San Diego Chargers 2015

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Los San Diego Chargers realizaron un soberbio partido. (AP)

RANKINGS 2014

Ataque Media NFL
Puntos Anotados 21,8 17º
Yardas Totales 341,6 18º
Yardas de Carrera 85,4 30º
Yardas de Pase 256,1 10º
Defensa Media NFL
Puntos encajados 21,8 14º
Yardas totales permitidas 338,3
Yardas de carrera permitidas 124,1 26º
Yardas de pase permitidas 214,2

TRANSACCIONES PRINCIPALES

SALIDAS:

Dwight Freeney, DE (F.A)
Marcus Gilchrist, FS (Jets)
Jarrett Johnson, LB (RET)
Chad Rinehart, OL (F.A)
Eddie Royal, WR (Bears)

LLEGADAS:

Orlando Franklin, OL (Broncos)
Stevie Johnson, WR (49ers)
Jacoby Jones, WR (Ravens)
Patrick Robinson, CB (Saints)
Mitch Unrein, DT (Broncos)
Jimmy Wilson, S (Dolphins)

DRAFT CLASS 2015

1(15) Melvin Gordon RB Wisconsin
2(16) Denzel Perryman ILB Miami (FL)
3(19) Craig Mager CB Texas State
5(17) Kyle Emanuel OLB North Dakota State
6(16) Darius Philon DT Arkansas

2015 será la tercera temporada con Tom Telesco y Mike McCoy, General Manager y Head Coach respectivamente, al frente de los Chargers, por lo que tras dos temporadas completas y una offseason su proyecto empieza a ser una realidad. La renovación de la plantilla se está produciendo sin salidas dramáticas, pero sin pausa, lo que está llevando al rejuvenecimiento del roster, especialmente en defensa. Mientras que las incorporaciones más importantes de la agencia libre se están enfocando a reforzar el ataque, la defensa es la que acapara el objetivo de los drafts de Telesco. El año pasado hablábamos de la búsqueda de una identidad para el juego de los bolts, y parece que McCoy la ha encontrado, a través de un juego de pase eficaz y largas posesiones ofensivas, y un roster enfocado a satisfacer las necesidades de Philip Rivers. En defensa la mejora de la secundaria y el rejuvenecimiento de los linebackers hace pensar que todavía faltan algunos años para encontrar una defensa asentada, pero se están estableciendo los cimientos para ello. A pesar de que los dos años al frente del equipo no se pueden calificar como malos, McCoy sigue sin convencer a toda la parroquia charger, en especial por su excesivo conservadurismo y su cuestionable gestión de los partidos. Sin embargo salvo una desastrosa temporada, que parece poco probable, todavía tiene margen de confianza.

La offseason en San Diego ha estado más agitada de lo habitual, y no en el buen sentido, centrada en sus figuras más carismáticas y en el posible traslado del equipo a Los Angeles. Por un lado el caso de Philip Rivers, y los rumores sobre su marcha del equipo. Rivers entra en último año de contrato, y durante las semanas previas al draft se elucubró sobre un posible trade a Tennesse para poder adquirir, vía draft, a Marcus Mariota. El trade siempre fue una posibilidad remota, pero el rumor, unido a la posible recolocación del equipo, estuvo ahí durante todo el proceso pre-draft. En la actualidad parece más que probable que Rivers extienda su contrato unos años más con la idea de terminar su carrera como charger, aunque sin saber con seguridad en que ciudad. El que con toda seguridad abandonará San Diego a final de temporada es Eric Weddle. Desde la gerencia no ha habido ningún interés en renovar el contrato del safety, que termina este año, por lo que en 2016 uno de los mejores defensas de la liga será libre para firmar con cualquier equipo. Este año por lo tanto despediremos a uno de los jugadores más queridos por la afición, y habrá que ver si está dispuesto a jugar con la intensidad que le caracteriza, especialmente en los equipos especiales, poniendo en riesgo su salud y su posible futuro contrato. El último caso que ha agitado la habitualmente tranquila offseason charger ha sido el de Antonio Gates, que dio positivo por dopaje y se perderá los primeros cuatro partidos de la temporada.

Por último, el viejo rumor del nuevo equipo en Los Angeles, este verano ha tomado más relevancia que nunca. Parece ya un hecho que en pocos años la segunda mayor ciudad de los Estados Unidos tendrá, al menos, un equipo de la NFL. Oakland, St. Louis y San Diego están en riesgo de perder sus franquicias. En el caso de los Chargers, la vuelta de los Rams a California (cuyo dueño ha comprado terrenos en Inglewood y tiene permiso para construir un estadio), pondría en riesgo su mercado en el sur del estado. Esto unido al deteriorado estado del Qualcomm Stadium provocó que la dirección del equipo preparase un proyecto de estadio conjunto con los Raiders en Carson, localidad cercana a Los Angeles, al mismo tiempo que negocia con la ciudad de San Diego la construcción de un nuevo estadio. Las variantes son muchas: equipos, ciudades, estadios, la propia NFL… En los próximos meses veremos si esta vez es la definitiva o sólo son artimañas para que los equipos consigan mejoras en sus respectivas ciudades. En lo que nos ocupa, la vida del Qualcomm está llegando a su fin y es seguro que la permanencia del equipo en la mejor ciudad de América está condicionada a la construcción de un nuevo estadio.

Pero esa batalla se disputará en los despachos. En el campo, este 2015 los Chargers pelearán por volver a los playoffs, ausentes el año pasado, para lo cual el equipo se ha reforzado en posiciones hasta ahora dudosas, y ha reemplazados algunas piezas que no funcionaban como se deseaba.

A pesar de la experiencia previa de Mike McCoy como coordinador ofensivo, desde su llegada a San Diego sólo se ha ocupado de las labores de head coach. Primero Ken Whisenhunt y después Frank Reich, han sido los encargados de cantar las jugadas desde la banda como coordinadores. Reich cumplió el año pasado, dando continuidad al estilo que con éxito implantó Whisenhunt en 2013, pero tendrá que demostrar este 2015 que tiene sus propias ideas. En el campo tendrá como capitán un año más a Philip Rivers, que más allá de los rumores contractuales, seguirá llevando la batuta del ataque. A pesar de un bajón a mitad de temporada, en 2014 Rivers completó otra buena temporada, aunque no valiese para jugar en enero. Es cierto que los años pasan, y las opciones de Super Bowl se van agotando para uno de los mejores quarterbacks de la liga, pero como se suele decir, todavía le queda gasolina en el depósito. Tras su reinvención con la llegada de Wishenhunt y McCoy en 2013, Rivers ha vuelto a controlar el juego a través de posesiones largas y pases rápidos y cortos, dependiendo menos de su línea ofensiva y confiando en la habilidad de receptores habilidosos como Keenan Allen, Eddie Royal el año pasado o su eterno socio Antonio Gates en la red zone. Así se entienden sus altos porcentajes de pases completados y los largos drives ofensivos. Tras él, en el banquillo seguirá Kellen Clemmens, más en labores de ayuda durante los entrenamientos y con el playbook, que como recambio en el caso de una lesión del 17.

Como comentamos, el cuerpo de receptores estará liderado por Keenan Allen. En su tercer año y con la obligación de destacar ya como un receptor #1, tras un segundo año no muy bueno, deberá aprovechar sus habilidades como route runner y aumentar la química con Philip Rivers. Junto a él Malcom Floyd, que cumplirá su doceava temporada en la NFL, siempre una amenaza vertical gracias a su físico y su experiencia. La marcha de Eddie Royal, slot receiver el año pasado y con una buena relación con Rivers, ha sido solucionada con la llegada de Stevie Johnson en la agencia libre. Tras una temporada gris en San Francisco puede ser una buena adquisición si le respetan las lesiones y consigue reeditar sus mejores años en Buffalo. La posición la completa Dontrelle Inman tras su buen final de temporada el año pasado, destacando en los últimos partidos de la temporada.

Junto a los receptores, un año más la pareja de Tight Ends será un objetivo prioritario para Rivers. La sanción de cuatro partidos a Antonio Gates debería obligar a Ladarius Green a tomar el protagonismo que se espera de él desde hace ya dos años. Ya sea porque no ha recibido la confianza del staff técnico o porque la jubilación de Gates parece posponerse cada vez más años, Green ha permanecido en la sombra los últimos años. Este 2015 tiene una buena ocasión de confirmar los destellos que ha ido mostrando interrumpidamente desde que fue drafteado. Si tras esos cuatro primeros partidos Green ha confirmado las esperanzas puestas en él, podremos disfrutar el resto de temporada de una pareja de tight ends muy productiva. El resto, jugadores como John Philips o David Johnson cumplirán con sus labores como bloqueadores, incluso en la posición de full back cuando sea necesario.

MVP Ataque. Philip Rivers. Son ya muchos años entre la élite de la posición para un quarterback que controla perfectamente todos los resortes de su ataque. Un cheque al portador.

En el backfield está una de las novedades más importantes del roster. Con el pick 15 los San Diego Chargers eligieron a Melvin Gordon, running back de la Universidad de Wisconsin. Melvin Gordon viene a sustituir a Ryan Mathews, también primera ronda del draft, que tras cumplir su contrato ha marchado rumbo a Philadelphia. La carrera de Mathews en San Diego siempre se recordará como un quiero y no puedo. Grandes facultades, buenos resultados sobre el papel, pero nunca llegó a ser dominante, que es lo que se espera de un running back elegido en primera ronda. Ahora con Melvin Gordon, recordman en su etapa universitaria, se espera conseguir un juego de carrera productivo en yardas. Además draftear a un playmaker como Gordon puede ayudar a reenganchar al equipo con la afición, protagonizar los highlights de los partidos y por supuesto anotar touchdowns. No estará sólo en esta labor. Tras perderse todo 2014 por una grave lesión vuelve Danny Woodhead, con la esperanza de reeditar su buen 2013. De nuevo aportará versatilidad al juego de pase con su elusividad y habilidad para conseguir yardas. La pelea para ser el tercer running back estará entre Donald Brown, decepcionante el año pasado, y Branden Oliver, undrafted el año pasado que aprovechó la oportunidad que le dio la lesión de Woodhead.

Para que los running backs puedan ser productivos, y que San Diego deje de ser una de las franquicias con peor juego de carrera, la gerencia se ha puesto manos a la obra para mejorar la línea ofensiva. Las lesiones lastraron la línea durante todo el año pasado (como al resto del equipo) llegando a  utilizar hasta cinco centers diferentes a lo largo del curso. La retirada forzada de Nick Hardwick dejó un hueco difícil de rellenar en la línea ofensiva, pero entre Chris Ohrnberger, Dan Legursky, Trevor Robinson y Chris Watt consiguieron suplirlo de forma bastante digna. Será este último, en su segundo año como profesional, el titular en una de las posiciones más complicadas de la línea. En los costados, la renovación de King Dunlap ha asegurado el lado ciego de Rivers, quedando la duda de quien ocupara la posición de tackle derecho. Ya desde enero se viene rumoreando la posibilidad de que DJ Fluker deje su posición de tackle y juegue de guard, para evitar exponerse a rushers rápidos que le superan con facilidad. La llegada en la agencia libre del tackle Joe Barksdale desde St. Louis no ha hecho más que crecer los rumores. Desde el staff no han confirmado el cambio de posición de Fluker, pero ya se le ha visto ejercitarse en el interior de la línea en varios entrenamientos. Probablemente será el training camp y quizás algunos partidos de pretemporada los que decidan las posiciones de Barksdale y Fluker. En cualquier caso la adquisición más significativa en la posición ha sido la de Orlando Franklin, una mole de dos metros de altura y casi 150 kilos, que tras cuatro años en Denver viene a proporcionar autopistas a Melvin Gordon. Con estos nombres, y los de Trevor Robinson y Johnnie Troutman, la línea ofensiva de este 2015 consigue mejorar la del año pasado si las lesiones respetan lo suficiente a estos jugadores. La versatilidad, puesto que varios de los offensive linemen han jugado en varias posiciones a lo largo de sus carreras, puede ayudar a suplir eventuales lesiones sin que su rendimiento se resienta demasiado.

Como dijimos, es en la defensa donde se han centrado los últimos drafts de Tom Telesco. Una vez solucionado el problema de la secundaria, con Brandon Flowers a un gran nivel y Jason Verrett mostrando destellos en las ocasiones que estuvo sano, le ha tocado el turno al front seven. Con la 3-4 empleada por John Pagano, la importancia del NT es clave para mantener una buena defensa frente a la carrera, algo de lo que el equipo ha flaqueado los últimos años. Para esta posición se confía tanto en Sean Lissemore, un buen jugador sin llegar a ser una estrella, y Ryan Carrethers en su segundo año como profesional. No son grandes estrellas, pero se espera que cumplan con su función sin grandes artificios, además de draftear en sexta ronda a Darius Philon. Junto a ellos jugarán un año más Corey Liuget y Kendall Reyes. El primero es ya toda una estrella, y sin duda es el playmaker de la defensa, justificando así su elección de primera ronda en 2011. Liuget ha conseguido convertirse en un defensive end capaz de llegar al quarterback rival con facilidad, y de contar con más apoyo en el resto de compañeros de línea puede conseguir ser una constante pesadilla para los ataques rivales. Dependerá por tanto del rendimiento del, en principio, otro end titular, Kendall Reyes. Reyes lleva varios años decepcionando, dejándose llevar y viendo como otros jugadores con, en principio, peor cartel, le roban snaps partido a partido. Es muy probable que nombres como Ricardo Mathews, Tenny Palepoi o Mitch Unrein le quiten protagonismo si Reyes no termina por explotar en su cuarta temporada en San Diego.

Será en la posición de linebacker donde más se va a evidenciar el rejuvenecimiento de la plantilla que se viene produciendo durante los últimos años. Entre los linebackers que tienen asegurada su presencia en el roster final, tienen una media de apenas 24 años, gracias a la marcha de dos veteranos como Dwight Freeney y Jarrett Johnson. En el interior Manti Te’o y Donald Butler serán los ILB titulares. El rendimiento de Te’o se va aproximando poco a poco al esperado cuando fue drafteado, a pesar de sufrir lesiones durante todo el año. Poco a poco empieza a corregir los errores que cometía en su año rookie, controla los impulsos, identifica los movimientos de los rivales y se va haciendo un hueco como líder de la defensa. Junto a él Butler, el que fuese la gran esperanza para la defensa hace unos años, lleva las últimas temporadas rindiendo muy por debajo de lo esperado. Consiguió un gran contrato y todavía se espera que pueda mantener el nivel que mostró en su momento. Tras ellos estará al acecho Denzel Perryman, drafteado en segunda ronda este año. El linebacker procedente de la Universidad de Miami viene con el cartel de jugador con gran personalidad y liderazgo, sin miedo al choque y dispuesto a cuestionar la titularidad de Te’o y Butler desde el primer partido. Para completar el interior, Kavel Conner es un sólido backup, además de buen special-teamer, por lo que si las lesiones respetan, podemos decir que a pesar de la juventud, es una posición bien cubierta.

En el exterior, la marcha de Freeney hace esperar que Melvin Ingram, primera ronda en 2012, se convierta en el pass rusher de referencia del equipo. Si bien es cierto que ha sufrido numerosas lesiones, algunas graves, a lo largo de su corta carrera, sus apariciones en el campo son esperanzadoras, condicionando en muchas ocasiones el juego en favor de su equipo. También es cierto que su forma de jugar, en ocasiones demasiado impulsiva, le lleva a cometer errores, que esperemos que se vayan solucionando con la experiencia. El otro rusher titular debería ser Jeremiah Attaouchu, un rusher más especialista que Ingram si cabe, que intentará aprovechar su velocidad para superar a los tackles rivales. El año pasado le vimos más en equipos especiales, pero este año debería de contar con más snaps. Para completar la lista de rushers, en quinta ronda fue drafteado Kyle Emmanuel. A pesar de jugar como defensive end en una 4-3 en North Dakota St., Emmanuel fue listado desde el primer momento como OLB. Con un perfil muy específico (rusher explosivo) destaca además por sus intangibles, a pesar de las dudas que pueda generar al jugar en una conferencia universitaria como la Missouri Valley Conference, de la FCS.

MVP Defensa. Eric Weddle. El fenomenal safety sigue siendo el referente de la unidad. Prácticamente es un coordinador defensivo sobre el terreno de juego.

La secundaria fue la gran novedad del año pasado en San Diego. La llegada de Brandon Flowers y Jason Verrett mejoraron notablemente una de las flaquezas del equipo los años anteriores. Este año la marcha de jugadores como Marcus Gilchrist o Shareece Wright confirma que el cambio es real. Flowers firmó solamente un año en 2014, buscando una buena actuación que le asegurase un nuevo contrato bien pagado. Lo consiguió sin tener que cambiar de ciudad, pues la ampliación del contrato de Flowers fue uno de los primeros movimientos de Tom Telesco al terminar la temporada. Al otro lado, el segundo año de Jason Verrett se espera que sea el de su confirmación, tras lidiar con lesiones a lo largo de toda la temporada. A pesar de ello dio muestras de poder convertirse en todo un playmaker. Asentado como titular y con un año sano, puede asegurar una de las esquinas, aspecto importante conviviendo en la división con un tal Peyton Manning. Como nickel ha llegado Patrick Robinson tras cinco años con los Saints. Viene a suplir la labor de los mencionados Shareece Wright y Marcus Gilchrist, por lo que no le será complicado mejorarlos. Otra de las adquisiciones en el draft, en tercera ronda, fue el corner back de Texas St. Craig Mager, que durante el 2015 probablemente jugará como nickel, dada su inexperiencia y sus características. Mager es un corner back con buenas cualidades frente a la carrera y que le gusta ir al choque frente al receptor. Por ello no sería de extrañar que con los años fuese reconduciendo su posición hacia la de safety.

Es en la posición de safety donde se encuentra una de las estrellas del equipo, Eric Weddle, en el que, como ya hemos comentado, será su último año en San Diego. No se conocen los motivos de la decisión por parte del equipo de no ampliar su contrato. Weddle no genera ninguna duda dentro de la cancha. Fuerte en el placaje, inteligente en la lectura de las jugadas, capaz tanto de presionar al quarterback como de cubrir profundo. Además, es un fijo en los equipos especiales y uno de los más agradecidos con la afición. Es un veterano, al llevar ya ocho años como profesional, pero con sus 30 años no se le puede considerar viejo. Desde luego, quien consiga hacerse con sus servicios el año que viene se llevará a uno de los mejores defensas de la liga. Junto a él, hasta el año pasado Gilchrist (ya fuera del equipo) y Jahleel Addae se han encargado de ocupar la posición de Strong Safety. La llegada de Jimmy Wilson desde Miami aportará experiencia y versatilidad, sin ser realmente una gran mejora en cuanto a calidad. Por último Darrel Stuckey es un gran jugador de equipos especiales que, aunque suele jugar varios snaps como safety, no ha llegado a consolidarse en la defensa

La llegada de Jacoby Jones como retornador (no parece que su llegada a San Diego sea como receptor, aunque pueda aportar en ocasionalmente) soluciona una de las carencias del equipo los últimos años. Desde la marcha de Darren Sproles, no ha habido en San Diego ningún especialista que supusiese una amenaza en los retornos. Ahora con Jacoby Jones se espera que la cosa cambie, al dedicarse casi exclusivamente a estas funciones. Con los pies, volverán a ser Nick Novak como kicker y Mike Scrifres como punter los encargados de las patadas. Ambos aportan seguridad y confianza. Aunque no llamen la atención, son los tipos de jugador que se echan en falta cuando no están. Por último Mike Windt cumplirá su quinta temporada como long snaper.

– Los refuerzos de la línea de ataque, que vienen a completar un buen cuerpo mezcla de experiencia y juventud
– Melvin Gordon lo tiene todo para explotar sus facultades, con una buena línea y un juego aéreo capaz de captar la atención de las defensas rivales.
– La solidez de la secundaria, con playmakers como Weddle o Flowers y jóvenes con gran proyección como Jason Verrett.

– La línea defensiva es la mayor debilidad. Salvo Liuget, el resto de jugadores son cumplidores, incluido algún bulto sospechoso.
– La posibilidad de mudanza del equipo no ha ayudado a que la afición se enganche al equipo, y peligra su continuidad en San Diego.
– Excesivo conservadurismo de McCoy en los momentos claves de los partidos.

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