James Truslow Adams acuñó la expresión «El Sueño Americano» para definir la libertad e igualdad de oportunidades que tenían los que llegaban a los Estados Unidos (aplicable también a la población nativa) para prosperar personal y económicamente en función de sus propias habilidades y trabajo, inependientemente del origen de uno.
Esto tiene luego sus matices, por supuesto, pero es de reconocer que U.S.A. ha sido una tierra de acogida y de oportunidades, más que la vieja Europa, que tiene clases sociales más enquistadas. Es clásico el ejemplo de Henry Kissinger, que llegó al puesto más alto que puede llegar un nacionalizado americano, Secretario de Estado, o el del propio Presidente Barack Obama, hijo de un natural de una aldea kikuyu en Kenia.
Los Seattle Seahawks (8-9) han encarnado el Sueño Americano en esta ronda de Wild Cards.
Puedes llegar al partido como el peor campeón de división de la historia. Como el único equipo que juega los playoffs con récord negativo. Con un diferencial de puntos de -97. Con el 28º ataque y la 27ª defensa de la liga. Puedes incluso lanzar una intercepción en tu 3ª jugada desde el scrimmage, y ponerte con un 0-10 inicial y, a pesar de todo, ganar a los vigentes campeones. Es el Sueño Americano.
No creo que los New Orleans Saints (11-6) no tomaran en serio a sus rivales, todo el mundo sabe que no es fácil ganar en el Qwest Field, pero seguro que no se esperaban un ataque tan productivo de sus rivales.
Matt Hasselbeck, quien a lo largo de la temporada regular ha dado muestras de que ya no está para esto del football profesional, parece que hizo el esfuerzo final de un héroe de un western. Herido de muerte, se levantó, cargó de balas su revólver y lo descargó frente a la horda de enemigos que lo acechaba.
El veterano QB fue finalmente, por tanto, de la partida y a pesar de ser interceptado en un balón deflectado en su 3º pase, firmó a continuación uno de los mejores partidos de su carrera, tal vez el último gran partido de ésta. Completó 22 de los 35 pases que lanzó, para 272 yardas y 4 TD. Toreó a la agresiva defensa de los Saints, que muchas veces sobrerreaccionó a los engaños del QB, con una flojísima secundaria en la que el safety Roman Harper fue repetidamente quemado. Así, conectó primero en la redzone con su TE John Carlson (3 recepciones, 17 yardas, 2 TD) y, ya desmelenado, completó largos globos/pases de TD a Brandon Stokley y a Mike Williams, de 45 y 38 yardas respectivamente.
Su defensa no es que estuviera brillante, pero frenaron el juego de carrera de los Saints, aunque Julius Jones (15 acarreos, 59 yardas, 2 TD, fumble, además de 61 yardas en 6 recepciones) se convirtiera en el 1º jugador en anotar en playoffs contra un equipo en el que había jugado en la temporada regular. También controlaron el pase profundo de Drew Brees. El MVP de la pasada superbowl superó las 400 yardas de pase, pero tuvo que lanzar hasta en 60 ocasiones para lograrlo (39/60, 404 yardas, 2 TD) y su daño fue limitado. Sólo lanzó un par de pases de más de 30 yardas. La defensa de los Hawks sólo lo presionó con la DL, sin blitzes, y sobrecargó la cobertura. Devery Henderson (7 recepciones, 77 yardas, TD) fue el más productivo de sus 9 receptores. Reggie Bush tampoco hizo ningún daño, ni por tierra (5 acarreos, 12 yardas), ni por el aire (5 recepciones, 37 yardas). El jugador nº 12 también tuvo su influencia con tres salidas falsas y algunos tiempos muertos prematuros.
El partido osciló entre los 10 puntos de ventaja inicial de los Saints y los 14 de los Seahawks con los que se inició el 4º cuarto, pero aún faltaba el hachazo final. Los Saints recortaron a 4 puntos su desventaja en el 4º cuarto, anotando en drives consecutivos y frenando en otro par de ocasiones a los Seahawks. El partido estaba en el alero. Fue cuando apareció Marshawn Lynch, quien a tres minutos y medio del final rompió la defensa por el centro del box y se escapó 67 yardas para TD, apartando de su camino a todo defensor que se encotró en su ruta hacia la endzone. Los Saints debieron olvidar que el juego consiste en derribar al portador del balón. Medio equipo contactó con Lynch, pero ninguno lo derribó. La mayor sorpresa de los playoffs era un hecho. Los Saints anotaron de nuevo pero no pudieron recuperar un onside kick para tener opción de dar la vuleta al partido.
Brees ha sobrevivido a la «Madden Curse» pero los Saints no lo han podido hacer a la maldición de la NFC Sur, donde nadie repite título, ni a la que ha impedido en el último lustro ganar un partido en playoffs al vigente campeón de turno.
Los aficionados de los Seahawks eran los más felices de la liga, y el domingo lo serían los de los Bears, cuando se confirmaron los emparejamientos. Nadie espera un rendimiento semejante de los halcones marinos en el Soldier Field… a pesar de que ya han ganado allí en la 6ª jornada de la temporada regular. No creo que vuelva a ocurrir, de hecho, esa victoria juega en su contra.
Hay que decir también que este partido seguro que hace cambiar una regla en la NFL. Es justo que los campeones divisionales tengan plaza fija en playoffs. Eso ya es un premio suficiente, el factor campo es demasiada ventaja. Los seeds deberían regirse sólo por el récord, los Seahawks deberían haber sido el seed #6 y jugar en casa del #3, que habrían sido los Saints. Seguro que esto lo cambian.
LOS COLTS SE VUELVEN A ESTRELLAR
Los Indianapolis Colts (10-7) lo volvieron a hacer. Es la 5ª vez en sus 9 apariciones consecutivas en los playoffs en la que son eliminados a las primeras de cambio. En cambio, los New York Jets (12-5) aprovecharon su primera oportunidad para vengar la derrota del pasado Campeonato de la AFC. Esta vez han llegado mejor preparados al Lucas Oil Stadium, un estadio edificado por un arquitecto peleado con la geometría euclidiana.
Los Colts firmaron un partido muy por debajo de lo exigible. Las culpas hay que repartirlas entre head coach y QB. Jim Caldwell preparó un gameplan tan conservador que a su lado hasta Ronad Reagan parecería rojo. El objetivo era no cometer errores en ataque y esperar a que los cometieran los Jets. Caldwell dio detalles la principio y al final del partido que ponen en duda su capacitación para afrontar un partido de playoffs. Primero pidió un absurdo challenge en una jugada en la que Justin Snow al único que engañó fue a su propio head coach. Al final, pidió un tiempo muerto que ayudó a la ofensiva de los Jets a llegar a FG range. El mismo error que cometió en Jacksonville esta misma temporada. ¡Inaudito!
Pero Peyton Manning (18/26, 225 yardas, TD) también conpletó un partido muy timorato, con mucho miedo a cometer un error. Exceptuando el pase de TD de 57 yardas a Pierre Garçon (5 recepciones, 112 yardas), sus pases fueron cortos, seguros, a sus receptores de 2ª fila: Blair White y Jacob Tamme, y sus audibles fueron en su mayor parte carreras, muchas de ellas en 3º down. También la defensa de Rex Ryan le invitaba a ello, con los safeties profundos. Reggie Wayne (1 recepción, 1 yardas) fue blanqueado no sólo por Darrelle Revis, sino por el propio Manning, que sólo le buscó en una ocasión en todo el partido.
Los Colts comenzaron el partido fallando en tres situaciones de «3ª y 1» en los tres primeros drives, pero el gameplan no iba del todo mal, con el TD de Garçon y la inoperancia del juego aéreo de los Jets. Mark Sanchez (18/31, 189 yardas) cerró la primera mitad siendo interceptado en la endzone. Pero los Jets se pusieron a correr en la 2ª mitad, a sostener sus drives, a comerse el reloj, a mantener a Manning en la banda y además evitaron los errores que esperaban los Colts. LaDainian Tomlinson y Shonn Greene sumaron 152 yardas de carrera en 35 acarreos, protagonizando sendos drives de 5 y 10 minutos rematados con dos TD del primero. Manning sólo dispuso de tres drives en la 2ª mitad.
Con los Jets 4 arriba en el marcador despúes de los TD de L.T., Manning en «3ª y 7» en la yarda 15, optó por una carrera poco afortunada, teniéndose que conformar con un FG. Quedaban menos de 5 minutos en el marcador y los Jets podían agotarlos y más cuando después de un clamoroso drop de Santonio Holmes (4 recepciones, 46 yardas) en 3º down, Taj Smith cometió un «running into the kicker» que les volvió a dar el balón a los Jets. Ya perdieron el partido contra Dallas de manera similar.
Pero Manning volvió a tener el balón a falta de dos minutos y medio para el final. Manning + Adam Vinatieri = Combinación letal. Y así fue, cuando el kicker conectó con su efectividad habitual un FG ganador de 50 yardas. Lo normal es que hubiera sido efectivamente un FG ganador y el triste planteamiento de Caldwell hubiera dado sus frutos. Pero quedaban 53 segundos y a Antonio Cromartie encontró el mejor momento para realizar un gran retorno hasta medio campo. Un par de pases después, uno con suspense, tras un fumble recuperado, vino el tiempo muerto de Caldwell y a continuación un perfecto pase de 18 yardas a Braylon Edwards (4 recepciones, 62 yardas), que dejó un cómodo FG de 32 yardas a Nick Folk para certificar el paso a Divisionales.
Manning se queda con un récord de 9-10 en playoffs, con el contrato por renovar y con mar de fondo en el equipo. Esperaremos acontecimientos. Por el contrario, L.T. cuajó su mejor partido de postemporada, con la carrera más larga de la misma (23 yardas), la primera vez que tocó el balón.
SABE MÁS EL DIABLO POR VIEJO QUE POR DIABLO
Los jóvenes Kansas City Chiefs (11-6) han protagonizado una de las sorpresas de la temporada regular, pero han llegado demasiado tiernos a los playoffs. La derrota frente a los Raiders del domingo pasado les condenó a enfrentarse con los perros más viejos de los playoffs, los Baltimore Ravens (13-4).
En un Arrowhead totalmente rojo, los Chiefs sólo se sintieron un equipo de playoffs en los 17 minutos que discurrieron entre el sack y fumble provocado por Tamba Hali, el mejor de los suyos, y el TD de recepción de Ray Rice (99 yardas desde el scrimmage), que puso por delante a los Ravens antes del descanso. En este intervalo, Jamaal Charles protagonizó el único highlight ofensivo de los locales, con una carrera para TD de 41 yardas.
En la reanudación se vio a unos Ravens en versión «Wild Cards». Los de John Harbaugh han provocado 14 turnovers en Wild Cards en las tres últimas campañas y llevan 8 partidos de postemporada en esta década en los que no han permitido más de 10 puntos a sus rivales (ningún otro equipo supera los 4). A los Chiefs les permitieron 161 yardas totales, cuando en temporada regular promedian 350, forzaron 5 turnovers (cuando los Chiefs han cometido sólo 14 en los 16 partidos de la temporada regular) y les dejaron sólo 18 minutos de posesión de balón.
Tras la reanudación, la secuencia de los drives de los Chiefs fue: intercepción, turnover on downs, fumbe, intercepción, punt (porque la tuck rule le salvó a Matt Cassel de otro fumble), intercepción. Cassel, que ha tenido unos números fantásticos en la temporada regular, acabó con 9/18 pases completados para 70 yardas y 3 picks. Thomas Jones sólo sumó 15 yardas de carrera y Charles otras 41 al margen de las del TD. Un desastre.
A Joe Flacco (25/34, 265 yardas, 2 TD) poco trabajo le quedó por hacer. Además de con Rice, conectó con Anquan Boldin para otra anotación, pero el MVP ofensivo fuepara el TE Todd Heap, quien batió el récord de la franquicia con sus 10 recepciones para 108 yardas.
Los Chiefs llevan 7 derrotas consecutivas en playoffs, lo que es un récord de la liga. No es de extrañar, si Todd Haley pide chutar un punt desde medio campo cuando estás perdiendo 23-7 en el 4º cuarto. En otro orden de cosas, Ed Reed mostró su profesionalidad jugando el partido a pesar de que su hermano Brian fue dado por desaparecido el viernes cuando se lanzó al río Mississippi huyendo de la policía.
MENOS ES MÁS
Hace un año los Green Bay Packers (11-6) protagonizaron todo un barroco festival ofensivo en Wild Cards con 45 puntos, 6 TD, 5 de ellos en drives consecutivos, todo ello a domicilio. Pero al final perdieron. Esta temporada han seguido la máxima del minimalismo, «menos es más». Menos fuegos artificiales, pero un partido más completo a ambos lados del balón.
Fueron superiores a los Philadelphia Eagles (10-7) en casi todas las fases del partido, pero parece que sintieron vértigo de la victoria y estuvieron a punto de volver a caer «in extremis». Michael Vick pudo conectar con Riley Cooper para el TD de la victoria a 44 segundos del final, pero el CB Tramon Williams interceptó el envío sellando el pase de los Packers a los Divisionales.
Aaron Rodgers (18/27, 180 yardas, 3 TD, fumble) pasó menos que nunca, pero fue resolutivo en la redzone, con 3 pases de TD en sus tres visitas. Tom Crabtree, Brandon Jackson y James Jones (quien dejo caer otro TD cantado) fueron los inhabituales anotadores. Pero la novedad en el ataque de los Packers fue el juego de carrera de su RB rookie James Starks, recuperado de su lesión y de su pobre aclimatación al football profesional. Contra la «undersized» DL de los Eagles y la flojera general a la hora de placar de la defensa local, Mike McCarthy puso a dos grandes FB y puso a correr al «Búfalo». Sumó 123 yardas en 23 acarreos, récord de la franquicia para un rookie en postemporada.
Pero Green Bay no sólo logró tener un ataque equilibrado, sino que realizó también un importante esfuerzo defensivo controlando y maniatando a Vick. Sólo le permitieron 33 yardas en 8 scrambles y un TD en un QB sneak. Sus números en el juego aéreo, no asustaban tanto: 20/36, 292 yardas, TD, pick, con Jason Avant (7 recepciones, 93 yardas, TD) y Jeremy Maclin (3, 73) como principales referencias. Clay Matthews fue el líder de una defensa que se dedicó a reforzar la cobertura y a cerrar todos los carriles a Vick, cercándolo en el pocket en lugar de intentar cazarlo con blitzes furiosos. Charles Woodson se encargó del QB spy.
Cierto es que los Eagles tuvieron su ración de mala fortuna. David Akers, uno de los kickers más precisos de la liga, incluidos los playoffs, falló sendos FG de 41 y 34 yardas. El 2º hizo mucho daño. Con los Packers 11 puntos arriba entrando en el 4º cuarto, Matthews consiguió frenar a LeSean McCoy (sólo 12 acarreos, 46 yardas) en una gran accción defensiva en 3ª y 1 en la yarda 16. El público pedía el «go for» pero Andy Reid optó por la opción «segura». El fallo les mantuvo a dos anotaciones de sus rivales. También sufrieron la lesión de DeSean Jackson en la primera mitad, quien sólo apareció al final del partido, dando muestras de su peligro, con dos recepciones para 47 yardas, en el momento «flojo» de los Packers.
Todos los equipos tienen siempre cuentas pendientes de saldar en playoffs. Los Packers enterraron el «4ª y 26». Los Eagles, por su parte, terminan la temporada de la misma manera de la que empezaron, cayendo en casa contra los de Wisconsin.
Por ultimo, la ronda de playoffs divisionales no puede presentarse más emocionante. En la NFC tenemos dos rematchs de partidos de la temporada regular que se resolvieron por tres puntos. En la AFC tenemos los derbies más intensos de la división Este y Norte. ¡Qué más se puede pedir!