La temporada post-superbowl es siempre una dura prueba para cualquier equipo de la que muy pocos consiguen salir con vida. No es extraño que el campeón de un año sufra para aparecer en los playoffs al siguiente, o ni siquiera lo haga. Durante la temporada 2010, los New Orleans Saints, flamantes campeones de la SuperBowl XLIV, no sólo tuvieron que luchar contra esta dificultad. Además tuvieron que progresar en la (inesperadamente) división más complicada de la competición, con unos Atlanta Falcons magistrales (que recordaban a los Saints de un año antes) y unos sorprendentes Tampa Bay Buccaneers. Tres equipos se disputaban dos plazas para play-offs, y la prensa especializada aseguraba que veríamos a los Falcons en la final. Pese a ello, los de Sean Payton consiguieron meterse en los wild-cards, en una temporada en la que las bajas por lesión de los corredores Pierre Thomas y Reggie Bush pasaron factura al equipo del juego aéreo. No es raro que así fuera. Cualquier defensa que se enfrentara a los Saints sabía que Drew Brees iba a lanzar el balón. Tampoco fue la mejor temporada del quarterback de New Orleans, que cometió más fallos de los que nos tiene acostumbrados, completando alguna mala actuación.
A pesar de todo lo anterior, y aunque muchos no apostaban por ello, los de New Orleans consiguieron meterse en la lucha por los playoffs, e incluso realizaron unos cuantos partidos brillantes (como la victoria obtenida contra los Pittsbourgh Steelers). El cruce contra unos Seattle Seahawks que llegaban a los wild-cards con el dudoso honor de ser el primer equipo que lo hacía con un récord negativo de victorias, hacía presagiar que los Saints se colarían en el Soldier Field para enfrentarse contra los Bears. Fue sin duda un partido para olvidar. O mejor dicho, un partido para NO olvidar. Los 41 puntos encajados por la defensa de los Saints (que un año antes se había mostrado como una de las mejores del país) deben servir de ejemplo para evitar que algo así vuelva a suceder. En cualquier caso no era un mal final para una difícil temporada. Los Saints son un equipo acostumbrado a la derrota, y New Orleans una ciudad acostumbrada a que su equipo pierda. Mantener durante dos temporadas seguidas a los Saints en playoffs ya era de por sí todo un éxito.
Y con esto se llegó al lockout, al draft, y a la locura de una agencia libre lanzada como un misil, con movimientos de vértigo a los que los Saints no han sido ajenos. Uno de los primeros en decir adiós fue Jeremy Shockey. Lo hizo antes del lockout. Las lesiones lastraron la temporada de uno de los artífices de la Super Bowl, y el buen rendimiento del rookie Jimmy Graham precipitó la salida del TE con aspecto de motero. El draft nos ha dejado alguna sorpresa. La elección del RB Mark Ingram, Heisman Trophy y campeón nacional con Alabama, promete dar mucha guerra. Pero sería un error no citar a nuestra primera elección, Cameron Jordan, DE de California, a los LB de Illinois Martez Wilson y Nate Bussey, el CB de Louisville Johnny Patrick, y el DE Greg Romeus, de Pittsburgh.
Sin duda uno de los mejores ataques de la liga, en el que todo el peso recae sobre los hombros (o mejor dicho el brazo) de Drew Brees. La estabilidad es la tónica del cuerpo de receptores que tendrá a su disposición, lo cual debe garantizar una producción ofensiva como a la que nos tiene acostumbrados. Tras Brees, los Saints no tienen ningún signalcaller con experiencia. Los jóvenes Chase Daniel y Sean Canfield han lanzado tres y ningún pase en la NFL, respectivamente.
El #9 seguirá contando con un completísimo cuerpo de receptores, en el que se mantiene el bloque formado por Marques Colston, Lance Moore, Robert Meachem, Devery Henderson, y Adrian Arrington. La marcha de Jeremy Shockey deberá ser suplida con éxito por Jimmy Graham, en su segunda temporada con el equipo. La pasada temporada mostró maneras y supo estar a la altura, así que tendrá la oportunidad de demostrar que es capaz de jugar como titular en la NFL. Tras él, David Thomas que es un seguro en el equipo.
Pero si algo debe cambiar en el ataque de Nueva Orleans es sin duda el juego de carrera. Tras una temporada en la que las bajas de Reggie Bush (quien nunca llegó a explotar como se esperaba) y Pierre Thomas pasaron factura al equipo. Los Saints se presentan con un backfield muy cambiado, en el que Darren Sproles y Mark Ingram son los dos nombres propios. El primero viene con buenas referencias desde San Diego. Un corredor bajito y explosivo, de los que tanto parecen gustarle a Payton, deberá hacer olvidar a Bush (y puede que no vaya a costarle mucho). El segundo viene avalado por una brillante trayectoria en college, Heisman 2009 y campeón nacional con Alabama en el 2010. En la pretemporada está dejando muy buenas impresiones, a pesar de las dificultades que ha podido provocar el lockout. Ambos se suman a un recuperado Pierre Thomas, con nuevo contrato y muchas ganas de football, que deberá partir como titular y pelear por mantener su posición. Por su parte, Chris Ivory comienza lesionado, pero durante la pasada temporada supo hacerse un hueco en el equipo y se ganó el derecho a contar con él.
Si Brees es el alma del equipo, la OL es la fortaleza tras la que dirige su ataque. La marcha de los tocayos Jonathan Goodwin y Stinchcomb no deben convertirse en grietas en esa gruesa muralla. Olin Kreutz, ex center de los Bears y seis veces Pro Bowler, parece más que capacitado para suplir al primero como pieza clave de la línea de ataque, mientras que Matt Tennant, drafteado el año pasado como center, deberá seguir progresando y adaptándose a uno de los sistemas ofensivos más complejos de la liga. Zach Strief, quien acaba de re-firmar con el equipo como agente libre, será el encargado de suplir en el tackle derecho la marcha de Stinchcomb, tras demostrar en el training camp que estaba capacitado para hacerlo. El veterano Alex Barron es la alternativa. El resto de las piezas de la OL tendrán continuidad esta temporada, con Jahri Evans como guard derecho y un lado izquierdo formado por Jermon Bushrod y Carl Nicks como tackle y guard, respectivamente.
La defensa que asombrara hace dos temporadas, reivindicándose como una de las más poderosas del país, pareció desvanecerse el año pasado, y fue en gran parte responsable de la derrota en Seattle en el wildcard disputado contra los Seahawks. En New Orleans parecen muy conscientes de este hecho, y prueba de ello es que durante el training camp Payton ha estado probando a una gran cantidad de jugadores para cubrir las posiciones de la DL y del cuerpo de linebackers.
Aubrayo Franklin, procedente de San Francisco, y Shaun Rogers, de Cleveland pueden ser el complemento para Sedrick Ellis en el centro de la línea. Para completar la posición de DE y potenciar nuestro pass-rush, se ha drafteado a Cameron Jordan y a Greg Romeus para pelear por la posición con Alex Brown y Will Smith.
En el cuerpo de linebackers, sólo Jonathan Vilma parece tener el puesto asegurado. Como MLB será el eje de la defensa de los de Louisiana. Jonathan Casillas, Scott Shanle, e incluso el rookie Martez Wilson, pueden acompañarle por el lado débil. La competencia está abierta en el training camp. En el lado fuerte, Nate Bussey podría desbancar a otras opciones como Danny Clark o Will Herring.
Nuestra secundaria parece bastante más estable que el cuerpo de linebackers. Tracy Porter y Jabari Greer son más que fiables en su posición como cornerbacks titulares, aunque parece que Patrick Robinson esté mejorando lo suficiente como para amenazar su titularidad. Los recién llegados Fabian Washington y Trumaine McBride dan profundidad a la posición. También es muy sólida la pareja de safeties Roman Harper y Malcom Jenkins. Ambos son jugadores constrastados y completan una unidad considerada como una de las mejores de la liga. Pierson Prioleau cubre las espaldas a Harper como strong safety, mientras que el fondo de banquillo en la posición de free safety lo forman también jugadores adquiridos esta offseason como Jonathon Amaya o Paul Oliver, llegado el primero en el trade de Bush con los Dolphins y el 2º de la agencia libre, procedente de los Chargers.
Darren Sproles es un retornador de nivel, como ya demostró en San Diego, y en New Orleans se espera que haga jugadas memorables y que levante al público del Superdome. El joven Joseph Morgan parece que viene con ganas, y en la pretemporada ya ha dejado muestras de lo que puede hacer retornando un punt.
Thomas Morstead, será el encargado de chutar los punts, mientras Garret Hartley, intentará afianzarse como uno de los mejores kickers de la liga.
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