En un partido marcado por la intensa lluvia y los relámpagos que hicieron que el encuentro retrasara su hora de inicio, los New York Jets lograron sumar una victoria más a su casillero tras derrotar a los Minnesota Vikings por 29-20 en un choque que no se resolvió hasta los minutos finales cuando la defensa lograr lograba interceptar y retornar para touchdown un pase de Brett Favre. Randy Moss, otro de los protagonistas de la noche, estuvo bien marcador por Antonio Cromartie pero aún así se las arregló para lograr 4 recepciones para 81 yardas y 1 TD.
Durante la primera mitad el control del partido correspondió completamente a los hombres de Rex Ryan y, sólo la brillante actuación de la defensa de Minnesota, impidió que los Jets lograra una ventaja superior al 9-0 con el que se fue al intermedio.
Durante los dos primeros cuartos los Vikings se vieron completamente perdidos en ataque y la única marca histórica que parecía iba a romper su veterano quarterback era la de fumbles perdidos (los dos que cometió le hicieron superar a Warren Moon en la clasificación total). Sin embargo la leyenda pareció despertar a medida que la lluvia cesaba sobre el nuevo y flamante estadio de la «Gran Manzana» y con tres pases de touchdown (el primero para Randy Moss supuso el número 500 de su carrera, y otros 2 para Percy Harvin) Minnesota se metia de nuevo en el partido.
La conversión de dos puntos tras la última anotación no tenía éxito y los Jets con 22-20 tenían, a poco más de dos minutos para el final, la oportunidad de matar el partido, sin embargo, una pésima gestión del reloj otorgó a los Vikings un drive con el que hubieran tenido la oportunidad de culminar la remontada.
Fue entonces cuando Favre volvió a mostrar su pero cara y, tras errar un claro pase a un desmarcado Harvin con el que bien hubieran podido conseguir las yardas que necesitaban para un posible «field goal range», otro envio era interceptado y retornado por Dwight Lowery cerrando definitivamente el choque.