El resurgir del ol’ ball coach

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La propia CBS lo anunciaría a doble bombo como todo un “upset in the making” y quien suscribe (acérrimo seguidor de la universidad de Alabama, como la gran mayoría sabe) tenía esta fecha rodeada en rojo en su calendario personal (junto a la del 26 de Noviembre en T-town), como uno de los matchups más peligrosos para los vigentes campeones nacionales. La cómoda y abultada victoria ante Florida de la semana pasada había instalado en Tuscaloosa una atmósfera de invencibilidad después de la sufrida pero victoriosa visita a Fayetteville ante Arkansas la anterior semana, y lo cierto es que BAMA rendiría cuenta con comodidad de los Gators con acciones aisladas y aprovechándose de los propio errores de su rival. Sin ir más lejos, los Crimson Tide sumarían poco más de 100 yardas terrestres entre Ingram y Richardson (teniendo en cuenta que varias fueron amasadas durante los minutos de la basura), mientras que McElroy solamente lanzaría para 84 yardas aéreas. De cualquier modo, aquel showdown no pidió mucho más, pero como Mark Ingram apuntó al finalizar el encuentro en Columbia; muchos creían que la victoria les sería automática, solamente por “ser Alabama”. Nick Saban indagaría aún más profundo, apuntando explícitamente que “porque solamente derrotes a Florida 31-6, la gente ya te señala como el mejor equipo del país, pero no somos los mejores del país. Tuvimos el mejor equipo de la nación el año pasado. Lo demostramos durante 14 partidos. Este equipo todavía no lo ha demostrado.”. Esto no significa que en Tuscaloosa se haya perdido definitivamente la confianza, ilusión y entusiasmo por la temporada, sino que la realidad es que este squad es muy joven (sólo 9 titulares recuperados) y poco acostumbrado a asimilar una derrota. Alabama no perdía en liga regular desde el 24 de Noviembre del 2007 en The Plains ante Auburn, en un total de 18 victorias consecutivas en la conferencia SEC y 29 en liga regular (con las únicas derrotas en el campeonato de la SEC del 2008 ante Florida y la Sugar Bowl del 2009 ante Utah). Muy pocos de los jugadores recientemente llegados al programa habían experimentado esta sensación, y esta sobreconfianza se mostraría especialmente durante la primera parte, aunque no seré quien desacredite, ni mucho menos, el gameplan de Steve Spurrier y la fantástica actuación de los Gamecocks, quienes dominaron el encuentro durante varias fases del mismo. Para este tipo de actuaciones vino el ol’ ball-coach desde los Washington Redskins, que no es otro que recuperar el orgullo y situar a South Carolina entre las powerhouses de la conferencia como favorita dentro de la división Este.

 

La primera carrera de 22 yardas del RB true-freshman Marcus Lattimore representaría justamente los constantes y críticos errores en el tackling y mediocres ángulos de la defensa Crimson Tide, y siempre que este jovencísimo y talentoso runningback se encontró sobre el campo (93 yardas terrestres y 3 TD), el grupo del DC Kirby Smart sufriría para controlar la ofensiva de los Gamecocks. Saliendo del backfield, Lattimore aprovecharía un bloqueo en campo abierto sobre el LB CJ Mosley, para encontrar el camino despejado sobre el centro en un TD de recepción de 9 yardas. Otro nuevo error en el tackling y sobre el punto de ataque de la defensa de BAMA, permitiría que el QB Stephen Garcia (17/20 para 201 yardas, 3 TD y 1 INT) superase un 4th down, para en la siguiente jugada, conectar sobre el pylon en un lanzamiento de 26 yardas sobre el WR Alshon Jeffery, quien no perdonaría después de que el SS Mark Barron sería incapaz de despejar el lanzamiento tras disponer del ángulo y dirección en la cobertura. El spur Antonio Allen llegaría por la espalda de McElroy y forzaría un contundente sack y fumble que sería recuperado por el DT Travian Robertson en la 43 de UA. Un Garcia perfecto en sus lecturas y en la gestión del tempo del partido, además de tremendamente preciso en sus lanzamientos (9 de 9 en ese instante), explotaba el missmatch de Jeffery sobre la secundaria de BAMA (en este caso el true-freshman DeMarcus Milliner), para con un contundente y cómodo jump-ball de 15 yardas ampliar la diferencia en 18 puntos. South Carolina tomó con inteligencia y efectividad todo aquello que se encontró sobre su alcance, mientras que Alabama renunciaría a su “fast & furious backfield” (limitado por USC en 64 yardas y 17 intentos) para nuevamente dejar el partido sobre las manos de Greg McElroy en pistol y shotgun en un intento un tanto precipitado por recuperar la distancia sobre el marcador. A pesar de que McElroy aguantaría durante demasiado tiempo el balón sobre el pocket (7 sacks encajados), lo cierto es que el QB natural de Southlake (Texas), experimentaría una tarde bastante eficiente e inspirada (27/34 para 315 yardas y 2 TD) y el WR Julio Jones (8 recepciones para 118 yardas y 1 TD), quien llegaba mermado físicamente (y que sería operado de la mano tras el encuentro), se mostraría constantemente abierto. Ambos conectarían en la endzone en una recepción de Jones de 8 yardas, después de un lanzamiento alto de McElroy, quien aprovecharía el manifiesto desemparejamiento sobre la secundaria de los Gamecocks. Sin embargo, el PK Jeremy Shelley erraría anteriormente un FG de 31 yardas, después del primer drive consistente de BAMA con 14 jugadas y más de 9 minutos, además de fallar el propio extra-point tras la anotación.

 

Nada más arrancar la segunda parte, un snap demasiado alto obligaba a Garcia a forzar el safety, lanzando el balón sobre su propia endzone y autoanotándose. El analista de la CBS Gary Danielson criticó la decisión varias veces, pero lo cierto es que Garcia recuperó de espaldas y un tanto desequilibrado el balón dentro de su propia yarda 3. En mi opinión, es preferible tomar esa decisión, antes que forzar la situación con una segunda jugada, y en realidad la acción demostró el alto compromiso de Garcia por proteger la posesión, algo en lo que ha mejorado considerablemente esta offseason. Alabama aprovechaba el momentum con un FG de 39 yardas del PK Jeremy Shelley. Pero si a Garcia le gusta cuidar sus posesiones, no menos al head-ball coach Steve Spurrier (su mentor) y el propio ataque de los Gamecocks, quienes con Maddox y Lattimore llevarían a USC hasta territorio profundo de The Tide en un drive de 15 jugadas y prácticamente 8 minutos. Cierto es que los wide-outs Alshon Jeffery y Tori Gurley salvarían tres terceros downs aprovechando sus respectivos enormes cuerpos. Lattimore resolvía la yarda restante con un nuevo TD que ampliaba la distancia al final del tercer cuarto, hasta que el WR Darius Hanks aprovecharía una cobertura ruta para escaparse sobre el centro 51 yardas para TD, dejando sólo 7 puntos de diferencia (una anotación) sobre el marcador. BAMA tuvo el game-changing-play en el primer error de Jeffery en todo el partido, tras una fantástica acción de DeMarcus Milliner (antes fácilmente quemado), sustrayendo con gran habilidad el balón de sus manos para que el safety Will Lowery interceptase en la 37 de USC, sin embargo, Stephon Gilmore en el corner-blitz, llegaría a McElroy, después de aguantar demasiado sobre el pocket, consiguiendo el sack. Saban entendió que se encontraba ante un momento muy interesante para buscar el trickery-play, sin embargo, el QB backup AJ McCarron (habitual holder) no conectaría en el fake de FG con el Jack-LB Ed Stinson, quien dejaría caer el lanzamiento aunque la defensa de los Gamecocks aparentemente se mostró preparada y atenta a la acción. Tras el turnover-on-downs, Alshon Jeffery (7 recepciones para 127 yardas y 2 TD) esta vez no perdonaría y aunque el CB Dre’ Kirkpatrick lo intentó todo para defender el jump-ball con un férreo marcaje, agarrándole de la camiseta e incluso cometiendo una clara interferencia, el monstruoso receptor natural de Saint Matthews se escaparía 46 yardas hasta la 6 de UA, donde Lattimore sentenciaba virtualmente con una nueva carrera corta de 2 yardas. Por primera vez en toda la historia del programa, South Carolina vence a un rival ranqueado como No.1 absoluto del país (record de 0-4), convirtiéndose en la primera universidad desde Florida en el 2007 que derrota a un No.1 en football, baloncesto (Kentucky en enero) y baseball (Arizona State en las College World Series en Junio) en la misma temporada, después de la victoria más importante del programa de football en toda su historia. Los 35 puntos encajados por BAMA, en cambio, son su cifra más alta desde la derrota ante LSU en el 2007 (con 41 puntos). (R: 21-35)

 

“T-Magic” Martinez vuelve donde lo dejó


Bo Pelini ha conseguido revivir a la orgullosa black-shirt defense de los Huskers y aumentar en incalculables escalas la autoestima de este orgullo programa. Su defensa, liderada el año pasado por el monstruoso DT Ndamukong Suh (selección No.2 absoluta del Draft), permitiría 10.4 puntos por partido y un promedio de 272 yardas totales, 93 terrestres y un porcentaje de lanzamientos del 47,8% (No.7 en defensa total del país). Sin embargo, si en Lincoln se anhelaba algo, ese era un quarterback capaz de liderar y aportar, al menos, su granito de arena dentro del ataque. En la final por el campeonato de la Big-XII frente a Texas, este aspecto se mostraría en su máximo esplendor, con Nebraska consiguiendo únicamente 106 yardas totales, de las cuales 67 fueron terrestres, con una eficiencia en tercer down de 2-16, además de 3 intercepciones y sin apenas llegar a pisar territorio Longhorn, y aún así, 1 segundo les separaría de llevarse el título ante todo pronóstico. Pero antes de que comenzase la temporada, lógicamente el programa se sumergió bajo una auténtica controversia en la posición de quarterback, debido a la falta aparente de una pieza contrastada. Los Huskers reclutarían a Taylor Martinez como atleta procedente del instituto de Centennial en California, después de quedarse literalmente enamorados de su velocidad y explosividad, pero su proyección no estaba demasiado clara, trabajando de free safety, wide-receiver o quarterback en su primer año en campus. Probablemente pensando en su desarrollo, Nebraska nunca revocaría su plan de redshirting y al final del pasado fall-camp, Martinez, gracias a su capacidad atlética y talento como lanzador, había ganado distancia suficiente como titular sobre sus rivales y compañeros Zac Lee (titular el año pasado y un jugador muy experimentado) y Cody Green (recruit destacado de Pelini). Su actuación en la tercera semana en Seattle ante Washington (4 TD totales), oscureciendo la figura de un mediático Jake Locker, sería recibido con sorpresa y gran júbilo entre la base de fans corn-fed, sin embargo, su paupérrima actuación en Lincoln (y en general de Nebraska) ante South Dakota State (2 INT), donde incluso acabaría siendo substituido en los instantes finales, devolverían al programa a la cruda realidad de su mediocridad ofensiva. Esta semana en Manhattan (Kansas), Taylor Martinez (5/7 para 128 yardas y 1 TD, además de 15 carreras para 241 yardas y 4 TD) necesitaría tan sólo 3 big-plays eléctricos de carrera para sentenciar un partido, que muchos incluso habían osado subrayar en rojo ante Kansas State en su primer duelo interconferencial, pero Bill Snyder, a quien la sección de estudiantes le dedicó un atronador happy-birthday (cumplió 71 años el pasado 7 de Octubre), está bastante lejos de sus célebres y exitosos rebuilding-years. Los Wildcats duraron el tiempo que se le acabó la chispa y capacidad de sorpresa al RB Daniel Thomas (líder terrestre de la conferencia Big-XII), a quien la defensa de los Huskers limitaría en únicamente 63 yardas sobre 22 carreras (promediaba 157 yardas terrestres). Snyder sorprendió dejando el balón sobre las manos del QB Carson Coffman (incluso jugándose con él en wildcat un 4th down en la yarda 25 de NU y en el primer drive del partido) y la defensa de Nebraska lo tuvo muy fácil, forzando a Coffman a enfrentarse ante terceros downs largos. Kansas State demostró porque llegaba con la peor defensa terrestre de toda la conferencia (No.100 de todo el país) y Taylor Martinez solamente tuvo que explotar a través de las autopistas construidas por el RG Ricky Henry y el RT DJ Jones y hacer un traje al grupo dirigido por el DC Chris Cosh. La acción que mejor resumiría el partido fue el segundo TD terrestre de Nebraska (subiendo el 14-3 en el segundo cuarto). Martinez tomaría el snap en shotgun, ejecutaría el zone-read-play sobre el RB Rex Burhead y tomaría el QB-keeper después de leer el edge del LB Kadero Terrell, para arrancar a máxima velocidad y escaparse como una flecha 35 yardas hasta la endzone de KSU. Realmente, la característica que hace tan especial a Martinez es su capacidad para arrancar en un mínimo espacio y a máxima velocidad, tomar ángulos sin apenas perder equilibrio y mantener su endiablada velocidad hasta la endzone rival, al más puro estilo Denard Robinson en Michigan. Desde la posición de QB, Taylor Martinez provee a Nebraska la dimensión y amenaza vertical que tanto se lleva reclamando en Lincoln desde tiempo inmemoriales. Además, Martinez presenta un brazo poderoso, como demostró tras el FG de Kansas State. La defensa de KSU bajaría con todo al box para intentar detenerle en su búsqueda desesperada de momentum, pero todo lo que hizo Martinez fue conectar en una bomba de 79 yardas para TD sobre el TE Kyler Reed. (R: 48-13)

 

Sin Shoelace inspirado y con gran disciplina, el Paul Bunyan sigue en East Lansing

 

Después de 1.071 días (3 años), el “hermano pequeño” continua siendo el rey de la casa. En este espacio de tiempo, Michigan (el “gran hermano”) continúa siendo incapaz de ganar a su rival interestatal de East Lansing tanto en football como en baloncesto. En el 2007, con ocasión de la última victoria Maize & Blue, Mike Hart simbolizaba aquella ajustada remontada como cuando uno, jugando al baloncesto, se enfrenta a su hermano pequeño y le da ventaja, para más tarde vencerlo con una abrumadora remontada. Después de cuatro años del head-coach Mark Dantonio al frente de los Spartans, esta concepción ha cambiado radicalmente en el estado de Michigan y MSU pasaría por encima de los Wolverines en Ann Arbor, con un juego disciplinado, poderoso y dominante, poniendo en duda quien es el hermano mayor y pequeño de la casa. Tampoco fue el día más inspirado del célebre QB Denard Robinson (17/29 para 215 yardas, 1 TD y 3 INT). La veloz y tenaz unidad de LB liderada por Chris Norman y Greg Jones conseguiría controlarle con suma eficacia por tierra (86 yardas terrestres y 4.1 por intento, 97 por debajo de su promedio durante la temporada con 9.2 por carrera), pero el propio Robinson desaprovecharía varias oportunidades para marcar prematuramente el liderazgo sobre el electrónico. Un pobre lanzamiento retrasado sería interceptado en la endzone por el FS Trenton Robinson en el primer drive de todo el partido y el propio Robinson sería incapaz de encontrar completamente abierto en la endzone a Darryl Stonum, teniendo Michigan que conformarse con un FG de 34 yardas. Mientras tanto, Michigan State aprovecharía pobres ángulos de la defensa de los Wolves y tras una OL muy disciplinada y tremendamente eficaz en sus asignaciones, Edwin Baker (22 intentos para 147 yardas y 1 TD) con una carrera de 51 yardas y el RB true-freshman Le’Veon Bell (7 intentos para 78 yardas y 1 TD) con otro big-play terrestre de 41 yardas, situarían en franquicia el marcador a favor de los Spartans. El QB junior Kirk Cousins (18/25 para 284 yardas y 1 TD) no reinventaría la rueda desde el pocket y con una gestión eficiente y segura, dejaría el balón en espacio sobre las manos del explosivo WR Keshawn Martin, quien conseguiría las acciones aéreas más verticales y explosivas para los de East Lansing. En la segunda parte, un PA de Cousins donde aprovechando su poderoso brazo y con el OLB Craig Roh sobre su cara, conectaría en la endzone 41 yardas sobre Mark Dell, quien batía con facilidad a su marca. Con ya dos anotaciones de desventaja, Denard Robinson lideraba a los Wolverines a la yarda 12 de MSU, pero un nuevo lanzamiento retrasado y con tráfico sobre la endzone buscando a Junior Hemingway sería interceptado por el CB Johnny Adams. El poderoso y físico runningback-by-committee entre Le’Veon Bell y Larry Caper tras la disciplinada e imponente línea ofensiva de MSU, comenzaba a derribar físicamente y a dominar sobre la línea de scrimmage a una defensa de Michigan que se mostraba muy extenuada y donde el DT Mike Martin era el único capaz de realizar alguna jugada positiva para los intereses Blues. Larry Caper anotaba con una física carrera straight-ahead de 8 yardas después de un contundente drive terrestre de 10 jugadas y 93 yardas, que subirían 24 puntos incontestados a favor de MSU. En una acción física de la OL de los Wolves atacando el gap con ambos guards, serviría para que Robinson redujese diferencias en el marcador con una carrera corta de 4 yardas, pero nuevamente, el CB Chris Rucker interceptaba un lanzamiento de Robinson con demasiada aire y sobre el double-team de MSU. El resto lo resolvería el físico juego terrestre entre Larry Caper y Edwin Baker, quienes liquidarían el tiempo restante, para dedicar a Michigan eso de «lit-tle sis-ter!». Con esta victoria, Michigan State consigue batir durante tres años consecutivos a su vecino de estado, algo que no ocurría en este histórico programa desde el periodo de 1965-67, y los Spartans arrancan con un 6-0 por primera vez desde los años de Nick Saban en East Lansing (temporada 1999, donde finalizarían con un 10-2). (R: 34-17)

 

Florida State desactiva con facilidad la infranqueable defensa de los ‘Canes

 

En lo que muchos apuntaban como el revival de este célebre rivalry-game venido a menos en los últimos años, pero con una dilatada y controvertida historia dentro del college football (seis en los últimos 10 años han sido decididos por un FG o menos), Miami sería sorprendida en casa ante los Seminoles, después de que los ‘Canes llegasen a este showdown con una de los defensas más destacadas e intimidantes de todo el país y como grandes favoritos de la conferencia ACC (No.13 del AP Poll). En el día de su 45 cumpleaños, Jimbo Fisher desplegaría un fantástico gameplan ofensivo que eliminaría contundentemente el front-seven de Miami, atacando con agresividad por tierra el corazón de la línea (las 298 yardas terrestres son los guarismos más altos desde las 472 yardas ante GTU en Noviembre del 2008) y explotando los screen-plays y a sus runningacks saliendo del backfield en situaciones obvias de puss-rush. El RB Jermaine Thomas (16 carreras para 78 yardas y 2 TD) se ocuparía de rematar cada una de estas oportunidades tanto por aire como tierra, incluso aprovechando el regalo del RB Damien Berry en forma de fumble que sería reconducido hasta la yarda 1 de Miami por el safety Nick Moody, subiendo 21 puntos incontestados en los primeros veinte minutos, que marcarían el tono durante el resto del partido. La pareja de ends Markus White y Brandon Jenkins controlarían y dificultarían el sync de Jacory Harris (19/47 para 225 yardas y 1 INT) con sus receptores, convirtiendo su ataque en unidimensional y previsible. Nada más arrancar la segunda parte, Florida State recorrería 69 yardas en solamente 5 jugadas, donde destacaría el big-play de carrera de 44 yardas del RB Chris Thompson (14 carreras para 158 yardas y 1 TD) en una jugada donde la defensa de Miami se encontraba en estado de confusión absoluto (con un defensor saliendo del campo justo antes del snap). Sorprendentemente, los ‘Noles consiguieron incluso desesperar al front-seven de los ‘Canes por momentos. Lonnie Pryor resolvería las 16 yardas restantes en una acción terrestre “up-the-middle” sin apenas ser tocado para subir un contundente 31-7 y enmudecer un Sun Life Stadium con 75.115 espectadores (record y de largo del programa desde que se mudaron de la Orange Bowl). Inmediatamente, Jacory Harris conectaría con su main-target Leonard Hankerson para que Damien Berry con un touchdown de carrera de 26 yardas, redujese en menos de dos minutos la distancia sobre el marcador, sin embargo, el QB senior de Colleyville (Texas) Christian Ponder se echaría sobre sus hombros el equipo, gestionando el tempo del partido y distribuyendo sus lanzamientos con suma eficiencia y liderazgo (71,4% de completaciones sobre aquellos lanzamientos por debajo de las 10 yardas), además de aprovechar el play-action (6 de 8 tras un run-fake) gracias al gran éxito del juego terrestre, y la habilidad de los receptores de FSU para ganar yardas tras la recepción. En el último cuarto, Ponder (12/21 para 173 yardas, 2 TD y 1 INT) sentenciaba el partido con un perfecto lanzamiento de 18 yardas sobre la esquina de la endzone y el hombro izquierdo del WR Rodney Smith, después de un drive de 11 jugadas y prácticamente 6 minutos. Es la cuarta victoria de FSU en los últimos 6 partidos de estas series y la tercera consecutiva en Miami por primera vez desde acumular 8 consecutivas en la época de 1963-74. (R: 45-17)

 

Esta vez Les Miles no cometería ninguna locura


Mucho se había hablado y criticado a Les Miles durante toda la semana después de su agónica y caótica gestión del reloj en los segundos finales ante Tennessee y que cerca estuvo de costarle la victoria en Death Valley ante los Vols, sin embargo, esta semana callaría muchas bocas con una actuación, desde la banda y en general de sus Bayou Bengals, bastante sólida e inteligente, y eso es lo mínimo que se le pide a este controvertido head-coach con toda la cantidad de talento y potencial a su alrededor. LSU dominaría el encuentro, con esta vez un Jordan Jefferson bastante consistente y con confianza en cada una de sus acciones, y los Bayou Bengals controlarían ambos lados de la línea de scrimmage, manteniendo constante presión sobre el QB John Brantley (16/24 para 154 yardas y 1 INT) y permitiendo el juego terrestre tanto de Stevan Ridley (28 carreras para 83 yardas) como el propio Jefferson (11 carreras para 42 yardas y 2 TD). El uso de un sistema dual de quarterbacks con Jarrett Lee (9 de 11 para 124 yardas y 2 TD) mantendría a la defensa de los Gators fuera de equilibrio. Después de una jugada rota en la goal-line que acabaría en un improvisado boot-leg de Jefferson para TD, una física recepción de 38 yardas de Terrence Toliver impulsando a su marca hasta la endzone y una intercepción del LB Morris Claiborne que sería transformado en un TD de carrera 3 yardas nuevamente de Jefferson, Florida recuperaría repentinamente momentum sobre una renta de 12 puntos en el último cuarto que se intuía como insalvable, gracias el eléctrico retorno de 88 yardas sin ser tocado del súper atleta Andre Debose. Entonces, la defensa de los Gators sólo permitiría una jugada de 29 yardas del WR Rueben Randle, para que Carl Moore (4 recepciones para 95 yardas) consiguiese la acción más explosiva de Florida en todo el partido, gracias a una recepción de 51 yardas que sería secundado con una carrera de 5 yardas del RB Mike Gillislee, situando a los Gators tres puntos arriba en el marcador, después de la conversión de 2 puntos, tras conectar Bradley con Frankie Hammond. Con poco más de 3 minutos sobre el reloj, Lee se aliaría con un omnipresente Toliver en un lanzamiento de 18 yardas para acercar a los Tigers hasta la yarda 36 de Florida, aunque los Gators forzarían un intento de FG de 52 yardas deteniendo a LSU en 4th down. Con un tiempo muerto, Les Miles respiraría hondo, se lo pensaría brevemente y apostaría por el fake con una distancia tan grande. Con 35 segundos sobre el reloj, LSU se alinearía para el intento de fieldgoal de 52 yardas, sin embargo, el holder Derek Helton lanzaría un pitch sin mirar sobre su espalda (los fans locales reclamaron un posible forward-pass que se revisó sin éxito), el football botaría sobre el piso y el PK Josh Jasper lo atraparía en su dirección para conseguir el primer down. Lee volvería a conectar con Terrence Toliver (6 recepciones, 111 yardas y 2 TD) para que con otra nueva física recepción de 28 yardas dejase el balón sobre la 1 de UF, donde después de un primer intento, Lee conectaría en el jump-ball con Toliver en una recepción ajustadísima sobre la esquina de la endzone, dejando únicamente 6 segundos sobre el reloj. Después de que Florida finalizase con 243 yardas totales (12 primeros downs y sólo 89 yardas terrestres) y las dudas existentes sobre la falta evidente de playmakers, muchos comienzan a dirigir ya su mirada sobre el OC Steve Addazio. (R: 33-29)

 

 

 

 


  • Perdónenme, de momento no me subo al tren de Nebraska, pero lo cierto es que después de superar sin problemas sus salidas “más complicadas” a Washington y Kansas State, los Huskers tienen un calendario demasiado accesible para terminar imbatidos en Noviembre. Texas y Missouri son los dos últimos escollos, pero ambos deberán visitar Lincoln, empezando por los Longhorns la próxima semana ¡Para qué luego digan de Boise State!

  • Aunque personalmente no considere a esta Nebraska como una candidata seria al campeonato nacional, sí que me parece muy interesante el potencial que está emanando sobre el QB Taylor Martinez y lo que puede suponer para un futuro prospero del programa en los próximos años. No es la old-school-option que acostumbraban a ver en Lincoln, pero si el OC Shawn Watson es capaz de sacar el máximo rendimiento del tridente Martinez y los RB Rex Burkhead y Roy Helu en la zone-read, Nebraska tiene opciones aéreas en los WR Niles Paul y Mike McNeill para construir un potencial ataque poderoso. Martinez finalizaría con 241 yardas terrestres ante KSU, los mayor guarismos en la historia del programa para un QB y la octava mejor marca de la institución, pero este ataque aún se está construyendo y buscando una identidad.
  • La defensa de la Illini frustaría a Robert Bolden y el mediocre ataque de los Nittany Lions, pero Joe Paterno debería estar realmente preocupado por la falta de respuesta de su defensa frente al QB Nathan Scheelhaase y el RB Mikel Leshoure, quienes permitieron terrestremente que Illinois controlará la posesión durante más de 38 minutos (64% del tiempo total), sumasen 282 yardas de carrera y 23 primeros downs. Se contaba con los problemas en ataque, pero nadie en Happy Valley esperaba un descenso tan drástico en un apartado del juego donde el programa muestra tradicionalmente tanto orgullo y alarde.
  • Por primera vez en la temporada, Denard Robinson se mostró vulgar y poco efectivo frente a la primera defensa competitiva que tuvo enfrente. Quien suscribe señaló su duelo contra el veloz y atlético grupo de LB de los Spartans, como la gran clave por el Paul Bunyan Trophy. La carrera más larga de Shoelace fue de 16 yardas, además, sería reducido en 86 con 4.1 de promedio, mientras que experimentaría 3 intercepciones. Sin duda, la defensa de Michigan State ganó la batalla, pero la pregunta es ¿una mala tarde por su parte o su figura no brilla igual ante defensas con talento y capacidades atléticas élites?
  • El nivel de plasmación de la personalidad y filosofía de Mark Dantonio en su squad es una autentica delicia. Comprobar la disciplina y ejecución en sus respectivas asignaciones y su capacidad para no desviarse del gameplan mostrando paciencia y sin buscar acciones comprometidas, convierte a Michigan State en un rival rocoso e incomodo de enfrentarse. MSU no intentó nada en Ann Arbor que no supiese.
  • El agradable record actual de la histórica Orange. Después de vencer a Akron, Maine y Colgate, Syracuse conseguiría el «marquee-victory» que tanto anhelaba el programa, venciendo 13-9 a South Florida en Tampa en el game-opener de la conferencia Big-East. Independientemente de la vistosidad de la victoria (algo que ya poco importa para los neoyorquinos), la Orange se encuentra con un record de 4-1, a pesar de disponer de una defensa ordinaria, y en solamente el segundo año del head-coach Doug Marrone al frente del programa, Syracuse puede pensar seriamente en ser elegible para la post-temporada.
  • La defensa “bend-but-don’t-break” de Alabama, esta vez se “rompería” inmediatamente, mientras que su ataque, centrado demasiado sobre la figura de McElroy, apenas la permitió un respiro durante los primeros minutos. Cierto es que la defensa de los Gamecocks detuvo el poderoso backfield de BAMA en los “early-downs”, pero abandonar el juego terrestre le costaría el partido a The Tide. Steve Spurrier jugó sus cartas con velocidad y el gameplan le funcionó a las mil maravillas, teniendo BAMA que ir a remolque durante todo el partido. De cualquier modo, el ataque de South Carolina anotó cuando lo necesitó y la defensa Crimson Tide jamás encontró respuesta.
  • Con todo esto, Saban debería recapacitar profundamente acerca de su experimento por construir un ataque más balanceado y explosivo mediante Greg McElroy. Los Crimson Tide tienen que volver sobre su trademark de martillear y derribar defensas con Mark Ingram y Trent Richardson. Están a tiempo.
  • La plasticidad, atletismo y el monstruoso cuerpo de Alshon Jeffery sería demasiado para la inexperta y poco física secundaria Crimson Tide. Lo cierto es que se dejarían el alma en detenerle, pero Jeffery es de otro mundo, consiguiendo big-plays aéreos cuando y como quiso. Este chico se está convirtiendo en todo un habitual de mis reflexiones.
  • La dureza y sacrificio de Julio Jones. El físico receptor nos volvió a demostrar su tremenda fortaleza jugando toda la segunda parte con una mano fracturada. Nadie supo nada hasta que se descubrió su dolencia en una radiografía el sábado noche. Se le soldaría y atornillaría la fractura y su retorno al emparrillado será tan pronto como su cuerpo tolere la reciente reparación quirúrgica (es probable que esté en el campo ante los Rebels esta semana). De cualquier modo y aunque el chico sea más duro que una roca, debería proteger su cuerpo sí quiere sobrevivir cuando pase al siguiente nivel.
  • Steve Spurrier. El head-ball coach llegó con un propósito a Columbia después de su exitoso e histórico legado en Florida, y aunque su trabajo ha sido consistente liderando al programa a la post-temporada en cada año de su mandato en USC, sus equipos nunca habían sido un factor importante en la división Este de la conferencia SEC. Este éxito no sorprende a quien suscribe (llevo apostando por ellos desde la primera semana) y Spurrier tiene el grupo y la “marquee-victory” para asaltar definitivamente la división.
  • La eficiente gestión, personalidad y confianza de Stephen Garcia. Apunté después del duelo ante Auburn, que la decisión de Spurrier castigándole con la banda después de su primer fallo de toda la noche, no fue demasiado correcta e inteligente para su confianza, pero aún así, Garcia se muestra cada día más maduro. Su inmediata decisión autoanotándose el safety representa lo claro que tiene su rol y su nivel de compresión de los tempos del partido.
  • La decepcionante temporada de Boston College, a quienes muchos señalaban incluso como darkhorse en la carrera por la división Atlántica de la ACC. En las tres últimas semanas, los Eagles se han combinado para unos meros 30 puntos en tantas derrotas, y Boston College se encuentra en peligro serio de no llegar a la post-temporada por primera vez desde 1999.
  • El gameplan de Jimbo Fisher ante Miami fue fantástico, después de anular el poderoso front-seven de los ‘Canes, alejando el football fuera de su alcance y desafiando up-middle a la línea defensiva, llegando incluso a desquiciarles por momentos. Mientras que en defensa el objetivo fue bastante evidente, presionando a Jacory Harris y consiguiendo que su noche fuese absolutamente miserable. Los ‘Noles son el primer equipo del año que consiguen controlar e imponerse a la defensa de los Hurricanes, y además lo conseguirían con contundencia.
  • Florida mantiene su velocidad y atletismo, gracias en parte a su intacta capacidad para atraer superior talento, pero muchos ahora comienzan a comprender la clase de jugador y el brutal impacto de Tim Tebow en Gainesville. En personalidad y mentalidad, además de en los propios números (el ataque es el No.96 del país y No.11 de la conferencia), el programa parece otro desde su graduación.
  • El particular intento de onside-kick de Texas Tech. Desde la llegada de Tommy Tuberville, el programa acumula decisiones y actuaciones un tanto rocambolescas. En un intento por ganar momentum sobre Robert Griffin, el PK Donnie Carona ejecutaría el onside-kick, pero en su fracaso por avanzar 10 yardas para poder ser recuperable, los jugadores en equipos especiales de los Red Raiders se quedarían resignados y confundidos alrededor del balón, sin tocarle ni apenas prestarle atención. El RB backup Terrance Ganaway aprovecharía gentilmente el regalo cogiendo el football y escapándose sin ser tocado 38 yardas hasta la endzone contraria.
  • Pero a pesar del mediocre y perezoso arranque de Tommy Tuberville en Lubbock y de que Mike Leach no siga el frente del programa, Taylor Potts batiría a Robert Griffin en el duelo personal entre QB, lanzando para 463 yardas y 4 TD, en un total de 17 lanzamientos para TD en la presente temporada.
  • El fenómeno en The Plains al que muchos han bautizado como «Newtonator». Cameron Newton se está elevando como el salvador y guía de máxima confianza que siempre aparece cuando los Tigers están bajo problemas. Después de liderar la remontada ante South Carolina con 5 TD, Newton (líder terrestre de la conferencia SEC) mantendría vivo a Auburn en Lexington corriendo para 198 yardas y anotando 4 TD.
  • Gran decisión esta vez de Les Miles en los instantes finales, pero no entiendo el equipo de cobertura de los equipos especiales de los Gators buscando bloquear como “kamikazes” el intento de FG cuando la posibilidad de fake es muy probable (por cierto, idéntico al que ejecutaron ante South Carolina en el 2007). Josh Jasper ya había anotando antes uno de 52 yardas (su récord personal), pero nadie se cree que LSU se jugaría el partido con segundos sobre el reloj, tan complicada distancia y el infernal ruido de The Swamp ¿Más pistas?, Les Miles pediría un tiempo muerto antes de ejecutar el intento de 52 yardas, ¿Acaso creía Florida que intentaban enfriar a su propio kicker?
  • La eclosión definitiva del WR Terrence Toliver (No.2 del país en su posición de la clase 2007 según Rivals.com). Aunque su anterior temporada sería ya bastante importante con 735 yardas y 53 recepciones, siempre ha sido un jugador muy tapado (a la sombra de Brandon LaFell) y lejos de ser el potencial go-to-guy e icono del programa que se proyectaba en él. Esta semana ante Florida, Toliver conseguiría por aire las acciones más explosivas en aquellos momentos decisivos, dominando físicamente a la secundaria de los Gators, además de la confianza del OC Gary Crowton en buscarle en consecutivos jump-balls sobre la esquina de la endzone, hasta que conseguiría bajar el ganador con 6 segundos sobre el reloj.
  • Y ya que mis reflexiones siempre están copadas por excepcionales wide-outs, no se puede ignorar la temporada del WR sophomore Justin Blackmon. La nueva estrella de Oklahoma State está floreciendo bajo su pass-happy offense hasta tal punto de liderar cada estadística principal aérea de la nación. El viernes pasado marcaría su record personal con 13 recepciones en un sólo partido, sumando un total de 47 para 748 yardas y 11 touchdowns en toda la temporada.
  • La actuación de Oregon sería bastante mediocre ante una miserable Washington State, además la victoria les costaría la lesión de hombro del QB Derron Thomas, que podría ser fatídica en las siguientes semanas ante UCLA y USC (sin olvidar también que el RB Kenjon Barner sería sacado en ambulancia). Después de la caída de Alabama, los Ducks necesitan mejorar ahora que el escrutinio sobre ellos es más intenso que nunca.
  • El poco reconocimiento que recibe Butch Davis en North Carolina. Sobreponiéndose a una docena de suspensiones al arrancar el año y con miles de distracciones, Davis tiene a los Tar Heels de lleno en la pelea por la división Atlántica. UNC podría encontrarse con un 0-5 perfectamente, sin embargo, su record es de 3-2 y solamente dos anotaciones les han alejado de encontrarse perfectos a estas alturas. Después de 3 victorias consecutivas ante rivales de la entidad de Rutgers, East Carolina y Clemson, UNC continúa desplegando un juego físico y especialmente brillante en defensa, mientras que el programa ha encontrado a inesperados efectivos como el RB Johnny White, el QB TJ Yates, el LB Zach Brown o el DT Quinton Coples.

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Israel Llata
Israel Llata es natural de Maliaño, una localidad de Santander (Cantabria). Ingeniero informático de profesión y aficionado al fútbol americano desde mediados de los años 90, asombrado por la habilidad atlética del quarterback Steve Young y aquellos exitosos 49ers. En los últimos tiempos centraría su mirada sobre un desconocido pero excitante college football, destapando su corazón como entusiasta aficionado de Alabama, una institución a la que rinde culto. Analiza en su columna semanal la jornada universitaria desde 2007. @israel_lata

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