Game of the Century 2.0

LSU (8-0) y Alabama (8-0) se enfrentan en uno de los partidos más esperados de los últimos años

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Alabama y LSU vuelven a verse las caras (John David Mercer-USA TODAY Sports)

A diferencia de la presunta creencia popular, ambas instituciones tampoco compartieron demasiado en el pasado.

En otra época, los Bayou Bengals rivalizaron con Tulane en NOLA o incluso las Mississippi en su estado fronterizo, mientras que los Crimson Tide obviamente tienen que pegarse cada temporada con otros Tigers de la vecina localidad de Auburn o incluso fuera de sus fronteras con Tennessee, pero a pesar de compartir conferencia y división desde el realineamiento de 1992, realmente sus caminos alguna vez llegaron a cruzarse.

Sin embargo, en estos últimos 15 años si hay una rivalidad en el sur y fuera de sus fronteras que presuma de tanto carácter y prestigio, no hay lugar a dudas que es ésta.

Una rivalidad que personalmente saboreo como innata desde aquella fatídica anotación de Dwayne Bowe en la OT a lanzamiento de JaMarcus Russell en el año 2005. Una temporada ilusionante de Alabama después de resurgir de sus propias cenizas.

Han pasado 14 años de aquella noche de noviembre que alteró el orden establecido.

Después llegó el retorno de Nick Saban a Death Valley con hogueras y un ambiente hostil fruto de una traición que los aficionados de LSU comprendieron con su llegada a Tuscaloosa. Wilson hizo justicia con un QB-sneak en la OT manteniendo esta vez a Alabama imbatida.

Para entonces la rivalidad se encontraba en su máximo punto de ebullición.

En noviembre de 2011 se culminó con la primera edición del Game of the Century. Ambos llegaron imbatidos y con muchas cuentas pendientes.

Después de una auténtica batalla defensiva, LSU sobrevivía con un FG nuevamente en la OT, pero meses más tarde Alabama clamaba venganza en el backyard de los Tigers llevándose el campeonato nacional de 2012 en el mismísimo Superdome de New Orleans.

El 9 de noviembre de 2013 fue el año que viajé desde Santander hasta Tuscaloosa para sentir en mis carnes el placer de rendir cuentas con los Bayou Bengals y 4 sacks consecutivos sobre Zach Mettenberger consiguieron saldar una deuda personal fraguada durante años.

Desde entonces y a pesar de llevar la siguiente edición del 2014 a la OT, la tendencia competitiva se ha invertido y Alabama controla las series con autoridad.

Por esa la edición 2.0 del Game of the Century de este año se anticipa tan especial.

Nuevamente ambos llegan imbatidos con récord 8-0 y monopolizando los dos primeros puestos del ranking AP, pero en Baton Rouge están convencidos que este año tienen el arma definitivo para doblegar a Alabama.

Joe Burrow ha alterado la tónica de un programa que siempre presumió de defensas rocosas y secundarias oportunistas. El quarterback original de Iowa y procedente de Ohio State, ha pasado de ser un game-manager a todo un auténtico pistolero y front-runner por el Heisman.

Burrow tendrá enfrente a Tua Tagovailoa, rival directo por tan preciado trofeo pero que llegará muy justo después de torcerse el tobillo ante Tennessee hace 3 semanas.

El asunto en Alabama es cuestión de estado y la opinión general es que su recuperación se anticipa como vital para que los Crimson Tide tengan posibilidades reales de victoria. Por ahora el secretismo en Tuscaloosa es absoluto y todo apunta que Saban no concederá demasiados detalles que obliguen a LSU a esquematizar contra su quarterback franquicia.

A diferencia de ediciones anteriores, el éxito del encuentro se encontrará en los brazos de sus respectivos quarterbacks élites, un aspecto inusual para ambas instituciones del sur de América y que se manifiesta con varios duelos importantes.

Obviamente Alabama cree que incomodar en el pocket a Burrow será primordial. 

En las últimas semanas, están consiguiendo afianzar la anhelado presión exterior desde el Edge con Anfernee Jennings y especialmente Terrell Lewis, un especialista en el pass-rush y cuya velocidad podría poner en aprietos a los habituales mamuts de los Tigers. El matchup contra los tackles Charles y Deculus parece ser apasionante y Bama intentará diversificar su estrategia buscando el gap interior que defienda Damien Lewis, quien fue maltratado por Derrick Brown de Auburn hace un par de semanas. La esperanza es Christian Barmore, un talento en ciernes y que complementa la solitaria presencia interior de Raekwon Davis.

El wildcard en ataque para LSU es el RB Clyde Edwards-Helaire, un jugador bastante infravalorado y que se intuye como clave para quitar presión de los hombros a Burrow. Si su juego cuaja, éste permitirá abrir el playbook de su QB empleando RPOs en primer down y buscando la garganta de la defensa de Alabama con sus jóvenes linebackers interiores.

Es un secreto a voces que los Crimson Tide no disponen del rocoso front-seven que acostumbran. Las lesiones han sacudido la demarcación y auténticos novatos como Shane Lee y Christian Harris se han visto obligados a dar un paso al frente y responsabilizarse de demarcaciones críticas en defensa. Estoy seguro que aquí buscarán hacer sangre.

El gran objetivo de Bama será controlar esta dimensión sin sacrificar recursos en las ayudas, un aspecto que pagó dividendos en el pasado y que contempla liberar de funciones a su secundaria. Un grupo que inicialmente se encontrará muy atareado con el desafío de defender a un poderoso trío de receptores.

Tua Tagovailoa, QB de Alabama, es uno de los hombres del momento

Justin Jefferson, Ja’Marr Chase y Terrace Marshall se han combinado para 25 de los 30 touchdowns de pase de Burrow. 

Jefferson es su objetivo favorito en terceros downs, un slot receiver capaz de atrapar recepciones en disputa tanto underneath como profundas. Chase es la amenaza en la larga distancia y por fuera de los hashes, pero tiene habilidad de moverse tanto en el slot como en empty-sets, además de ser difícil de derribar con el balón en sus manos. Marshall es un talentoso receptor exterior de posesión con tamaño para hacer daño en backshoulder faces, la habitual kriptonita de los defensive backs de Alabama en las grandes ocasiones.

Sin embargo, el potencial de esta defensa Crimson Tide se encuentra justamente ahí, en su secundaria. Mientras consigan reducir la variable terrestre, los corners Trevon Diggs y Patrick Surtain tienen capacidad, tamaño y habilidad para contrarrestar las virtudes de este grupo de receptores. El safety Xavier McKinney será indispensable en su rol de patrulla, abandonando su posición al frente y destruyendo quick slants y drag routes, evitando grandes ganancias después de la recepción y controlando el perímetro.

Por otra parte, la gran cuestión para los Bayou Bengals será adivinar finalmente el planteamiento ofensivo de los anfitriones. 

Ed Orgeron no tiene dudas que Tua llegará a tiempo y que necesitará estar preparado para defender una colección de receptores y un juego aéreo temible, pero la parroquia carmesí no las tiene todas consigo. Su póliza de seguros se llama Mac Jones y su debut como titular ante Arkansas antes del bye-week fue esperanzadora, pero obviamente las comparaciones son odiosas y el duelo crucial de gunslingers quedaría desnivelado.

Si previamente señalaba que el front-seven de Bama no es aquel que nos acostumbra, esta generación defensiva de los Tigers tampoco es que sobresalga.

LSU nunca destacó por grandes especialistas en el rush, pero sí por controlar la línea de scrimmage, un aspecto del juego que habitualmente decidió este encuentro. 

En esta versión de los Tigers, se echa muchos de menos figuras en el interior como Arden Key, Michael Brockers o Glenn Dorsey y en las últimas semanas, Alabama ha conseguido ensamblar una línea de ataque rocosa y sin fisuras que destaca protegiendo a su quarterback.

Dave Aranda es una de las mentes defensivas más brillantes del negocio y seguro que encontrará la fórmula para dificultar las acciones a su oponente, pero la baja disciplinaria del LB titular Michael Divinity será muy sensible entre su set recursos para el pass-rush. De todos modos, el grupo que forman Glen Logan, Rashard Lawrence y Tyler Shelvin tienen talento suficiente y tamaño para provocar apuros en el interior y conseguir penetración. Esta es una faceta del juego donde LSU y Orgeron siempre muestran orgullo y confianza.

Porque gran parte del éxito defensivo de LSU será evitar que el combo que forman los runningbacks Najee Harris y Brian Robinson muevan las cadenas.

A pesar de las dificultades de su línea de ataque, Steve Sarkisian está consiguiendo recoger los frutos de su fantástico trabajo en las últimas semanas y parece que Bama está recuperando su identidad terrestre. La gran obsesión de los Bayou Bengals será conseguir que su ataque resulte unidimensional y previsible. 

Porque el potencial de los Tigers indudablemente está en su secundaria. 

El duelo que protagonizarán contra el brutal cuerpo de receptores Crimson Tide promete ser antológico. Gran parte del éxito y predisposición del grupo dependerá del estado físico del safety Gran Delpit, quien también llega tocado después de una colisión ante Auburn. Delpit es un jugador muy agresivo y con un rango de acción extraordinario, en el molde tradicional de los últimas selecciones de primera ronda del Draft del programa.

Enfrente tendrán a los Jerry Jeudy, Henry Ruggs, DeVonta Smith y Jaylen Waddle, la envidia de toda la nación. Cada uno con sus características; capaces de ganarte por habilidad, velocidad o simplemente bloqueando en el perímetro. La tarea se anticipa como superlativa, pero los corners Kristian Fulton y Derek Stingley son auténticas máquinas y tienen todo el talento del mundo para conseguir contenerles, aunque sólo un desastre podría eliminar su juego. Jacoby Stevens es también otro jugador polivalente y atlético que tendrá mucho trabajo para destruir los precisos y eléctricos árboles de ruta de los receptores oponentes. 

Con permiso de Auburn, este sábado a las 21:30 de horario peninsular estará en juego la división oeste y poner un pie y medio en la final de Atlanta. Puede parecer poco envite, pero hablamos de la conferencia SEC y por ende, de los playoffs y contender por lo máximo, el campeonato nacional.

No hay conferencia en la faz de la tierra con mayor reputación y competitividad que ésta Enfrente sus dos mejores equipos y estandartes sumergidos en una absoluta guerra. 

Un dispositivo de seguridad sin precedentes acomodará la asistencia del presidente Trump, casi un millar de medios acreditados, docenas de scouts de la NFL, hordas de reclutas, el Gameday trasladado al Quad para tal oportunidad, el show de SEC Nation, etc.

Sólo se me ocurre un evento en el mundo que pueda superar este hype; la Superbowl.

LSU vs Alabama
Bryant-Denny Stadium
Sábado, 9/11/2019. 21:30 CET (hora española)
CBS

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