Aquellos que me leen hace tiempo saben que además de la NFL soy seguidor de la MLB. El béisbol es el único deporte que ha sido capaz de romperme el alma en mas de una ocasión, sucede cuando un deporte se lleva en el corazón y no en la cabeza. Hace mucho tiempo que la NFL superó en popularidad a la MLB, mientras que aquel es el primer deporte nacional este es un deporte que funciona muy bien en los mercados locales. En mas de una ocasión he dicho en este mismo espacio que la NFL debería copiar cosas del mundo de la MLB ya que esta lleva mucha ventaja en multitud de cuestiones, seguramente por aquello de que es una liga mucho mas asentada y veterana.
Entre las muchas cosas que me gustan del mundo del béisbol está su sistema de elección al Hall of Fame. En la NFL la decisión de entrar o no entrar corresponde a un muy selecto y reducido grupo de periodistas, muchos de los cuales debido a su edad es mas que probable que nunca vieran jugar a determinados jugadores. El sistema de elección da lugar a todo tipo de componendas, juego de intereses y debates. Desde hace un tiempo ser parte de la cadena NFL Network es un pasaporte que facilita la entrada por delante de jugadores cuyos números son incuestionables, véase el caso Terrell Owens, un jugador con cero apoyos entre muchísimos de los electores por cuestiones extra deportivas pero al que no se le puede negar lo que hizo en el campo.
En la MLB el sistema de entrada es mucho mas justo, actualmente hay mas de 400 electores acreditados y se exige reunir al menos el 75% de los votos para ser investido miembro del Hall of Fame. Este sistema permite que ocurran cosas como que en 2013 nadie fuera elegido o que en un año entren varios jugadores, al contrario de la NFL que establece que deben ser elegidos un número ya predeterminado de miembros. Al no existir debates ni reuniones de los electores como pasa con el comité de selección de la NFL, compuesto tan solo por 48 miembros, la posibilidad de que periodistas de peso e influencia impongan sus candidatos no existe como ya ha pasado en mas de una ocasión con la NFL. No hay mas que ver el escándalo que ha provocado que Joe Morgan, vicepresidente del Hall of Fame del béisbol, enviando una carta a todos los electores sugiriendo que los jugadores de la era de los esteroides no deben tener sitio, ignorando por completo la etapa de las anfetaminas o la segregación racial.
Otro aspecto donde la MLB le lleva años luz de ventaja a la NFL es en materia de los premios individuales. No deja de ser algo contradictorio que en deportes colectivos por excelencia existan premios individuales, pero no vamos a entrar en ese debate puesto que existe en todos los deportes, o al menos sé que existen en baloncesto, en el fútbol e incluso en el cricket, deporte desconocido por estos lares, se concede siempre el “man of the match”.
En el béisbol, igual que en el football hay una figura que sobresale por encima de todos los jugadores. Para mi gusto es la figura mas relevante y por excelencia de todo el deporte americano, me refiero al pitcher. Los pitchers son esos caballeros que suben a un montículo de tierra y con su brazo son capaces de hacer lanzamientos increíbles con una variedad y repertorio que es imposible ahora hacer distinciones. Pero el pitcher no juega solo, le acompañan en el campo al menos otros ocho jugadores. Todo el juego empieza con un lanzamiento del pitcher y desde allí se mueve todo lo demás, sin pitchers no hay juego, por eso son los jugadores mas codiciados y mejor pagados. Tener lo que se conoce como una buena rotación de pitchers suele ser sinónimo de éxito en el béisbol, sobre todo en post temporada que es cuando los pitchers mandan por encima de los bateadores, los conocidos como “sluggers”.
En 1956 la MLB instituyó un premio al mejor pitcher de la liga y lo denominó el Cy Young Award, un homenaje al que con toda seguridad sea el mejor pitcher que ha conocido la historia de este deporte y fallecido en 1955. En un primer momento fue un solo premio para toda la MLB, pero desde 1967 se otorga uno por liga, la MLB está separada en dos ligas, la Americana y la Nacional. El Cy Young Award tiene una singularidad, solo pueden optar al mismo pitchers. Es un premio limitado única y exclusivamente a esa posición, incluso los especialistas como los relevistas o cerradores pueden optar al premio, de hecho los cerradores Dennis Eckersley o Eric Gagne lo han ganado.
El resto de jugadores de campo tienen sus propios premios individuales, desde mejor bateador a diferentes premios por las posiciones de campos. El baseball también tiene un premio al MVP, al Most Valuable Player, premio al que optan por igual todos los jugadores, incluso los pitchers pueden ganarlo. Hasta que se instituyó el Cy Young Award varios pitchers ganaron el MVP, desde entonces solo unos pocos lo han ganado, jugadores como Justin Verlander, Roger Clemens o Clayton Kershaw han sido capaces de ganar en un mismo año el MVP y el Cy Young Award.
Y esto es lo que la NFL debería implantar aunque le acusen de ser una copia. La NFL debería crear un premio para los QB al igual que existe un premio solo para los pitchers, lo del nombre ya es otra cuestión. Es cierto que en la NFL el número de candidatos al premio sería infinitamente menor que en el baseball, donde cada año puede haber mas de 150 jugadores que potencialmente tienen opciones al premio. Pero es que no existe otra manera de eliminar de una vez por todas el premio mas injusto, mas discriminatorio y mas absurdo que a nivel individual otorga la NFL como es el MVP, que responde a las siglas de Most Valuable Player.
El MVP es una completa farsa, no solo por que concede mucho mas crédito del que realmente tienen los QB, sino que está completamente desvirtuado. En la actualidad solo tienen opciones reales al mismo los QB, mas que el MVP es el Most Valuable Passer. Para que otro jugador que no sea QB tenga opciones debe hacer una atrocidad y monstruosidad de tal calibre que sea imposible pasarlo por alto, por el contrario un QB que tiene una temporada parecida a sus estándares habituales tiene infinitas más posibilidades de ganarlo. El último jugador que no era QB en conseguir el MVP fue el RB Adrian Peterson en una temporada en que se quedó a tan solo nueva yardas de sobrepasar el record de Eric Dickerson de yardas terrestres. De otras posiciones en ataque es mejor ni hablar.
Para darle el premio a un jugador de defensa nos tenemos que remontar a 1986 cuando se lo otorgaron al LB Lawrence Taylor. Es cierto que Lawrence Taylor no solo ha sido el mejor defensa de todos los tiempos, sino probablemente el mejor jugador de la historia de este deporte, pero es que después de él ningún otro jugador de la defensa ha tenido serias opciones al MVP. Y hablamos de jugadores de la talla de Reggie White, el segundo mejor defensa de la historia, o la espectacular temporada 1994 de Deion Sanders en los San Francisco 49ers, por no obviar de las recientes temporadas fuera de este planeta de J. J. Watt.
Esta temporada no tiene de que vaya a ser muy diferente a la de otras anteriores, lo más probable es que lo ganará de nuevo un QB aunque solo sea por incomparecencia del resto. Los que defienden que otros jugadores que no sean QB tienen opciones tienen este año la disculpa perfecta de las lesiones, el WR Antonio Brown se cayó de las quinielas la semana pasada y bastante tiene con poder volver para los playoffs. Otro QB como Carson Wentz se cayó de las quinielas el día que se lesionó, de no ser así sería lo que es el premio en la actualidad, al mejor QB, en este caso entre Tom Brady y Carson Wentz andaría la cosa con algunas menciones, pero solo por aquello de quedar bien, Russell Wilson.
A mi se me ocurren varios nombres que podrían entrar en la carrera de un premio que se destina al mejor jugador y no al mejor QB. El caso mas notable ahora mismo es Todd Gurley, que el pasado domingo hizo números que nadie había conseguido desde 1986, lo que le valió para empezar a ser reconocido ahora, ignorando por completo que la temporada que está llevando a cabo el RB de los Rams no tiene nada que envidiar a las que en su día protagonizó alguien que ocupó su mismo puesto antes, Marshall Faulk, ganador de un MVP con cifras parecidas con las que va a terminar Todd Gurley.
También hay jugadores de corte defensivo que deberían entrar en las quinielas, no hay ahora mismo un defensa que domine tanto las trincheras como Aaron Donald. Su temporada es un abuso, cualquiera que vea jugar al excelente DT de los Rams se dará cuenta de un detalle, se pasa mas tiempo generando el caos en el backfield de sus rivales que en el campo propio. Sus detractores dirán que sus estadísticas individuales no tienen ni de cerca las mareantes cifras de un QB o RB, pero el trabajo que hace y del que se benefician sus compañeros es de los que no aparece en ningún libro.
¿Y qué me pueden decir de Xavier Rhodes? El CB de los Minnesota Vikings no es solo el que mejor ha jugado la posición este año, sino que miren contra quienes se ha enfrentado, contra que WR ha jugado, pero sobre todo, en que números y cifras los ha dejado a todos ellos. Xavier Rhodes ha dejado en 96 yardas combinadas a A.J. Green, Antonio Brown, Julio Jones y Odell Bechkam Jr. ¿Cuántas defensas, unidades enteras, pueden siquiera presumir de números como eso?
Pero todo esto probablemente dará igual. Los miembros que eligen el MVP una vez mas se dejaran seducir por los números de un QB, números que si los ponemos en términos comparativos con los de otros años no son ni mejores ni peores, sino en la misma línea de continuidad ¿O acaso los números de Tom Brady de 2017 son sensiblemente mejores que los del año pasado donde fue superado por Matt Ryan o son siquiera muy superiores a los Drew Brees de este año por poner un ejemplo. ¿O son mucho mejores que las cifras de Todd Gurley que acumula 19 TD, es el RB con mas yardas terrestres y el receptor número 27 de la liga.
Bien haría la NFL en cambiar la nomenclatura de los premios, mas en una liga donde los QB juegan una liga aparte no solo deportivamente, sino salarialmente. Es hora de que se instituya un premio para el mejor QB como existe un premio al mejor pitcher. Y podría un QB ganar el MVP además de su propio premio? Por supuesto que sí, pero quedaría solamente reservado para años en que las temporadas de un QB sean algo extraordinario, temporadas como la que protagonizó Peyton Manning en 2013 o Tom Brady en el año 2007, años todos ellos de récord y donde sus actuaciones sí podemos decir que fueron extraordinarias.