La pasada Super Bowl la disputaron dos equipos de la divisiones Norte. En contra de los que viene sucediendo en anteriores campañas, ninguno de ellos está sufriendo la «resaca post-SB». De hecho, ambos podían ir hoy liderando sus respectivas conferencias, si los Ravens no la tuvieran jurada contra sus archirrivales. Pero no sólo brillan Packers y Steelers en esta primera mitad de la temporada, sus respectivas divisiones son de largo las mejores de cada conferencia, con tres equipos en cada una de ellas optando a todo. No es descabellado afirmar que tanto Packers, Lions y Bears, por un lado, como Ravens, Steelers y Bengals por otro, están en el Top 5 de sus respectivas conferencias.

 

Como ya he dicho, los Pittsburgh Steelers (6-3), podrían liderar la AFC, si los Baltimore Ravens (6-2) no se la tuvieran jurada, sobre todo después de la eliminación de los pasados playoffs. Los Steelers van 0-2 contra sus odiados rivales y 6-1 contra el «resto del mundo» este año.

 

El partido del domingo fue otro clásico. Los Ravens salieron tan enchufados que en la 1ª jugada desde el scrimmage Ray Rice ya anotó un TD de carrera de 76 yardas. La jugada fue anulada por un holding, pero la tarjeta de presentación estaba echada. Luego ambos equipos se dedicaron a intercambiar FG. Movían el balón, pero las defensas se imponían en la redzone.

 

Los Ravens, con un gran partido de Joe Flacco (28/47, 300 yardas), y de su hipermotivada defensa, tomaron las riendas del partido en el 3º cuarto. Ben Roethlisberger fue interceptado y el TD de Rice puso a los visitantes 10 puntos arriba en el marcador. Flacco estaba muy seguro, alargando los drives y evitando los errores, pero faltaba el típico big play de la defensa de los Steelers en el momento adecuado.

 

Y pasó lo de siempre, sack a Flacco, fumble, balón para los Steelers y con una carrera de Rashard Mendenhall y un gran pase de Big Ben a Mike Wallace, los Steelers tomaron la delantera a 5 minutos del final. Los Ravens se vinieron un poco abajo, la defensa de los Steelers para arriba y tras un «tres y fuera» los locales tenían la victoria en la mano. Ese era el guión previsto, tantas veces repetido en la rivalidad. Lo que no estaba escrito era la indecisión de Mike Tomlin en la yarda 29. No se decidió a chutar un FG y devolvió el balón a los Ravens. A falta de 2:24 en su propia yarda 8, Flacco inició el mejor drive de su vida, culminado con el pase de TD de la victoria al rookie Torrey Smith, de 26 yardas, en «3ª y 10», a falta de 14 segundos para el final. Un drive para la historia de la rivalidad.

 

Con los Ravens se codean los Cincinnati Bengals (6-2), no sólo en la cabeza de la división sino en la de la AFC entera. Este domingo remontaron el partido en Nashville con 17 puntos incontestados, impidiendo anotar a los Tennessee Titans (4-4) en toda la segunda mitad.

 

Andy Dalton sigue impresionando a propios y a extraños con otra impecable actuación (22/39, 217 yardas, 3 TD), mientras que al otro lado del balón la defensa mantuvo a los locales por debajo de las 100 yardas ofensivas totales en la 2ª mitad. Chris Johnson estuvo algo más productivo, superando el centenar de yardas desde el scrimmage, pero parece que a  Matt Hasselbeck se le está acabando la gasolina después de un gran inicio de la temporada. Los Bengals, en cambio, no habían encadenado 5 victorias desde el año en que jugaron su última Super Bowl, 1988.

 

En la Black & Blue, los Minnesota Vikings (2-6), de bye esta semana al igual que los Detroit Lions (6-2), quedan al margen de la pelea, pero están mejorando con Christian Ponder y aún darán algún disgusto a algún rival divisional. El resto de los equipos están en lo alto del power ranking de la liga. Los campeones siguen imbatidos y nivel que mostraron los Chicago Bears (5-3) frente al «Dream Team» es para asustar a cualquiera.

 

Los Bears firmaron un sensacional partido en la noche del lunes, ante la audiencia nacional. Los Philadelphia Eagles (3-5) mantuvieron vivo el partido gracias a los dos fumbles de Matt Forte, que les generaron 14 de los 24 puntos que anotaron. Los de Lovie Smith superaron a los de Andy Reid a ambos lados del balón. Hay que decir que Mike Martz se apeó de la burra y preparó un perfecto gameplan, equilibrando juego aéreo y carrera, que Jay Cutler (18/32, 208 yardas, 2 TD) y Forte (24 acarreos, 133 yardas) interpretaron a la perfección. El temido pass rush de los Eagles no fue factor. En el otro sentido del juego, la defensa controló el juego de carrera de LeSean McCoy (16 acarreos, 71 yardas, TD) y el del propio Michael Vick (34 yardas), a quien despistaron continuamente en la cobertura.

 

Los Bears mostraron además entereza y confianza cuando se vieron 7 puntos abajo en el marcador tras el 2º fumble de Forte. Es duro verte dretrás en el marcador, a domicilio, a pesar de estar practicando un gran football. Pero le dieron la vuelta a la situación. En el anecdotario queda uno de los peores punt fakes de la historia, perpetrado por el punter de los Eagles, Chas Henry. Viendo a su gunner totalmente desmarcado, decidió pasarle el balón, como así lo tienen estipulado, pero el pase se quedó ridículamente corto, a pesar de que Henry había sido QB en high school.

 

De los Green Bay Packers (8-0) poco queda decir. Sólo que llevan ya media temporada perfecta. Los únicos «peros» que se le pueden poner es que permitieron 38 puntos y 460 yardas ofensivas a los San Diego Chargers (4-4), pero teniendo a Aaron Rodgers y a su cuerpo de receptores… who cares?

 

Rodgers está camino de completar la mejor temporada para un QB en la historia de la liga. Su QB rating en esta primera mitad es de 129,1, ¡alucinante! El domingo completó otro se esos partidos suyos, con casi tantos pases de TD (4) como pases incompletos (5). Si los Packers tuvieran poco, Phillip Rivers se dedicó a colaborar dando otros dos «pases de TD» a Charlie Peprah y a Tramon Williams en el 1º cuarto. Al final 6 packers distintos, a ambos lados del balón, atraparon pases de TD. Rivers también acabó lanzando 4 pases de TD, pero tres picks son demasiados. Por lo menos permitió a Vincent Jackson tener el mejor partido del año, con 7 recepciones para 141 yardas y 3 TD.

 

SÓLO HAY UN SHERIFF AL OESTE DEL RÍO PECOS

En las divisiones Oeste de ambas conferencias sólo hay un equipo con fundamento. Son el «sheriff» al oeste del río Pecos. A la NFC Worst ya estamos acostumbrados, entre sus tres rivales sólo suman 5 victorias. Pero en la división homónima de la AFC las cosas no van mucho mejor. Nadie tiene un récord ganador y el único que ganó este domingo fue el que parecía desahuciado.

 

El «sheriff», los San Francisco 49ers (7-1), volvieron a ganar, por sexta vez consecutiva, y volvieron a hacerlo en la costa Este, de una manera más sólida de lo que refleja el marcador. Si el «triplet» habitual de un equipo lo componen QB-RB-WR, el de los Niners lo forman Alex Smith, Frank Gore y David Akers. Smith volvió a dirigir el ataque con solidez y sin errores (17/24, 200 yardas, TD). Gore superó por 5ª vez consecutiva el centenar de yardas de carrera (récord de la franquicia). Y Akers volvió a meter todo lo que chutó (4/4, el más largo de 52 yardas).

 

Es un ataque «diessel», inhabitual en la NFL de hoy, y que hace que cuando tu magnífica defensa se despista en una jugada acabes forzado a atrapar un onside kick, pero funciona, por lo menos frente a equipos no demasiado explosivos.

 

La defensa, que lleva 30 partidos sin permitir a un corredor rival el centenar de yardas de carrera, forzó 3 turnovers y mantuvo a los Washington Redskins (3-5) con 3 puntos hasta el último minuto. Los de Mike Shanahan encadenan su 4ª derrota consecutiva y en estos momentos son un equipo a la deriva. No creo que inquieten a sus rivales divisionales.

 

Los 49ers tienen un pie y medio en los playoffs, por su solidez y por la absoluta dejación de sus tres rivales divisionales. Los Seahawks volvieron a perder, esta vez en Dallas, y entre Arizona Cardinals (2-6) y St. Louis Rams (1-6) alguno tenía que ganar.

 

Los colistas protagonizaron un duelo feo pero cuando menos curioso. Por los Rams volvió Sam Bradford y el equipo fue a peor. Steven Jackson siguó corriendo (29 acarreos, 130 yardas) pero fueron incapaces de anotar un solo TD. Y sin embargo se las ingeniaron para anotar sendos Safeties en drives consecutivos, curioso. Los Cards también cambiaron de QB por una oportuna lesión de Kevin Kolb, y el suplente John Skelton no lo hizo mal, salvo en los safeties, claro, y consiguió empatar el partido en el 4º cuarto con un pase de TD a un aburrido Larry Fitzgerald. Pero si el partido fue curioso, el final fue único. El CB rookie Patrick Peterson, flamante pick de 1ª ronda, cometió un pass interference en 3º down que ayudó a que Josh Brown tuviera un cómodo FG de 42 yardas para sentenciar el partido sobre la bocina, pero su disparo fue bloqueado. En la prórroga, Peterson tomó la decisión de retornar un punt desde la yarda 1, y dejó para los anales un sensacional retorno para TD de 99 yardas en el que rompió hasta 4 placajes, mejor aún que el de la semana pasada en Baltimore.

 

En la AFC Oeste parece que no quiere ganar nadie. Ya hemos repasado cómo los Chargers perdieron contra los campeones, pero viendo cómo están el resto de sus rivales casi ni es un mal resultado. Los Kansas City Chiefs (4-4) después de 4 victorias consecutivas no sólo perdieron, sino que les pasó por encima un equipo como los Miami Dolphins (1-7), que parecían encaminados a seleccionar a Andrew Luck con un 0-16 en su casillero.

 

La inoperancia de los Chiefs fue palmaria, mientras que los Dolphins, con un Matt Moore completando 17/23 pases para 244 yardas y 3 TD (dos de ellos para Anthony Fasano, el otro para Brandon Marshall) y con Reggie Bush sumando 142 yardas desde el scrimmage y una anotación, parecieron hasta un equipo bueno. Tony Sparano y sus chicos se reivindicaron, poniendo en evidencia a los «conspiranoicos» que ven tanking en cada drop de un receptor o en cada placaje fallado. 

 

Por último, en el otro duelo divisional entre unos Oakland Raiders (4-4), esperanzados con la 1ª titularidad de un Carson Palmer que les puede costar hasta dos picks de primera ronda, frente a unos Denver Broncos (3-5) liderados por un QB que presuntamente no sabe lanzar, el resultado no podría ser otro que el de un sorpresón en toda regla y una división en la que nadie tiene récord postivo y están todos en un pañuelo.

 

Aún es pronto para un balance objetivo, pero yo me mojo, creo que los Raiders han pagado muchísimo por un QB que no ha sido el mismo desde su lesión. Sí, completó bonitos pases de TD (3) y superó las 300 yardas aéreas, pero justo completó la mitad de sus pases y también fue interceptado en tres ocasiones. Palmer lleva 6 picks en 6 cuartos. Enfrente, Tim Tebow no tuvo un mejor porcentaje de pases completados, pero lanzó dos pases de TD, no cometió errores e hizo daño donde puede, corriendo 118 yardas en 12 scrambles. La victoria de los Broncos fue coral, además del #15, brillaron Willis McGahee corriendo en 20 ocasiones para 163 yardas y 2 TD con una mano rota, Eddie Royal quien recibió uno de los pases de TD de Tebow y además adelantó a los suyos con un retorno de punt de 85 yardas para TD, y una gran actuación defensiva, sobre todo en los últimos 21 minutos, donde los Broncos endosaron un 24-0 a los Raiders.

 

ESTA PELÍCULA YA LA HABÍAMOS VISTO ANTES

Eli Manning contra los New England Patriots (5-3). Los Pats tres puntos arriba en el marcador a 1:07 para el final, en 3ª y 10. Manning conecta un milagroso pase al #85 que mantiene vivo el drive. Cuatro jugadas después conecta con un WR en la esquina izquierda de la endzone para el TD de la victoria.

 

¿No hemos visto antes esta película? Si, podría ser la Super Bowl XLII, pero fue el domingo pasado en Foxboro. El #85 entonces era David Tyree y ahora el TE Jake Ballard, y la recepción aunque menos rocambolesca tampoco era fácil (ver foto). En lugar de 1:07, en Glendale quedaban 1:25, y el TD de la victoria en lugar de Plaxico Burress a 35 segundos del final, lo anotó el propio Ballard a 15, pero por lo demás la victoria de los New York Giants (6-2) les recordó demasiado, a los aficionados de los Pats, a la peor derrota de la historia de la franquicia.

 

Los Giants hicieron un gran partido. Manning (20/39, 250 yardas, 2 TD, pick) y Brandon Jacobs (18 acarreos, 72 yardas, TD) movieron las cadenas, pero la clave del triunfo, además de la habilidad de Manning en el «clutch», estuvo en la defensa neoyorkina, que dejó en «0» a los Pats en la primera mitad, por 1ª vez desde 2006. El pass rush desqució a Tom Brady. Los Giants le interceptaron en dos ocasiones y le recuperaron un fumble en uno de los dos sacks del partido.

 

Con todo, Manning tuvo ocasión de casi sentenciar el partido al final del 3º cuarto pero fue interceptado en la endzone en un mal lanzamiento. A Brady no le puedes dejar vivo, y en un buen drive, apoyado en Wes Welker (9 recepciones, 136 yardas) y Ron Gronkowski (8, 72, TD), empató el partido. El 4º cuarto fue un juego de alternancias en el marcador. Brady parecía que iba a llevarse el gato al agua con su 2º pase de TD a 1:36 del final, pero volvió a repetirse el final de la SB XLII.

 

El ambiente anda turbio en Foxboro después de dos derrotas consecutivas tras el bye. Después de casi batir el record de de los Rams anotando más de 30 puntos por partido, no han pasado de 20 en estas dos derrotas. Las ilusionantes adquisiciones de la offseason no funcionan. Albert Haynesworth ha sido cortado y a Chad Ochocinco Brady le lanzó 5 pases el domingo y no pilló ninguno. Con su derrota, y la victoria de los New York Jets (5-3) sobre los Buffalo Bills (5-3), los tres equipos quedan igualados en la cabeza de la AFC Este, con todo por decidir en la 2ª mitad de la temporada.

 

Los Jets hicieron los deberes en el bye y plantaron en Orchard Park la defensa por la cual son temidos cuendo llega enero. La defensa terrestre mejoró y contuvieron a Fred Jackson en 82 yardas en 18 acarreos, e hicieron muy difícil la tarde a Ryan Fitzpatrick, quien fue interceptado en dos ocasiones, y que no alcanzó la endzone hasta los minutos de la basura. Los Jets dieron muestra de su brillantez en 4º down, parando a Jackson en un 4ª y pulgadas en el 4º cuarto y liquidando el partido. Con una defensa así no hace falta ni comentar el ataque, que por otra parte, no pasa de discreto.

 

 

Aprovecharemos la victoria de los Dallas Cowboys (4-4) para saludar a las cheerleaders vaqueras, que siempre están de buen ver, y para repasar el estado de la NFC Este.

 

La división está aún abierta. Los Giants han conseguido una importante victoria en Foxboro que les mantiene en la cabeza de la división, pero tampoco se están mostrando tan consistentes como para desalentar a Cowboys e Eagles.

 

Del «Dream Team» ya he hablado, tienen problemas pero no están en absoluto descartados. Lo mismo se puede decir de los Cowboys, que se están mostrando demasiado irregulares, siguiendo ritmo irregular de su QB Tony Romo.

 

El domingo tuvieron más problemas de los previstos para desahacerse de unos flojos Seattle Seahawks (2-6). En toda la 1ª mitad se limitaron a intercambiar sendos FG. Romo no espabiló hasta la 2ª mitad, en la que lanzó sendos pases de TD. Con DeMarco Murray moviendo las cadenas (22 acarreos, 139 yardas), poco más necesitaron para deshacerse unos rivales que siguen sin encontrar soluciones en la posición de QB. Tarvaris Jackson fue interceptado en tres ocasiones y el único jugador productivo de los Seahawks fue Marshawn Lynch, con 135 yardas y un TD en sus 23 acarreos.

 

Con la victoria de los Boys no sólo llegaron buenas noticias. Miles Austin se lesionó y va a ser baja por lo menos para un mes.

 

Todo queda abierto en la división, pero viendo cómo está la NFC Norte, es probable que no haya plazas de Wild Cards para la NFC Este, por lo que es más que probablemque dos de los tres en la pelea terminen la temporada antes de lo deseado.

 

 

El tiempo apremia. Ya me he enrollado bastante. Toca resumir el resto de la jornada en un «Two Minutes Drill».

 

Dejo para el «Two Minutes Watning» las divisiones meridionales. En la AFC, a los Houston Texans (6-3) les pasa lo que a los 49ers en su división, están jugando un buen football y sus rivales no dan ningún miedo. Por lo tanto éste es el año en el que tienen que catar los playoffs, nunca lo han tenido tan cerca y es difícil que lo vuelvan a tener así.

 

Los Cleveland Browns (3-5) no fueron rival el domingo. Los Texans no necesitaron ni a Matt Schaub. Les bastó con que Arian Foster y Ben Tate sumaran 239 yardas y 2 TD en 31 acarreos entre los dos para deshacerse de sus rivales. Los Browns no llegaron a las 40 yardas de carrera, con Peyton Hillis out, gafado por la «Madden Curse».

 

La derrota de los Titans les deja a partido y medio de los tejanos, mientras que de los Jacksonville Jaguars (2-6), de bye, y de los Indianapolis Colts (0-9), no hace falta ni hablar.

 

Los Colts fueron derrotados por los Atlanta Falcons (5-3) por 1ª vez en este siglo. Van a acabar estropeando todas sus marcas en esta nefasta temporada. Ni delante de su afición mostraron un poco de casta. Los Falcons les pasaron por encima con pases de TD de Matt Ryan a Julio Jones de 50 y 80 yardas. Los Colts sumaron 186 yardas ofensivas, con un TD de su defensa en un pick six a Ryan. No hace falta decir nada más.

 

La racha de los Falcons le coloca en un mano a mano con los New Orleans Saints (6-3) por el título divisional, mientras que los Tampa Bay Buccaneers (4-4), derrotados por los Saints, se van desinflando. Drew Brees (27/36, 258 yardas, 2 TD, pick) puso a los suyos por delante temprano en el partido, con pases de TD a Lance Moore y Darren Sproles, y para cuando Josh Freeman despertó, en el 4º cuarto, la distancia en el marcador era demasiada para una remontada de las suyas.

 

Los Carolina Panthers (2-6) disfrutaron de una semana de bye, sin más preocupación que ir creciendo como equipo.

 

 

		Llevan media temporada perfecta.
		Los Steelers ganaron y desplazaron a los Pats. Ahora los Ravens ganan y desplazan a los Steelers. Pero esto está muy abierto aún.
		Nadie tiene los playoffs más cerca.

 

		Aupados al liderato desde la semana pasada, han dado un paso de gigante.
		Vuelven después del flojo partido en Arizona.
		Los Dolphins pierden enteros después de su gran partido en el Arrowhead.