si” Robert Griffin no se lesiona los Skins los aplastan también deberían tener en cuenta “y si” Marshawn Lynch no se lleva como la seda ese fumble de su QB Russell Wilson y casi anota, “y si” se lo lleva un defensor de los Redskins y se ponen 21-3 con RGIII cojo o no, o “y si” McCoy en lugar de mirar al tendido atrapa el magnífico pase que Russell Wilson le puso en bandeja de plata para irse directo a la endzone. En un partido de football hay tantos “y si” que no importa uno u otro, son todos ellos, al menos en estos partidos tuvimos varios “Y si”, en los otros la verdad que no.

Y ya puestos con los “Y si” ¿Y si eliminamos una plaza por conferencia de las Wildcard? Puestos a especular no se hubiera notado la diferencia, hubiésemos visto partido y medio en lugar de medio partido, que es el resultado de restar partido y medio de menos 2 partidos, y todos hubiéramos dormido mas.

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